Capítulo 2
Sarita Elizondo caminó por la sala de estar de la confortable casa que rentó para encontrarse clandestinamente con Franco Reyes.
Era jueves por la tarde, cinco minutos antes de las tres.
Ruedas de carruajes sonaban en la calle, no podía evitar apresurarse para ir a la ventana para ver si él había llegado...No era Él.
El carruaje pasó sin detenerse , y ella no podía decidir si estaba aliviada o desanimada.Cinco minutos, mas murmuró, mirando el reloj encima de la repisa de la chimenea.
Aunque ella ya había decidido que esperaría una hora mas antes de desistir completamente. ¿El aparecería?
Nerviosamente, examinó los muebles de la residencia modesta. El departamento estaba limpio y ordenado, una bandeja con bebidas en la mesa delante del sofá.
Un fuego alegre crepitado en la chimenea, el había bebido alcohol durante la breve reunión en su escritorio, así que ella agregó una botella de coñac en el caso que él quisiera algo más fuerte que té.
Era un plan demencial, pero no podía pensar en otro lugar donde los dos pudieran conversar privadamente.En su mundo protegido y formal, una mujer simplemente no cruzaba su camino com hombres como el Señor Franco Reyes.
Él era un personaje demasiado desenfrenado, demasiado infame, y demasiado escandaloso para que una mujer refinada lo conociera. Ella difícilmente podía pedirle a alguien que los presentara, ellos no podrían haber tenido un encuentro casual en la calle, o en un parque, o en uno de los establecimientos más prominentes de la ciudad donde la Alta Sociedad le gustaba ver y ser vista. El rumor rápidamente habría llegado a su medio hermano, Demetrio Elizondo o Dios no lo permita a su esposa Romina, en ese caso no existiría fin para el escándalo que cualquier tipo de asociación con el Señor Reyes crearía.Como el terrateniente burgués Demetrio era un hombre sofocante y aburrido; su esposa era una mujer reprimida, envidiosa, y egocéntrica. Sus vidas estaban gobernadas por el decoro y el orgullo por su condición social y ninguno de ellos entenderían por qué Sarita necesitaría contactar a alguien de las clases mas bajas.
Si ella fuese vista con el Señor Franco Reyes, hasta en la mas inocente de las circunstancias, no existiría ningún tipo de excusa que ella podría dar por su comportamiento.Como el hijo bastardo del notorio Comandante y comerciante de San Marcos, Franco Reyes era la persona más insultante, más desacreditada e impropia que Demetrio y Romina podían imaginar.
No importaba qué tipo de hombre él fuese interiormente, para ellos, su condición de nacimiento lo decía todo, UN BASTARDO!.Pero ella estaba decidida a tener éxito, entonces finalmente había decidido alquilar un lugar en el Pueblo donde ellos pudiesen ir y venir con un anonimato relativo.
Realmente, ella estaba disfrutando esa parte del plan, que implicaba osadía y engaño, encontrando así un lugar secreto y ansiosamente anticipaba lo que sucedería durante sus encuentros.
Sara no tenía ni idea de cuantas visitas serían necesarias, pero asumía que llevaría por lo menos dos o tres entrevistas para aprender todo.
Si necesitaba mas tiempo, lo tendrían, ya que un alquiler de seis meses había sido depositado por adelantado para retener la propiedad, pero a ella no le importaba.
El dinero no era un problema, y ese gasto insignificante valía la pena si Franco la ayudaba a obtener las informaciones que buscaba.El encuentro en su despacho había sido el evento mas excitante de su vida demasiado tranquila. También había sido el más difícil, pero ella pensaba que saldría airosa .
A pesar del hecho que había estado asustada y aprensiva, pudo esconder su temor, pareciendo segura y confiada.
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¿Lecciones sensuales? PDGV Franco y Sarita
FanfictionSarita Elizondo, una muchacha de 30 años aparentemente destinada a la soltería, además de su falta de experiencia con el sexo opuesto, no puede aliviar los miedos de su hermana menor sobre la unión carnal. Valientemente Sara se dispone a aprender q...