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Entre brazas y herramientas se encontraban unos ojos rojizos, grandes y curiosos, paseándose por todo la mesa y lugar de trabajo de un azabache que no hacía más que chistar y tratar de apartar al contrario sin siquiera tocarle, puesto que había logrado entender, por los movimientos corporales y los gestos del rostro del de cabellos rojizos, que la idea del contacto suyo con el contrario, no le apetecía o gustaba. Más bien, parecía que la idea de que sus pieles se tocaran le asustaba o disgustaba. Bastante curioso, puesto que unos cuantos minutos atrás estaba cotorreando por los alrededores de la persona viva conocida más temible de todo el valle, y no lucía asustado o disgustado. Mejor dicho, lucía feliz y cómodo ante la presencia del joven cenizo.
Pero él no era quien para juzgar a Bakugou, incluso a sabiendas que originalmente el cenizo trataba de atrapar a la bestia desconocida. Le hacía despertar su curiosidad y hasta cuestionarse en su propia mente, que había ocurrido exactamente que el mismísimo hijo de las brazas, había cambiado su caza e idea original. Para, lo que parecía, adoptar a un bebé dragón con cero entendimiento de la propiedad privada, de la cultura humana y que a penas podía mantenerse quieto de lugar. Requería mucha más paciencia de lo que el azabache podía notar en el joven humano de ojos rojizos. Pero quizás y se equivocaba, a final de cuentas, uno nunca termina de conocer a la otra persona.
Aunque, eso si, hasta el azabache tenía sus límites. Y sus límites empezaron cuando un pelirrojo muy travieso, se puso a lamer los carbones ardientes que estaba calentando para forjar.-¡Eh! ¿¡Qué estás haciendo!? Saca tu boca de allí hombre, ¡Te vas a quemar! -exclamaba con un tono furioso. Esperando que como respuesta el dragón se espantara, pero caso contrario, el híbrido se llevó varios carbones a la boca y salió corriendo a los adentros de sus aposentos. - No, no, no. ¡Vuelve que me vas a incendiar todo!
Sin más, tuvo que dejar sus tareas para ir detrás del mitad humano, que andaba corriendo dentro de su casa con carbones que liberaban una que otra braza.
Para su suerte el mismo no se había alejado mucho, en realidad, estaba con una cacerola de buen tamaño, acomodando los carbones dentro, escupiendo los mismos allí. Se podía ver el humo y cenizas de los mismos. El azabache, ladeó su cabeza ante aquella acción tan confusa. ¿Qué trataba de hacer?
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ᴇɴ ᴍɪ ᴏᴛʀᴀ ᴠɪᴅᴀ [ Kiribaku ]
Фанфик-"Crees que en nuestra próxima vida... tu y yo, ¿estaremos juntos?" -la voz del muchacho era áspera y cortada. Parecía que la muerte le susurraba al oído, ya es hora de partir. -"¿ah? ¿por qué mierda desearía volverte a ver?" -una mirada con mucho d...