Cartas de un Soldado Caído ✔️ [Completa]- #PGP2022

Epílogo: La carta que nunca te envié

Seis meses después.

Estaba destruida. Mi alma se sentía pesada. Mi corazón marchito. Deseaba morir. Las fuerzas me abandonaron. Mi mente se encontraba a millas de mi presente.

¿Cómo le diría a mi bebé que su padre nunca llegará?, ¿Cómo explicarle que su padre dio la vida por su nación?, ¿Qué alguien me diga cómo se le dice a un inocente niño que su padre amado, ya no está entre nosotros?
No, no estoy preparada para decirle adiós. Nunca estaré preparada para dejarlo ir. Nunca me preparé para este momento. ¿Es que la vida me odia?, ¿A dónde fue a parar nuestra felicidad? Me encuentro perdida en el laberinto de mi corazón. Sin salida, sin solución, sin retorno.

¿Podríamos volver a esos días en donde ambos nos demostrábamos amor?, ¿Podríamos volver al momento en que comenzamos a reír, a soñar, a volar juntos?, ¿Podríamos volver al inicio de nuestra historia?, ¿Al inicio de nuestro amor?
¿Podríamos, una vez más, estar juntos?

Tome la foto de mí amado esposo, y una vez más recordé su rostro, esos perfectos ojos color café, su hermosa sonrisa, su corto cabello, su fuerte mentón: varonil. Recordé todos los momento que pasamos juntos; recordé como tomaba de mi mano mientras caminábamos juntos, la manera en cómo me atraía hacia su pecho para envolverme en sus brazos; recordé la forma en como sus ojos brillaban cuando me miraba, llenos de mucho amor; recordé la forma en como me sorprendía con el desayuno en la cama; la manera en como cada día encontraba una carta en algún lugar de nuestra casa; recordé la forma en como me tomaba de mi cintura y acercaba mi rostro hacia el de él… llenándome de besos, de afectos, de amor. Haciendo mi corazón explotar en miles de pedazos llenos de felicidad.

¿Cómo olvidar todos los hermosos momentos que pase junto a él?
¿Cómo olvidar las veces en que ambos nos entregamos? ¿Cómo volver a ser feliz? Mi felicidad se esfumó en el momento que supe de su muerte. Mi felicidad era gracias a él, gracias a su vitalidad, a su fuerza, a su amor. Mi felicidad era él.

Y él ya no está. Ya nunca volverá. Se esfumo como ladrón por la noche, dejando un hueco en mi corazón y un vacío en nuestro hogar. En nuestra familia.

Cuando duermo, cuando me envuelvo con nuestra cobijas, es imposible no llorar, todo nuestro hogar esta impregnando de sus risas, de sus bromas, de su amor… de su recuerdo.

¿Cómo se elimina aquello que no quieres borrar?

Lo extraño.

Me encontraba en nuestra habitación, reviviendo con dolor en mi corazón, las veces que me lleno de amor en nuestra cama, las veces en que me sorprendió en nuestra habitación con pequeños detalles  que agitaban mi corazón. Recordando con pesar cuando nos enteramos de nuestro embarazo, su alegría, sus lágrimas de felicidad… irradiaba emoción, anhelo. Sabia, y estaba segura que a nuestro bebé nunca le faltaría amor, porque mi amado esposo estaba lleno de eso. Reviví nuestras conversaciones, en donde aún existía un futuro para nosotros ¿A dónde fuimos a parar? ¿En dónde nos vamos a encontrar?

Abrí el cajón de nuestra mesa de noche y saque una carta… una carta que escribí hace tanto tiempo… una carta que él nunca leyó y que nunca leerá.

Dice así:

Washington D. C,  29 de Marzo 1945

Para mi verdadero amor:

No te amo. Tampoco me gustas y mucho menos me atraes; pero creo que estoy, solo un poco, enamorada de ti ¿acaso he enloquecido? ¿He perdido mi juicio, cordura y todo acto de conciencia? ¿A dónde han ido mis prejuicios y mi vanidad? Pero lo más importante ¿por qué tenías que ser tú?

¿Fueron tus profundos ojos viendo a través de mi alma, lo que me hizo caer? ¿O fueron tus fuertes brazos acobijándome mientras me alejabas de mis propios demonios?

No, de seguro fue tu rasposa y gruesa voz cada vez que me hablabas. No lo recuerdo, me encontraban tan perdida en tu angelical sonrisa que perdí la noción del tiempo.

¿Cómo puedo amarte cuando quiero odiarte? Qué alguien me diga como borrar este sentimiento de mi desgarrado corazón.  Tu sola presencia hace latir hasta la última de mis venas. Palpita, quema y consume, como la leña mientras es consumida por el fuego.

¿Por qué tenías que ser tú? ¿Por qué tenía que ser yo? ¿Por qué tuvimos que ser nosotros? ¿El universo ha conspirado a nuestro favor? ¿Quiénes somos nosotros para contradecirlo? Este sentimiento latente dentro de mí me está asfixiando. Quiero gritar, quiero decir en voz plena que me he enamorado, que te he amado desde el primer día en que te vi.

¿Qué Fue lo que hizo nacer este sentimiento incontrolable dentro de mí? ¿Fueron tus delicados, dulces y suaves  labios explorando los míos? ¿Tú inteligencia? ¿O acaso fueron tus sutiles  y elegantes palabras?  No lo sé…

¿En qué momento todo inicio? ¿Y en qué me momento todo va a acabar? ¿Por qué no puedo encontrar una respuesta para estos sentimientos?

Aún recuerdo mirarte desde lejos mientras caminabas, mientras me analizabas, mientras disimuladamente me consumías con tu mirada.  ¿Eso me hace una psicópata? ¿O acaso tú eres el psicópata?

Eres como el árbol del Edén: hermoso, deseable y prohibido.

¿Eres un ángel o un demonio? ¿Eres mi salvación o mi perdición? ¿Eres quien me llevará al cielo o al infierno?
No lo sé. Pero cualquiera que sea la respuesta me quedaría contigo, iría hasta el fin del mundo mientras seas tú quien tome mi mano, quien me ayude a liberar mi pesada carga. Allí estaré. A  tu lado. Amándote. Porque estoy segura, así como de que el cielo y el infierno existen, que tú eres a quien estaba destinado a encontrar, depende de ti ¿me tomarás o me dejarás? ¿Cuál es tu respuesta?

Solo quiero que sepas que me diste coraje para vivir, ideas para soñar y alas para volar.

Hoy y siempre serás mi primer amor
.
Tristemente, esta es una carta que nunca podré enviar. Perdida entre mi letra, y guardada en medio de mis palabras, nunca sabrás que me he enamorado de ti.

Con amor, de una chica simplemente enamorada, Katherine.

Lloré, me derrumbé por completo, me deje caer en el piso mientras gritaba de agonía ¿por qué? ¿Por qué no podía ser feliz? ¿Por qué él se tenía que ir? ¿Por qué me dejó? ¿Por qué me dejó sola con esta enorme carga? ¿Por qué tuvo que ser él? La vida sin él es realmente deprimente, triste. Llena de agonía y sufrimiento.

Entre lágrimas suplique al cielo su regreso. Suplique que fuera una equivocación y que aquel cuerpo que enterré hace seis meses no fuera el de mi esposo.

—Por Favor Vuelve. Por favor Regresa. — supliqué una vez más, rogué por un milagro. Pero una vez más no fui escuchada. — No me dejes. Lo prometiste.

Lloré. Con el alma desgarrada lloré, con el recuerdo vivido en mi mente y en mi corazón me vine abajo y toqué fondo. Nunca podría salir de este agujero en donde me había sumido, lleno de sufrimiento, de pena y dolor.
Es tan difícil decir adiós ¿cómo dejarlo ir? No estoy lista, nunca estaré lista para dejarlo ir. Así que mientras viva, lo recordaré, lo dejaré grabado en mi alma y escrito en mi piel, porque tú… tú fuiste el único hombre al que amé y al que amaré toda mi vida. Por lo que no diré adiós, es un hasta pronto… porque te encontraré. En mi próxima vida te encontraré y esta vez, no te dejaré ir.

FIN.

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