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Viernes 13 de mayo del 2020
01:30 pm

Probablemente Jeno tuvo que darse cuenta de que un viernes trece no era la mejor opción para llevar un buen día. Pero aún así se levantó temprano para ir a presentar su examen final de lengua inglesa, ese que Mark no iba a presentar por razones bastante obvias, de cualquier manera, ya sentía esa necesidad por salir de casa.

Se acostumbró a muchas cosas, como por ejemplo la alternancia de días y horarios que había arreglado con Mark, algo extraño después de casi huir el lunes y no regresar hasta el martes bien entrada la madrugada. ¿Qué estuvo haciendo? Ni idea, sólo entendió que estaba cansado y más le valía no estarlo, porque era su turno, pero el hombre se recostó sin siquiera mirarlos y no dijo nada hasta el día siguiente. Ni un "gracias".

Jeno estaba poniendo mucho de su parte, primero aceptando que la semana iniciaría con él, de todos modos, él escogió ese camino. Aunque llegado el jueves y teniendo conocimiento de que el viernes era su turno, tuvo que hacer un pequeño sacrificio que disfrutó más de lo que pensó que haría.

Ya no dolía, ya que le enseñó a Haechan a tener más cuidado y supone que con el paso del tiempo su cuerpo simplemente se amoldó a la perfección, estrecho, pero satisfactorio.

Peinó sus cabellos frente al espejo y se colocó un par de jeans que no tuviesen muchas rupturas, tenía las piernas llenas de mordidas y ni hablar de sus clavículas y cuello, había moretones por todas partes, Haechan era excelente marcando territorio. Se preguntaba la razón exacta. Jamás lo había hecho, empezó a hacerlo el miércoles, Mark en las mismas condiciones.

No era que le molestaran, sólo tenía curiosidad. Tal vez tenía una fijación oral de la que no se había percatado.

A decir verdad, mirarse ya no le daba tanto pánico, después de todo el disfrute por la sensación de los labios húmedos del moreno paseándose y succionando por todas partes, se volvió un deleite. La única preocupación que lo atañía era el hecho de que parecía estar perdiendo peso y había un par de bolsas bastante negras bajo sus ojos. Tal vez debido a la poca cantidad de sueño, ingesta alimenticia y el contrario ejercicio físico en demasía de las últimas semanas. De todos modos, se sentía con una especie de motor golpeando su pecho para seguir adelante.

Miró sobre la cama contento, su día de libertad, iba a salir a respirar aire libre y aprobar el estúpido examen de una vez por todas. Tenía que hacerlo. Con un seis le bastaba mientras no disminuyese su promedio de ocho y claro, no tuviese que recursar esa materia tan estresante. Estaba cansado de ir recordado tiempos, modos, voces, verbos irregulares, oraciones compuestas, oraciones subordinadas de relativo y demás mierda que las personas nativas ni siquiera entienden, pero hablan a la perfección la lengua. Jeno no quería dar clases de lengua o dedicarse a la traducción, él amaba la literatura, quería ser un crítico literario o investigador del campo. Trabajar en editoriales, no en la corrección de estilo, sino en la aprobación de publicaciones y artículos o reseñas de estos.

No pedía mucho, la calificación mínima.

El camino fue breve, no iba a decir que batalló ante el examen, pero su traducción quedó decente. Sobre todo ante el difícil camino que el profesor trazó. Seis exámenes distintos para evitar que todos ellos se copiaran, y a pesar de ser un viernes trece, Jeno se sintió vivo cuando notó que el suyo era de inglés antiguo a inglés contemporáneo, saltándose el moderno, casi besó el suelo porque lingüística le iba como viento en popa y por lo tanto notar la evolución de la lengua fue pan comido. Los demás tenían que hacer evoluciones inversas y adecuarse al estilo del escritor.

ALOUQUA  [MARKHYUCK x NOHYUCK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora