8-Capítulo

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Mirando al techo. Mo Lili comenzó a pensar seriamente en la posibilidad de que esto no fuera solo un sueño, y qué realmente y contrario a toda lógica, estuviera dentro de una novela ocupando el cuerpo de la alegre e inocente Lin Bai Yue.

Eso sería la peor situación. Si tan solo leer la novela le había afectado tanto, tener que pasar por ella era una de las cosas que más le causaban temor.

"Acosadores obsesivos" Se repetía a sí misma, sin darse cuenta, en voz baja

-Por qué les es tan difícil aceptar que no es no. Es casi como si no fueras un ser humano-

Soltó un suspiro largo y se puso de costado sosteniendo sus hombros, recogiendo las piernas sobre sí.

-Pero no puedo negar que este sueño se sale de las reglas que deberían tener los sueños-

Ella había sentido dolor al golpearse el dedo esta mañana, sintió hambre, pudo leer, la hora coincide siempre con la luz afuera, el teléfono funciona, no hay nada fuera de lógica en el entorno, pudo tomarse una foto, y puede ver un reflejo en el espejo.

Solo falta el factor tiempo y el factor "sueño".

Si esta noche puede dormir y al despertar no está en el mundo real... no quiere ni imaginarlo.

-Pensemos en positivo Mo Lili, siempre hasta agotar la última esperanza-

Mo Lili se puso de pie en un salto y fue al armario, seleccionando un conjunto deportivo gris que consistía en un pantalón holgado y una sudadera de una conocida marca vip, y entró al baño a cambiarse.

Según la novela, el baño fue el único lugar donde no hay cámaras en la habitación de Bai Yue.

Ella, luego de tomar su cena se puso a llenar sus libros de trabajo y a repasar los temas vistos desde el inicio de año hasta ahora, tratando de distraerse y calmar su mente pensando en otra cosa.

Una habitación tan grande y no tiene un escritorio o una computadora personal, debe arreglar eso, hacer la tarea en el piso no es cómodo y no quiere buscar una mesa adecuada por la casa.

Al mirar el reloj ya era media noche. Se dio un baño, salió de este usando el pijama y se fue a la cama con una expresión cansada.

En la cama miraba el techo estando demasiado incómoda.

-¿Cómo se supone que voy a poder dormir si siento que todo el tiempo alguien me observa? Aún con la luz apagada-

A pesar de todo poco a poco la somnolencia llegó quedándose dormida sin darse cuenta.

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En una habitación pequeña y rectangular lejos de ahí, con la luz apagada, solo podía verse el resplandor de una gran pantalla en tonos verdes y grises. Un hermoso joven en sus dieciocho se hallaba sentado en un sillón de cuero rojo, que contrastaba con los tonos blanco y gris del resto de la estancia. Sus hermosos ojos azules parecían surcados de hielo puro mirando la pantalla dando la impresión de intensidad pero las evidentes ojeras bajo estos los hacían ver ligeramente somnolientos sin restarles ni un poco de belleza. Un delgado cabello plateado con pocos tonos azulados terminando en puntas estaba ligeramente sobre estos. Su delicado pero varonil rostro de semilla de melón sin contener expresión alguna. Labios delgados, pero ligeramente carnosos, que habían estado hasta el momento en línea recta se abrieron para dar paso a una voz profunda y magnética llena de excitación oculta

"Que duermas bien... mi tesoro"

Dedos largos y blancos como el jade acariciaron el aire frente a la pantalla

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A la mañana siguiente. Mo Lili despertó temprano tal como estaba acostumbrada. Mientras salía de su somnolencia su mirada recorrió lentamente al entorno. Sí, efectivamente este era el cuarto de Lin Bai Yue, aún estaba aquí.

Quiero escapar del protagonista obsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora