𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄 [sengen au]

[ O2 ]

¡ 𝖕𝖗𝖎𝖒𝖊𝖗 𝖆𝖈𝖊𝖗𝖈𝖆𝖒𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔 !

📍Base Militar.
Miramar, California, U.S.A

Senku anda por la carretera fuera de la base militar y ve emocionado los aviones despegar y atravesar el cielo con esa velocidad única. Pareciera como si intenta seguirlos en su motocicleta. Se prepara mentalmente para lo que se viene aunque no lo parezca.

La primera clase de los nuevos pilotos inicia desde muy temprano. El instructor les muestra un archivo de alguno de todos los conflictos bélicos que presume el país. Una explosión se ve en la pantalla ovalada.

— Durante Corea, de doce aviones que derribábamos, ellos tan solo nos derribaban uno —comienza a explicar el hombre al mando—. En Vietnam la proporción bajó de tres a uno. Nuestros pilotos dependían de los misiles, habían perdido algo de su habilidad de pelea.

Los doce uniformados seleccionados juegan con su lápiz, fuman, pero todos se encuentran pendientes.

— Entonces se creó Top Gun, con el objetivo de enseñar MCA, maniobras de combate aéreo. Pelea de perros.

— ¿Así le llama al sacrificio de jóvenes por la nación? —murmura descontento uno de ellos. Sus músculos resaltan aún con el uniforme.

— Y al final de Vietnam la razón volvió a ser de doce a una. Las cortinas —ordena, la luz entra con naturalidad a la sala y él se para firme frente a ellos—. Aprovecho la oportunidad para presentarles al oficial de comando en Top Gun, el primer hombre en ganar el trofeo de esta academia. No van a encontrar mejor piloto que él en el mundo.

«¿Y será nuestro jefe? Esto se puso cada vez más interesante», piensa Stone.

— Con ustedes, el comandante Stanley Snyder. Es tu turno, Stan.

El oficial aéreo aparece entre las dos filas de asientos de la sala, lleva un pucho en la boca. Muchos de los pilotos se recomponen en su asiento.

— Caballeros —dice al colocarse frente a todos, de espaldas—, ustedes son los mejores aviadores de la marina. La élite. Lo mejor de lo mejor. Pero aquí no están para recibir halagos —voltea y mira a su público de forma firme—, aquí los haremos mejores.

«No lo alague tanto, que luego no le hará caso», piensa Taiju sobre su amigo. Lo mira de reojo, es la primera vez que lo ve tan atento a un maestro.

— Tendrán al menos dos misiones de combate al día, entre ellas irán a clases, y evaluaremos todos su vuelos. En cada secuencia de combate tendrán un reto diferente, con un encuentro más difícil que el otro.