No te escucho
Estaban en esa sala de hospital, ambos sentados en el piso sobre los tapetes que usan los niños al jugar, muy cerca el uno del otro.
Y cuando digo muy cerca, es porque es muy cerca.
Sigurd estaba sentado con las piernas estiradas hacia en frente y con sus manos apoyadas un poco en el suelo recargando todo su peso. Por otro lado, kai estaba posicionado encima de los muslos del rubio, con una pierna a cada lado y sentándose en el regazo de este.
Se encontraban de esa manera pues seguían con una terapia para que ayudar al rubio durante el tiempo sin su audición. Descubrieron, gracias a la doctora, que algunas en zonas del rostro se puede sentir una pequeña vibración al momento de pronunciar ciertas letras del abecedario.
El nórdico ya conocía esas formas de identificar las letras, lo había aprendido en su antiguo hogar, pero le divertía y hacía muy tierno cómo el moreno estaba tan concentrado en explicárselo mediante la lengua de señas.
El menor estaba tan enfocado en no equivocarse con los movimientos de sus manos que no notaba que estaba sentado en las piernas del rubio ni que esté había posado las manos cerca de su cintura apegándomelo aún más. No faltaba decir que su relación había mejorado a lo largo del tiempo.
Kai seguía con su explicación cuando de manera inesperada recibió un corto beso en los labios haciéndole detener todo y mirar a los ojos a Sigurd, quien solo le sonreía.
Fue cosa de segundos para que su rostro se volviera completamente rojo y se inclinara contra el rubio para esconderse en el espacio entre su cuello y hombro.
S: qué pasó, chiquitín? Te molestó el beso?— soltó una carcajada, no solía hablar mucho todavía pero con situaciones así valía la pena antes que separar al chico de sus brazos (cosa que claramente se negaría a hacer) y hablarle en lengua de señas
K: no se vale— habló y dio un suave golpe en el pecho del mayor con su mano para que supiera de su "reclamo"— en verdad no me molestó... espera qué— murmuró hasta que fue consiente de lo que dijo y se escondió aún más en el pequeño espacio, afortunadamente el rubio no le iba a escuchar o se estaría muriendo el triple por la vergüenza
Sintió caricias en su espalda y un beso depositado en su cabeza, sonrió inconscientemente y pensando que pronto se le podría salir el corazón de lo rápido que iba.
K: te quiero — volvió a murmurar sabiendo que esas palabras quedarían solo para él pero sorprendiéndose al escuchar como el mayor también susurraba un "te quiero" casi en unísono junto con él
Se separó un poco, lo suficiente para mirar al contrario sorprendido pero Sigurd solo le observó con expresión confusa
S: que sucede?
K: nada — y termino devolviéndole la jugada al mayor y depositando un tímido beso en los labios de Thor
En verdad faltaba un beso así que aquí está, algo simple pero me sirve
Ha det