Habían pasado dos semanas desde que se acostó con Jeno. Dos semanas dónde había estado experimentando constantes vómitos y mareos al principio pensó que tal vez era algo que había comido, pero al no desaparecer llegó a la conclusión de que era algo más. Eso le atemorizaba porqué su vida cambiaría no se sentía listo para ser padre, porque, aunque cuidara a sus hermanas, no tenía idea de cómo ser padre. Una de las cosas que más le daba miedo era el hecho de quedarse solo, de hacerse cargo él solo de su bebé. Y cómo las cosas cambiarían.No le gustaba el hecho de tener que pasar por diferentes cambios de humor y los vómitos, tener tantos antojos no tener a nadie quien los satisfaga.
Cuando la última clase terminó se escabullo entre los alumnos hasta llegar al baño de hombres y encerrarse en un cubículo. De su bolsillo izquierdo de su mochila sacó una prueba de embarazo. Sus manos tomaron con fuerza la prueba que pareciera que la podría romper, pero sus pequeñas manos estaban temblando.
Minutos después, con todas sus fuerzas miró la prueba que daba positivo. Pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas. Tiró la prueba y salió con los puños cerrados furioso. Todo era culpa de Jeno. Todo era su culpa. Caminó por los pasillos hasta encontrar al pelinegro. En ese instante no podía pensar con claridad lo que iba hacer en ese momento se dejó llevar por la furia que crecía dentro de su cuerpo.
El castaño fijó su mirada en el pelinegro, quien estaba apoyado en los casilleros, riendo juntó con Mark. Apretó los puños y fue directo hacia Jeno y sin importarle que pudiese salir golpeado por él, lo jaló del cabello hasta llevarlo en un pasillo desierto.
—¡Auch! Vuelve a jalar mi cabello y te rompo esa perfecta nariz—exclamó molesto del pelinegro, pero eso a Renjun no le importó y lo empezó a golpear en el pecho con todas sus fuerzas.
—¡Te odio! Eres lo peor, imbécil — dijo golpeándolo. El pelinegro lo tomó fuerte de las muñecas y lo acorraló en la pared.
Decir que estaba enfadado era quedarse corto.
—¿Qué te pasa, mugroso? —preguntó haciendo más presión en las muñecas del castaño. Este hizo una mueca de dolor.
—¿Qué me pasa? —gritó molesto—. ¿¡Qué me pasa!? Tú me pasas. Estoy esperando un hijo tuyo Jeno, hijo de puta.
Jeno lo soltó al instante que esas palabras salieron de su boca y Renjun cayó al suelo soltando un gemido de dolor.
—¡Todo esto es tu culpa! —Se cruzó de brazos cuando se levantó.
—¿Mi culpa? si más no recuerdo saltabas sobre mi polla todo necesitado—dijo con una sonrisa engreída—. Así que es culpa de los dos, además ¿cómo sé que es mío?
Ahora sí cruzó la línea.
—Eres un idiota. Típico todos dicen eso—Apretó sus puños—, cuando quieren librarse de ese problema, le echa la culpa a la madre... En este caso padre.
—No es mi culpa que andes detrás de mí. —Alzó sus cejas él pelinegro.
—Es tuyo, por qué no he estado con nadie más desde que tuvimos sexo— replicó haciéndose un lado su flequillo
Jeno le dio una sonrisa divertida.
—Así que te gusto. Apuesto que quieres repetirlo—-afirmó
—Eso quisieras—dijo molesto—. Esto es algo serio ¿sabes? ¿No te puedes tomar algo en serio una vez en tu vida?
El pelinegro había pensado que era una broma de mal gusto, pero borró su sonrisa al notar lo rojo que estaban los ojos de Renjun y en la manera en la que se veía indefenso.
—Renjun—susurró sintiendo por un momento la necesidad de tomarlo en brazos.
—No sé qué hacer, Jeno—dijo con la voz quebrada. No se dejaría llorar delante de Jeno. Renjun siempre ha pensado que llorar delante de las personas lo hacía ver débil.
El pelinegro pasó sus manos por su rostro no sabiendo que hacer. Cuando el pelinegro iba a decir algo el timbre sonó
—Creo que es mejor hablarlo después no? —comentó con una mueca. Esperó una respuesta de parte del castaño, pero parecía que Renjun no estaba prestando atención. Así que lo tomó de su brazo y lo estrechó en sus brazos. El castaño enterró su rostro en el cuello de Jeno empezando a llorar. Pasó su mano por el cabello de Renjun.
♡
♡
♡
En las últimas horas Renjun no se podía concentrar. Se sentía avergonzado por la manera de hacer las cosas sin plantearlo en su cabeza primero, había sido un impulsó. En parte era bueno porque de no haberlo hecho no habría podido decirle en otro momento a Jeno que estaba esperado un hijo suyo. Y se sentía mejor de haberlo dicho. Descargarse llorando en realidad le aliviaba el alma, necesita sacarlo. Pensaba en la manera en como Jeno lo tomaba en sus brazos, las caricias en su cabello que le había dado él pelinegro, los susurros. Jeno se había portado lindo. El timbre lo sacó de sus pensamientos. Tomó su mochila y salió del salón encontrándose con Chenle.—Hey—saludó animado él rubio tomando las correas de su mochila.
—Chenle—dijo sin ganas.
—¿Qué pasa? ¿te encuentras bien? — preguntó mirando a Renjun.
—Estoy bien, solo quiero llegar a casa ha sido un día largo—mintió empezando a caminar rápido—. Hasta mañana.
No le gustaba guardar ningún secreto a Chenle, pero conociendo a su amigo haría una escena, le haría un montón de preguntas y capaz iría con Jeno le daría una patada en la entrepierna. De eso estaba seguro.
—Jeno, deja al niño—escuchó a sus espaldas. Volteó encontrándose a Jeno.
—Hola, ¿ya estas mejor? —preguntó Jeno con las manos en los bolsillos.
—Eh... sí—respondió Renjun dándose la vuelta para volver a caminar. Jeno frunció el ceño por el acto y siguió a Renjun.
—¿Qué fue eso? —dijo un poco enojado poniéndose enfrente del castaño.
—Una despedida, tengo que ir a casa puedes quitarte—soltó Renjun. El pelinegro ya se estaba molestando por la forma en que lo trata.
—Puedes dejar de ser un estúpido, estoy tratando de hablarte—exclamó molesto. A lo que Renjun no le contestó siguió caminando hasta perderse de su vista.
El pelinegro escuchó unas carcajadas, se volteó molesto mirando a Mark.
—Sí que la tienes difícil.
ESTÁS LEYENDO
Una Llegada Inesperada | ♡ NoRen ♡
FanfictionRenjun y Jeno son enemigos, pero en una noche de borrachera ambos tienen sexo Renjun queda embarazado y ahora tendrán que lidiar con eso y con su odio. Adaptación autorizada Todos los derechos reservados a @Naomi5011.