El castaño miraba por los pasillos desiertos, estos se encontraban así ya que todos los estudiantes se encontraban en sus respectivos salones. Renjun miraba constantemente los pasillos para no ser encontrado. Cuando se aseguró de que nadie lo viera caminó rápidamente hasta encontrarse a unos pocos metros de la salida, estuvo a casi de salir, pero se detuvo bruscamente cuando escuchó unos pasos. Se ocultó y miró al profesor de Literatura caminar hacia la dirección.—¿Qué haces? —Brincó asustado cuando escuchó una voz a sus espaldas. Se giró encontrándose a Jeno y soltó un suspiro de alivio.
—¡Joder me asustaste! —dijo llevándose una mano a su pecho intentando normalizar su respiración.
—¿Qué tratabas de hacer? —demandó con los brazos cruzados esperando una respuesta por parte del menor.
—Voy a escaparme—replicó con un poco de nerviosismo por la mirada fría de Jeno.
—¿Por qué ibas hacer eso? —preguntó Jeno acomodándose la mochila.
—Se me antojó un pedazo de pastel de galleta— contestó.
—Puedes esperar a la salida—informó.
—¡No puedo esperar! —Jeno le dio una mirada alarmada. Bajó la voz—. Ya sabes lo que dicen, que si te aguantas un antojo capaz y el bebé sale con cara de pastel.
Jeno relajó las facciones conteniéndose para no reírse por las ocurrencias de Renjun. El castaño reprimió una sonrisa.
—¿Qué cosas lees en internet? —preguntó con una sonrisa en su rostro haciendo que sus ojos se conviertan en medias lunas, Renjun aguantó la respiración cuando lo miró. Amaba los ojos de Jeno cuando se volvían en medias lunas y muy pocas veces tenía el privilegio de verlo sonreír de esa manera.
—Lo vi en una página sobre embarazos para madres primerizas—murmuró apenado. —Bueno—Sonrió un poco más—, en la cafetería venden varios tipos de pasteles.
Renjun hizo una mueca de asco.
—Dios, no—chilló asqueado—, son realmente malos.
Jeno lo miró confundido. Los pasteles que vendían en la cafetería no estaban tan mal. Jeno se preguntó si a Renjun le sabrá mal por el embarazo o nunca le han gustado.
—Entonces espera a la salida. —Miró la hora en su teléfono—. Faltan dos horas. Tomas eso o nada.
—Sí, tomo la opción de escaparme—replicó empezando a caminar por los pasillos para llegar a la salida dejando al pelinegro solo.
Jeno se tomó de los cabellos furioso consigo mismo por no poder decirle que no a Renjun, por no prohibirle nada al castaño. Lo alcanzó a paso rápido.
—Okey vámonos antes de que nos vean—dijo Jeno. El castaño sonrió.
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—No puedo creer que nos hayamos escapado —soltó Jeno cuando pidieron sus pedidos.
—Pensé que ya te habías escapado antes—mencionó Renjun apoyando sus brazos en la mesa y posteriormente apoyar su mentón en estas.
—Lo he hecho—notó—, pero dije que ya no lo volvería hacer y mira aquí estoy.
Renjun rio mirando al pelinegro. Siempre había pensado en lo atractivo que era Jeno, y amaba la sonrisa del pelinegro cuando desparecían sus ojos, aunque muy pocas veces le sonreía a él. No sabía lo protector y dulce que podría llegar a ser, hasta ese momento que le dijo que estaban esperando un hijo.
—No dije que me siguieras—dijo burlón. Sus ojos brillaron cuando la mesera llego con sus pedidos.
—No quería que te pasara nada—contestó mirando como Renjun comía su pastel y soltaba gemidos cuando la porción de pastel tocaba su paladar y cerraba los ojos disfrutando el sabor a galleta.
—Pues no te preocupaba cuando me golpeabas—dijo con voz molesta—. Yo no te importó, solo te importa nuestro bebé.
Dijo dolido y así lo sentía.
—No sabes lo que dices. —Negó el pelinegro.
—Estoy seguro con lo que digo—dijo intentando que la voz no se le quebrara—, y no te culpó, yo tampoco quiero que le pase nada. Tal vez al principio era un descuidado por correr por todos lados, pero me importa este bebé.
Dijo con la mirada en sus zapatos para no tener que mirar al pelinegro a los ojos. Sintió un peso a su lado. Levantó la mirada encontrándose con Jeno.
—Claro que me importas. —Tomó el mentón de Renjun e hizo que lo mirara a los ojos—. Tú y el bebé son importantes para mí.
—Jeno
—Son sumamente importantes—Juntó sus frentes. Renjun cerró los ojos por un momento fugaz y luego los abrió —. Cuando me preguntaste porque te molestaba ¿yo qué te respondí?
—Que querías llamar mi atención—dijo sonrojado.
—Y es verdad, era un inútil en ese tiempo. —Renjunrio. El pelinegro admiro los ojos de Renjun antes de decir: — porque me daba miedo admitir que me sentía atraído por ti.
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Una Llegada Inesperada | ♡ NoRen ♡
FanfictionRenjun y Jeno son enemigos, pero en una noche de borrachera ambos tienen sexo Renjun queda embarazado y ahora tendrán que lidiar con eso y con su odio. Adaptación autorizada Todos los derechos reservados a @Naomi5011.