Alouqua

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Lilith tuvo descendencia a diferencia de como lo cuenta la biblia, engendró a seis preciosas mujeres, de las cuales su primogénita tuvo el nombre de Alouqua. Esta vampiresa es toda una erudita en el arte erótico, y generalmente lleva este acto hasta sus últimas consecuencias, por lo que es reconocida con grandeza en el ámbito de los placeres prohibidos. Se le nombra con frecuencia la Diosa de los Íncubos y Súcubos.

Sin embargo, a diferencia de estos, Alouqua trata de no prolongar el acto más de lo necesario, pues su capacidad para satisfacer es tan descomunal que sus amantes no resisten más de una sesión antes de perder la cabeza. Un encuentro con Alouqua deriva siempre en la locura y, posteriormente, en la muerte. Esto se debe a que tener sexo con este ente es el punto máximo del placer sexual.

Después de estar con ella hay dos opciones: la abstinencia y el suicidio, para felicidad del demonio, la segunda es la más viable debido a su facilidad, y siendo la reproducción de vampiros una necesidad innata, Alouqua no duda en aprovechar cada oportunidad que se encuentre a su alcance.

Fue el fruto de un amor prohibido entre Lilith y Abaddón, el destructor rey de los demonios del infierno, de quienes heredó sus mejores dotes, la belleza de su madre y el devastador poder de su padre. Pero la historia no es así de simple ya que cuando un grupo de humanos irrumpieron en las entrañas de la morada de Abaddon con la única intención de aniquilar a aquella familia tan poderosa,  Abaddon, esperando poder salvar a lo que más amaba, se dejó capturar. Rota en su interior Lilith juró no amar nunca más y la pequeña niña, horrorizada por la maldad humana decidió vengarse de aquellos que en su día le arrebataron a su padre.

...

Muchas personas, tras tener una miserable vida, ofrecen su vida al diablo; no obstante, hay ocasiones en las que éste se presenta por sí mismo, aparece al haber encontrado una víctima perfecta, una persona desesperada por poder cumplir lo que más desea.

Es un trato justo, un contrato de letras chiquita que se firman con sangre. Lee Haechan estaba pasando por una racha de baja energía espiritual y no tenía tiempo para rezarle a un dios que tampoco estaba interesado en escucharlo, así que lo tomé bajo mi guardia. De todos modos, ¿qué podría hacer dios por un muchacho que aceptó recibir todo por una gota de sangre?

Poniéndolo en una balanza, no era justo para mí recibir tan poco a cambio de tanta energía, no soy un hada de los deseos para simplemente dar tanta bondad, así que sí, me aproveché de las maravillosas condiciones que el joven dejó para mí. Y es que, ¿quién no lo haría?

¿Quién siendo un amado muchacho no se obsesionaría con sus (no sólo uno, sino dos) novios?

Uno tan servicial y el otro tan físicamente amoroso, justo ese tipo de lenguajes del amor son una perdición al combinarlos. ¿Cómo no darles lo que pedían?

Haechan tenía un cuerpo común hasta que me conoció. Uno que se cansaba, uno que necesitaba comer, uno debilucho, sumiso y sobre todo, mortal. Entonces, estar en él fue fácil, poseerlo fue sencillo y delicioso. Consumir hasta su última pizca de libre albedrío no fue la gran cosa, porque cuando se dio cuenta estaba disfrutándolo.

No soy una persona cruel, para nada, fue un intercambio, me prestó su cuerpo de manera temporal y yo le di energía por el resto de su corta vida, y es que, es imposible sobrevivir de esa manera, él se lo buscó.

Y teniendo un par de novios adictos al sexo, lo disfrutó demasiado, convencerlo de que había sentido tanto placer cada vez que lo hacían hasta llegar al subspace para que no se diera cuenta de lo que realmente hacían siempre fue la parte favorita.

Jeno no se volvió un neófito por un cuerpo normal y tampoco iba a dejar que Haechan se diese cuenta de los cambios físicos que presentaba. No es normal que un bulto resalte en tu estómago al ser penetrado y probablemente si Jeno no hubiese estudiado letras, lo sabría. Algo tan grande no debería simplemente no doler.

Sobre Mark fue lo mismo, el cuerpo de Lee Haechan se modificó a las necesidades de cada uno y creo que esa era mi parte del trato.

¿Los manipulé? Probablemente. Necesitaba que dependieran de Haechan y qué mejor que la imagen de alguien cercano, normal y perfecto a la vista para poder demostrarles que no eran nada comparados a su noviecito y con el sentimiento mundano de culpa, que obedecieran en todo no fue un trabajo complicado.

Mark fue el más fuerte con respecto a personalidad, intentaba no darse por vencido, de ahí la energía para que el plan se llevase acabo. Jeno, por su parte, tan servicial fue el lugar perfecto para poder engendrar la descendencia. Fue un logro absoluto que ninguno de ellos muriera hasta el día de luna roja.

Haechan lo intentó, luchó un par de veces, se dio cuenta de que la mayoría del tiempo no era él; sin embargo, de nada le sirvió resistirse. Mark no tuvo complicaciones. Jeno, siendo el más delicado, intentó complacer en todo al otro, así que en su último momento de vida cuando se necesitaba su cuerpo para poder liberar la maldad, se dió cuenta de que algo andaba mal con él, qué triste...

Fue un inservible ser que sólo pudo procrear a un vampiro, todo porque no quería comer o dejar de usar condones, así que, sabiendo que la sangre no es gratis y se necesita más de un cuello para satisfacer a un nuevo ser, encontré a alguien más desesperado por obtener un mejor puesto.

Tocó la puerta con un rostro sonriente aquella noche.

...
02 de Febrero de 2021

Jaehyun tocó la puerta del departamento de su novio con insistencia, la niebla de principios de febrero le enfriaba la nariz. Era el cumpleaños del mayor y como su costumbre era no salir debido al clima terrible, consideró ir a su casa a celebrar.

A celebrar su cumpleaños y a ofrecerle que aceptara su mano en matrimonio en Taiwan. Tenía la caja negra con el anillo fuertemente atada a su puño esperando que abriera, cosa que no sucedió, por lo que se obligó a quitarse los guantes para teclear la contraseña de la puerta.

—¡Doyoung! —los dientes le titiriteaban. —¡Bebé, ya vine!

Se dirigió por la cocina y la sala sin encontrar nada, hasta que escuchó un ruido extraño y se caminó a su habitación, la voz afligida de Doyoung lo obligó a abrir la puerta de inmediato.

Ahí estaba, como si no helara fuera, semi desnudo sobre su cama, con una sonrisa embobada, por alguna razón parecía estarlo esperando. Su corazón dio un vuelco ante la imagen, le pareció preciosa. No tenía que.

No debía. No había razón para sentirse conmovido, en todo caso debió de llorar, de lanzar el anillo al suelo y gritarle que no lo quería volver a ver en su vida.

Taeyong estaba ahí, su mejor amigo se encontraba encima de su novio, besándolo y usando su cuerpo para obtener placer, pero Jaehyun no estaba enojado, simplemente no podría describir las emociones que pasaban por su mente ante tal hecho. Probablemente se había disciplinado para no reaccionar ante las peores situaciones con lo primero que gritara su mente.

—¿Qué? ¿no te nos vas a unir? —y aunque sabía que ya había escuchado ese tono extraño y seductor antes en alguien más, aceptó.

Alouqua siempre lo tuvo en la mira.

Notas extra oficiales de la bitácora del oficial Johnny Suh.

En paz descansen, mis mejores amigos.

ALOUQUA  [MARKHYUCK x NOHYUCK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora