XIII. 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐃𝐈́𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐋𝐔𝐁

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─Kansai se va a ir a Alemania por un año empezando el invierno.

─... ¿Enserio?

─Sí. Estuvo dos años ahorrando para poder irse a trabajar y a conocer otros lugares. Nos va a dejar su computadora PC para nosotras─ se ríe.

─...

─¿Hija? ¿Todo bien?

─S-s-sí, claro, pero es que me sorprende todo esto, sólo eso─ río levemente.

─A mí también me sorprendió, pero bueno, Kansai ya casi tiene treinta años, y necesita conocer otros lugares solo, para independizarse, para salir de la cueva, ¿viste? Sólo será un año, luego es muy probable que vuelva, a menos que pueda tener la oportunidad de prolongar la VISA que le permite trabajar ahí por un año, ojalá, así él puede estar más tiempo en ese hermoso lugar...

─Sí, ojalá─ ojalá, así no lo veo más después de todo lo que me hizo pasar.

─Pero bueno, ¿vas a almorzar? 

─Sí, deja que me cambie el uniforme y me lave las manos─ voy a mi cuarto a cambiarme y luego al baño, pero al verme al espejo, pude darme cuenta de mis ojos cristalizados. Me estoy conteniendo el llanto.


Almorcé y me fui a hacer algunas tareas que ya me pidieron. Una vez terminé todo, me puse a dibujar y a leer. En una semana voy a empezar a ir a los clubes y no podré sestear. Tengo que aprovechar esta semana, jaja.

Cuando llegó la hora de dormir, antes de hablarle al doble cuántico, lloré un poco sobre la almohada. No puedo creer que en cuestión de días mi vida haya cambiado tanto. No me esperaba todos estos cambios ahora. Se los juro, no me los veía venir. 

Dios, ¿por qué no aprendí a dejar de esperar antes? Me hubiera ahorrado tantos problemas... Bueno, todo lo que viví me hizo más fuerte, pero de todas formas se sintió feo, obviamente. ¿Por qué no podemos aprender lecciones de una forma menos dolorosa que esta? Nadie lo sabe, pero bueno, ya pasó. Después de la tormenta siempre viene la calma, y puede volver a llover, pero ya tendré puesto mi paraguas para ese entonces. Ahora soy feliz, y seguiré siendo feliz más adelante con todas las cosas buenas que se vienen.

Papá tendrá más dinero y podremos salir a pasear en auto los fines de semana, Kansai se va a ir a otro país y nos quedaremos con su PC (es hermosa, podría pasar horas viendo series, películas y escribiendo, con ese teclado enorme y sus parlantes para escuchar música a todo volumen... Suena como un sueño que nunca antes había soñado, pero es maravilloso, y se está por hacer realidad.

Lloré como media hora en silencio, y agradecí tres veces al universo por esta maravillosa oportunidad que me está otorgando.

─Gracias. Gracias. ¡Gracias!


Ha pasado una semana desde que empezaron las clases, y hoy es mi primer club vespertino. Tengo expresión corporal los lunes y miércoles, y dibujo los martes y jueves. Los viernes puedo dormir la siesta tranquila, jaja. Son bastante buenos mis horarios, gracias a Dios.

Ahora estoy en el de expresión corporal. Kisugi, Uxue y Ukume están conmigo. La profesora es muy simpática y te dan ganas de tener una clase con ella. 

Al ver que había compañeros nuevos (entre esos yo), nos mostró un gran ejercicio para poner en práctica nuestra confianza: ponernos en duplas, uno cierra los ojos y el otro trata de guiarlo por todo el lugar. Me sonó a una apuesta muy divertida, pero me puse a pensar en si llego a las escaleras... Aaaaa me entró miedito, pero confío en que Ukume me guiará muy bien.

Primero yo la guié a ella, y fue muy divertido recorrer los pasillos vacíos de la escuela. Ukume daba pequeños pasitos porque tenía mucho miedo, jajaja. Luego me tocó a mí ser guiada, y tenía un poquito de miedo, tanto que apenas abrí un poco los ojos, mirando hacia abajo para que nadie se diera cuenta, jaja. Soy muy tramposa a veces. Pero al final sobreviví, jsjs.

Luego la profesora nos cambió a nuestros guías. No sabía quién me estaba guiando, pero sea quien sea, me tocaba bastante la espalda y los hombros, y en una cuando me tocó bajar las escaleras, sentí sus manos... Ya les ha tocado antes, y son suavecitas y calentitas.

Cuando tuvimos que cambiar de rol, abrí los ojos y me encontré cara a cara con el niño más lindo del mundo:

─Jiji, hola─ Kisugi.

─Ho-holis─ me ruboricé levemente.

Luego me tocó guiarlo a él, que lo hice lo mejor que pude para evitar que el niño se lastime, afortunadamente lo logré.

La clase de hoy fue muy divertida, pero otra vez estuve apunto de desmayarme por tener cerca a Kisugi.

𝗘𝗠𝗣𝗘𝗭𝗔𝗥 𝗗𝗘 𝗖𝗘𝗥𝗢 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora