XIV. 𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐔𝐗𝐔𝐄

23 4 8
                                    

Y en menos de lo que canta un gallo, llegó enero, o sea, pleno invierno. En una semana se va Kansai a Alemania. No puedo esperar más, no puedo esperar a que el monstruo de mis pesadillas se vaya a otro país por un año, no puedo esperar a tener paz en mi casa, no puedo esperar a estar veinticuatro siete frente al hermoso monitor, con parlantes y todo, ok no, jaja, pero va a ser otro mundo por lejos. 

Pero algo que me va a inquietar bastante cuando Kansai se vaya va a ser ver llorar a mis padres. Ellos jamás lloran. Cuando veo a un adulto muy querido llorar me da un no sé qué que me incomoda bastante. Ojo, no digo que esté mal que lloren, al contrario, todos podemos llorar, pero no sé si les pasa que ven a un adulto llorar, principalmente un familiar, y les deja un gusto amargo en la boca. Es una sensación feísima, y va a pasar en el aeropuerto cuando Kansai se vaya. Lo peor de todo es que no pienso llorar una lágrima por él, puede que suene egoísta, pero no se lo merece, después de haberme perturbado de esa forma tan atroz. 

En fin, voy a dormir, porque mañana tengo clases y tengo que madrugar. Nos vemos mañana.


Buenos díasss. Ya me voy a la escuela, ya tengo mi uniforme listo y también desayuné. Llevo una bufanda rosa, un gorro blanco y una campera negra bien abrigada. Otra cosa que me compré con Uxue y Ukume en el centro comercial fue un vaso conservador para llevar un café con leche para beber. Está muy bonito. Taki tiene tanto frío que se lleva una manta para cubrirse, jaja. Deberían verlo en las clases, muerto de frío, mientras que Takasugi se hace el macho y anda de camiseta de manga corta, ¡es un raro! 

Ya voy yendo a la escuela en el autobús, porque ni loca voy caminando con este frío y oscuridad. Veamos qué sorpresas me esperan hoy...


Resulta que Izawa y Taki están enfermos y Takasugi fue de viaje por el fin de semana y no vuelve hasta mañana. Sólo somos Kisugi, Ukume, Uxue y yo. 

En las dos primeras horas de Arte hicimos un trabajo en equipos de a cuatro, y luego tuvimos un recreo. 

Kisugi fue a acompañar a Ukume a sacar una fotocopia para Lenguaje Japonés, y yo me quedé con Uxue.

─Juro que llego a casa y lo primero que hago es acostarme a dormir una siesta, calentita─ le comento. Ella se ríe.

─Yo quisiera dormir una siesta, pero tengo mucho trabajo que hacer... 

─¿Cómo qué?

─Tengo que limpiar la casa una vez terminen los clubes y luego irme a trabajar.

─¿Trabajas?─ pregunto realmente asombrada.

Ella asiente. 

─Trabajo cuatro horas al día de lunes a viernes para ganar un poco de dinero y ayudar a mamá, porque realmente apenas nos alcanza el dinero para pagar las cuentas de la casa y demás. Yo también entré a este colegio por una beca.

─Oh...

─Sí. Yo toda mi vida fui a una primaria pública, pero en secundaria mis padres contaban las monedas para que pudiera ir al colegio Kurosawa, que es similar al Kataoka, sólo que un poco más caro, sin embargo, para la preparatoria, mi padre, quien era el que mantenía la economía de la casa, nos abandonó, y mamá entró en una depresión enorme. Entonces yo dije: voy a esforzarme en estudiar como nunca para poder obtener una beca y poder seguir estudiando en un colegio privado. Mi madre me apoyó, y así fue como pude entrar al Shutetsu, que resultó ser mejor que el Kurosawa.

─Hubieras ido al Kataoka en vez del Kurosawa, era menos plata y así aunque sea tenía una amiga que me consolara cuando sufrí todo lo que sufrí...

─Jeje, lo siento, pero mis padres querían una mejor educación. Además dijiste que los chicos de ese colegio son unos agrandados.

─Sí son, pero bueno, jsjs─ me encogí de hombros─. Pero fuera de esto, lamento todo lo que viviste, Uxue. Realmente te admiro, porque eres una mujer que toda su vida luchó por tener una buena educación a pesar de tener una economía precaria. Yo no me siento capaz de poder trabajar por ahora, porque tengo muchos miedos que aún me cuesta superar.

─Todo a su tiempo, querida. No tienes que trabajar antes de los dieciocho para ser una mujer trabajadora. El que trabaja primero no siempre es el que trabaja más, y mejor. Tú puedes empezar a los veinticinco y tener mejor suerte que yo. Cada uno tiene sus tiempos.

─Eso es cierto, pero a veces me siento muy niña mientras todos los demás trabajan.

─Pero tranquila, y disfruta tu vida escolar mientras la vivas.

─Sí...─ tengo que hacerlo mientras este año dure.

En eso suena el timbre de entrada.

─¿Vamos?─ me pregunta Uxue, y me toma de la mano.

─Sípi.

Pobre Uxue... Realmente se merece mucho más de lo que recibe. Ella me ayudó haciendo amigos, ahora me toca hacerla sentir la chica más especial de todo el colegio Shutetsu.

𝗘𝗠𝗣𝗘𝗭𝗔𝗥 𝗗𝗘 𝗖𝗘𝗥𝗢 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora