No te escucho
Y por muy irónico que parezca, así era, solo lograba recordar estar en una de las tantas misiones de su oficio apagando el intenso fuego que se propagaba cerca de una gasolinera. Sabía que siendo un alto rango de bombero como es el de instructor, no podía permitirse poner en peligro a sus compañeros o a las personas que iba a salvarles la vida, pero cometer el error más grave de ingresar a la zona de peligro sin aviso previo era lo peor que pudo haber hecho.
Se preguntarán, qué pasó?
Algo muy simple de explicar pero que si uno lo viviera en carne propia, hasta se rompería algún hueso con tal de revertir esa decisión.
Sigurd Kolbeck, el rubio de raíces nórdicas, estaba atendiendo un aviso de gasolinera como eran los habituales, asistió con la mayoría de los compañeros pues todos estaban de servicio. Todo salió mal cuando habían agarrado otros tipo de extintores del camión pues los suministros que debían de usar aún no llegaban a la isla obligándoles a darle uso al material que tenían. Claramente el fuego no se apagaba con facilidad y se iba expandiendo aún más provocando que las temperaturas elevaran cerca del tanque de gasolina.
El noruego mayor estaba en una posición poco beneficiosa pues las llamas casi llegaban a rocas su traje amarillo, pero tenía que mantenerse pues la se les estaba descontrolando. Y como dije antes, su peor error fue el momento en que decidió avanzar unos pasos adentrándose en el eje de calor, no vio necesario avisar pues no llegaba más lejos de los 2 metros de su antigua posición.
Continuó apretando el gancho del extintor para que el contenido de alguna manera calmara el fuego a su alrededor, no fue hasta que escuchó las voces lejanas de sus compañeros que se dio cuenta de lo que ocurría, fue cosa de segundos que no le dio tiempo ni de reaccionar.
Pum
Fue lo último que escuchó acompañado de un pitido en su oído y su vista casi en negro completamente, podía sentir un líquido escurrir por su cabeza, no sabía lo que era pero su cuerpo se sentía tan pesando como para abrir los ojos y averiguarlo.
"Tráiganlo por acá!"
"Con permiso! Con permiso!"
"Ayuden a trasladar al paciente a la sala de cirugías"
"Tienen que esperar afuera, no pueden pasar"
"Sigurd"
"Thor"
"León"
Despertó adolorido en un cuarto blanco con azul, parecía estar recostado en una camilla pues era algo incómodo para su espalda, volteó su mirada a los tubos concertados a su mano con una aguja. Miró a todos lados encontrando unas cuantas siluetas en la misma habitación.