Extra #2

167 15 7
                                    

ADVERTENCIA:

Lenguaje algo grosero y explícito.

Escena media subida de tono con narración totalmente libre. Aviso para que estés preparado/a de leerla o no. Está casi al final. No pondré advertencia en medio del capítulo para no interrumpir la lectura, pero no es tan difícil de adivinar dónde empieza.

Debido a lo exageradamente largo que es- 10, 240 palabras y más -, contiene errores ortográficos, falta de acentos, comas, puntos, o alguna palabra mal escrita. Ya me ha pasado, qué pena.

NO ESTÁ EDITADO.

● ● ●

Un jadeo involuntario sale de mis labios mientras me remuevo un poco. El dolor que siento en estos momentos es completamente agobiante e intenso, al punto de no poder concentrarme en nada más que no sea en las tortuosas punzadas por todo mi cuerpo. Estoy tan seguro de que el aspecto que tengo en estos momentos es aterrador, pero no importa, es costumbre.

Me siento incómodamente en el frío césped, un escalofrío recorrió parte de mis piernas, cintura y por último se concentró dolorosamente en mi abdomen. Intento evitar hacer muecas del terrible ardor que me llevaba al infierno, pero era casi imposible, jamás había tenido una golpisa a esta magnitud, fue totalmente inesperada. Mi mente hace un poco de memoria y, cuando trato de pensar en algo bonito, el recuerdo de los golpes y carcajadas burlezcas vuelven a mí como un acto casi masoquista, pues aunque tratara de evitarlos, los revivía una y otra vez.

Suelto un potente suspiro cuando logro acomodarme de una manera bastante cercana a lo cómodo. Como años y algunos meses de experiencia, necesitaba algo de reposo. Sé que debería de tratar estas heridas de inmediato, pero una pereza abrumadora se apoderaba de mi dañado cuerpo siempre. Sintiendo mi rostro arder fuertemente y probablemente sangrando, levanto mi cabeza hacia el cielo y contemplo la viva noche con el cantar de los búhos. Definitivamente sería una tarde nocturna hermosa de no ser por lo que acababa de pasar.

Siento el frío viento tratando de refrescar mi ardiente rostro, y trato de calmarme un poco, cierro mis ojos fuertemente pero algo dentro de mí se mantenía inquieto. Probablemente era la fuerte impotencia de querer hacer más por dañarles. Abro los ojos en cuanto siento algo espeso en mis labios, llevo un dedo hacia estos y los froto un poco; lo oscuro de la noche no me dejaba ver demasiado, por lo que supuse lo obvio, sangre. Paso mi lengua por mi labio inferior y siento el ya conocido sabor metálico, uno que ya me tenía bastante harto. Esta vez me recuesto en el suelo, sin importarme si llego a llenarme de tierra.

Y me mantengo ahí, echado en el césped, pensando y sintiendo. Fui patético, demasiado patético. No logro contener la gran decepción guardada hacia mí mismo y con mi antebrazo izquierdo tapo mis ojos. Suelto lo que parece ser un bufido pero que se asemeja más a un grito ahogado, uno lleno de frustración y desesperación. Y quiero quebrarme ahí mismo, quiero llorar hasta cansarme como el cobarde que soy, quiero sacar lo que llevo guardando por años, pero no lo hago. Nuevamente mi orgullo me gana y reprimo mis sentimientos, rebajándolos y minimizándolos lo más que podía, comparándose a un diminuto grano de arroz.

Eres patético, imbécil, grosero e imprudente, pero no un cobarde.

Me repito una, dos, tres y muchas más veces aquella frase en mi mente; tratando de convecerme, tratando de no liarme en contra de mi orgullo, a pesar de que no faltaba mucho pata que esa barrera cayera.

Intento morder mi labio inferior para sentir algo de dolor que trate de amortiguar el de mi pecho, el que estruja mi corazón de una manera increíblemente malvada, pero el potente ardor que se avecina en cuanto mis dientes rozan mi carne me hace descartar aquella idea. Suficiente dolor.

𝕸𝖎 𝕻𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔 |ɢʸᵘᵗᵃʳᵒ×𝗼ᶜ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora