Podría perderme entre letras, pero a la final no le hallaría sentido a ninguna, entonces lo plasmo en el papel; plasmo los susurros de un poeta en páginas que las personas lean, así ellos consiguen orden al caos de mi cabeza.
Esto es un poemario, n...
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Odio a mi cabeza, pues me hace pensar cosas que me ciegan.
Odio a mi persona pues deja que el miedo la recorra.
Odio el dolor que genera pensar en que no tengo la fuerza para valerme por mis destrezas.
Odio buscar aprobación de personas que buscan lo mismo, y odio el sentimiento de vergüenza cuando me doy cuenta de que soy muy frágil para vivir en un mundo que mata.
¿Cómo conseguir la fuerza y volverla un arma cuando solo quiero la paz de mi alma?
Busco respuestas que no existen, y me enloquece la búsqueda interminable de miles de actas que me dicten que hacer con la venganza.
Odio la oscuridad de mi alma. Odio el miedo.
Y odio la sonrisa malévola de todas mis inseguridades antes de venir a atacarme y dejarme vulnerable.
