Casey Reed

Caeruleum rosae

Su trabajo siempre había sido un gran secreto para toda la familia, no trabajaba de la misma forma que los demás periodistas de la ciudad. Incluso para su esposo era una incógnita sin respuesta, un enigma, pero accedió a tomar su apellido en el matrimonio. Una paradoja que no llegaba más allá de aquella faceta de periodista amable de lo que, en ese entonces, suponía Steelwood. Katey nunca había hablado de su familia, era inexistente, ignoraba cualquier mención o pregunta sobre ella. Pero aún siendo misteriosa y extraña era una madre devota, cuidando a su hijo todo lo posible. Ella siempre había tenido una rara obsesión con las rosas azules, imposibles de encontrar en la naturaleza, pero capaces de ser conseguidas tras una modificación genética. Katey quería conseguir una rosa azul mediante la modificación de una semilla. Tuvo varios intentos hasta que consiguió que creciera un rosal, pero nunca que floreciera.La primera rosa azul que vio fue días después del nacimiento de su hijo, tenía un azul intenso y puro que destacaba entre las demás flores del jardín. De hecho, se podría decir que ambos tienen un parecido inusual, más allá que el físico, pero es demasiado pronto para revelarlo. Ella murió, pero el rosal permaneció allí, dando preciosas rosas cerúleas cada primavera. Aunque ya no es primavera, ni Katey es la razón por la que brotan.

Casey frunció el ceño confundido con el mensaje de D.A.T.A. hasta que las luces del establecimiento se apagaron y una música empezó a sonar del escenario. -"Send in the clowns... where are the clowns?"

-"Mierda."- Casey pensó en alto. -"No me gusta esto nada."- Pero antes de poder hacer nada al respecto, su móvil volvió a vibrar. -"Coge a Bill e id a la azotea de los apartamentos."

El detective fue lo mas silencioso posible hacia su amigo para arrastrarlo fuera del edificio y llevarlo a los apartamentos. El rubio estaba aún confundido. -"¿Que-Que pasa?"

-"No estoy seguro, vamos."- 
El camino fue corto, iba prácticamente corriendo. Al llegar paró en seco en la puerta para ver lo que menos quería ver.

-"Buona notte, signori."- El italiano estaba sentado al lado de Daniel, quien tenía un portátil bajo el brazo.

-"¿Tengo que preguntar como habéis escapado de vuestras cárceles o me lo vais a explicar ahora?"- Casey fruncía el ceño, manteniendo a Bill detrás suya.

-"Tampoco ha sido muy complicado."- Esta vez habló el chico rubio. -"Un sistema de seguridad mediocre, policías susceptibles a cualquier chantaje, direcciones ip sin encriptar... creo que una mejor pregunta es como hemos tardado tanto en escaparnos."- Se ajustaba las gafas.

-"Ajá... ¿y ahora que queréis? Si queréis matar a alguien matarme a mi, soy el jefe de la misión."

-"No vamos a matar a nadie, calmati bambino. Venimos a supervisar y a servir de dobles, me apuesto algo a que no siempre queréis estar por ahí siendo unos malotes..."

-"Y también pienso que Bill podría utilizar algunos de mis cachivaches."

Casey dejó su posición defensiva para ponerse casual y acercarse a ellos, Bill yendo detrás de él. -"¿Y queréis que confiemos en vosotros después de escapar de la cárcel?"

-"¿Tenéis otra opción?"- Marco se puso cara a cara con él, eran como dos gotas de agua.

-"Puedo llamar ahora mismo a mis compañeros y que os arresten."

-"Casey Reed Rossi."- Habló D.A.T.A. -"No recomiendo hacer eso, tengo toda tu información en la palma de mi mano, no querrás que se revele que eres un alcohólico con un posible trastorno depresivo, ¿verdad? Sería una pena que perdieras tu trabajo..."

El detective le miró asustado antes de fijar su mirada en el suelo, sacudió la cabeza y se acercó a él. -"No os pienso dar margen de error, estáis en la cuerda floja, un paso en falso y os meto en una caja bajo tierra."