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Karina empezó a sentir que alguien la miraba, ese sentimiento que llega de repente y sabes que no es posible que alguien te esté viendo, a menos que no estés solo. Pero ella olvidó dónde estaba y no quería abrir sus ojos, el miedo de encontrar algo enfrente de ella la estaba asustando.

No fue hasta que escuchó un ruido y abrió sus ojos golpeando el aire. No había nadie, se asustó más.

Aún aturdida tomó lo más letal que encontró en la habitación, no, no la lámpara, tampoco el florero. Sino una almohada, sí Rina tomó una almohada.

Caminó con cuidado hasta donde venían los ruidos y sin medirse golpeó a lo primero que vio.

—¿Qué estás... ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! — Gritaba Winter cubriéndose con su antebrazo. La mayor no escuchaba nada al parecer porque tardó mucho en darse cuenta de todo.

—Ay no, lo siento, lo siento.— Se empezó a disculpar y la abrazó poniendo su cara en sus pecho mientras trataba de explicar que creyó estar soñando.

Min por otro lado se puso muy nerviosa, ella nunca la abrazaba y menos así, quizá aún no despertaba del todo. Pero decidió no pensarlo más, escuchó el latir del corazón de su unnie, era normal, un ritmo normal. El de la menor no lo era, estaba latiendo con más frecuencia que lo usual, tener prácticamente sus pechos en la cara no ayudaban en nada; lo empeoraba.

—N-no te preocupes, ehm ya terminé de empacar, unnie...—Vaciló un poco al decirlo.

—Oh, cierto. Trae tus cosas te espero en la sala.— Y se separó de ella como si nada, yendo de regreso a dónde estaba.

Minjeong se quedó tonta viendo la espalda y algo más de Karina. Cuando estuvo lo suficientemente lejos de ella, dio un grito ahogado.

-¿Qué fue eso? Joder, Winter. No la mires así, maldita degenerada, ¡es la mejor amiga de tu mamá! —Decía en voz baja cubriendo su cara con sus manos.— No, no, no. Te estás pasando de homosexual, Kim MinJeong.

Estuvo así por al menos 5 minutos y después de regañarse sola fue a su habitación por sus pertenencias.

...

—Hasta que bajas, Min.

—Necesitaba encontrar algo.— Mi cordura, quiso decir.

Karina tomó sus maletas y se las llevó sin esperar que Winter le dijera algo. Las subió a la cajuela, se negó a que su menor la ayudara, objetando que no pesaban nada. Cosa que sorprendió a Min, a ella le costó bajarlas, ¿era tan débil o Karina era muy fuerte?

—Bien, ya subamos. Tengo trabajo.— Dijo mientras abría la puerta del copitoloto a Winter y está se subía. Luego de subirse al lado del conductor arrancó.— Puedes poner música si gustas.

La peliplateada asintió en silencio e hizo lo que le dijo, así se fueron sin hablar hasta que llegaron a la casa de Jimin.

-☕-

En esa habitación solo se escuchaba la respiración tranquila de Karina, el sonido de las hojas cuando las pasaba y en algunos casos el sonido del bolígrafo al escribir.

Pensaba que sí ponía música se distraería, y por supuesto no quería eso, mucho menos al leer cifras.

Le indicó una habitación que tenía para visitas a MinJeong y que podía usar temporalmente, estaba a lado de la suya, de hecho.

Curiosamente no parecía de invitados, parecía una habitación normal. La menor pensó que probablemente ella no era muy consciente del montón de dinero que tenía, y que por ende su casa estaba totalmente bien amueblada, incluso esa habitación conservaba esa característica de su casa. Era la primera vez que se quedaría ahí así que simplemente ya no salió de esa recámara.

Look At You & Look At Me || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora