I. Bestia

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Era primavera. El aroma del bosque y las distintas esencias que provenían del mismo, marcaban la estación.
Entre las altas malezas, hierbas y ramas, secas, que crujían al ser pisadas por un rígido paso. Se encontraba caminando, un bello humano de cabellos rubios. Destellaban, aquel pelo brillaba ante la luz primaveral, parecía casi como un ángel. Casi, porque aquel chico, era todo menos un ángel.

Bakugou Katsuki, un joven en sus ya 18 inviernos. Era conocido por distintas tribus, aldeas y ciudades. Y, aunque su belleza era radiante, no era aquella la razón por la que el muchacho era tan conocido. No, aquellos que conocían a Bakugou, los relatos y cada vez que salía su nombre en la boca de algún otro humano, no era nada más y menos que para hablar de su personalidad y agresividad. Un chico intenso, dirían algunos y otros... otros lo categorizaban, directamente, como el mismo hijo de las brazas del inframundo, donde todo quema y arde a su paso. Rumores de gran peso cargaba su nombre, pero contrario a lo que pensarían, el joven adoraba tener ese peso encima. Lo hacía sentirse imponente.

Siguiendo con la situación. El rubio se encontraba caminando a un paso medianamente lento. La causante, no era nada más y nada menos que, un enorme rumiante macho (como un venado pero mucho más grande). Bakugou, era un cazador y guerrero, y como todo uno, su vida básicamente estaba rondeando, gran parte del tiempo, el cazar para vender y enfrentarse a bestias que atormentaban gente y tomar cierras partes de la misma para venderlas. Algunos animales o partes de los mismos eran realmente bien pagados, en especial los que atormentaban, se podía llegar a recibir hasta un galón de oro por ello.
Lamentablemente, el rumiante que cargaba, era "barato". Aquellos animales abundaban, y aunque eran difíciles de cazar, por la cantidad que había, no eran bien pagos. Un pago de 20-25 monedas de oro. No era mucho, pero lo suficiente para poder pagarse unas cuerdas. Las últimas que tenía, fueron rotas, otra vez, por la misma bestia, que rompió las quince cuerdas anteriores que puso como trampas ¡Hasta había hecho una red! Y aún así, aquel animal, fuera lo que fuera, le destrozo todo su "equipo".

ᴇɴ ᴍɪ ᴏᴛʀᴀ ᴠɪᴅᴀ [ Kiribaku ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora