𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄 [sengen au]

[ O6 ]

¡ 𝖑𝖆𝖟𝖔𝖘 𝖋𝖆𝖒𝖎𝖑𝖎𝖆𝖗𝖊𝖘 !

Gen despierta naturalmente, con el torso desnudo y cubierto con una sábana. Se refriega los ojos y busca a su pareja en la cama, pero no encuentra a nadie. Abre los ojos y, en cambio, hay una pequeña flor y un avión de papel.

Lo toma extrañado y lo abre, encontrando un mensaje escrito a mano. Sonríe al leer la dulce explicación -casi excusa- que le da.

«No tiene tiempo para traerme desayuno, pero sí para hacer un avión de papel», reclama para sus adentros.

— Caballeros, este es el vuelo número 19; múltiples aeronaves y enemigos —les informa Stanley—. Su entrenamiento va a la mitad y la competencia por el trofeo de Top Gun va muy pareja. Primer lugar, Iceman, seguido de Stone, a solo dos puntos de diferencia.

Los pilotos Stone y Ryusui les toca colaborar en el ejercicio. Tanto ellos como los copilotos están atentos a su alrededor, en busca de peligro.

— Ahí están —suelta serio Ukyo por la radio—. Tres millas, diez en punto. Creo que no nos han visto.

— Ya los tengo identificados —responde Stone—. Dos A-4, izquierda a las diez.

Los F-14 giran en esa dirección a la par, siguiendo a los pequeños jets.

— Buenos días. Nos acompaña una temperatura es de 43 grados y un cielo despejado —escuchan desde la radio, Ryusui y Stone abren los ojos sorprendidos.

— No puede ser, es Stanley —suelta Taiju alarmado.

— Genial. Seguro estará diciendo "Gracias, Dios mío, son Stone y Oki" —le dice a su copiloto.

— ¿En serio lo crees?

— ¿Qué? ¡Claro que no, grandulón! —le reclama—. Mejor concentremos si no queremos que nos encuentre —gira su vista hacia adelante y acelera su velocidad un poco más—. Localicé al que va hacia el norte.

— Copiado, yo al del sur —responde el otro piloto por la radio.

Los pequeños aviones "enemigos" se coordinan para subir a más altura.

— Ryusui, ve adelante, yo te cubro.

Las aeronaves los siguen desde cerca, ninguno hace un movimiento peligroso hasta ahora. Atraviesan las montañas con bastante calma para ser el mejor piloto de todos.

— Da vuelta, Jasper.

El otro instructor obedece a la orden y Stanley los pierde, colocando en problemas a los pilotos. Sin embargo, ninguno entra en pánico y deciden seguir al otro jet en segundos.

— Taiju, encuentra al comandante —le indica con calma— Debe estar por ahí.

— Quédate con Ryusui, Senku, lo estamos cubriendo —le responde, sabiendo lo que quiere hacer. El piloto no le dice nada de vuelta.