flowers boy ❀ larry au

»important

Cuando Louis salió del baño, vio la habitación de Harry vacía. Frunció el ceño y movió su flequillo lentamente, haciendo que las pequeñas gotas de su cabello mojado caigan al piso. Agradecía mentalmente a Harry por haberle dado ropa nueva y cálida aunque demostrara lo contrario. Sabía que si hubiera mantenido su vestimenta luego de bañarse, pescaría un resfriado tremendo.

La camiseta polar blanca lo calentaba perfectamente. Rodeando y apretando suavemente sus brazos, las mangas hacían un gran soporte para su cuerpo. Le gustaba ese toque de olor a lavanda que tenía, mezclado con el olor de Harry. Olor a hombre. Se sentía como si el mismo Harry lo estuviera abrazando. Y eso le gustaba. Aunque nunca se lo mencionaría.

Giró su cabeza hacia la puerta cuando escuchó un gran estruendo, seguido de contables maldiciones. La voz era ronca y grave, y Louis podía adivinar en un segundo a quien pertenecía. Suspiró y se apresuró a salir de la habitación, dejando la toalla que había usado colgada en una silla, para que se pudiera secar. Bajó las escaleras y pudo escuchar más insultos cercanos, provenientes de la cocina. Su cuerpo pasó por la puerta de ésta y se detuvo a inspeccionar lo que pasaba.

"¡Maldición! ¡Diablos!" dijo el rizado, sosteniendo su mano izquierda fuertemente hacia arriba con una mueca de dolor. Louis dejó salir un jadeo ahogado y corrió rápidamente hacia Harry.

"¿Qué ha pasado?" dijo Louis, mientras hacia que Harry bajara la mano hasta su altura, ya que él no podía ver mucho.

"Me he salpicado aceite caliente en la mano." Louis llevó la mano de Harry hacia la canilla, y luego abrió el agua fría, dejando que llegue hacia la mano del rizado. Éste suspiró, aliviado.

"Es que eres tonto, Harry." Louis rodó los ojos y acarició suavemente la mano de Harry debajo del agua.

"¡El aceite me ha atacado, no he sido yo!" el castaño dejó escapar una suave risa.

"Menos mal que no ha sido mucho. Es sólo una quemadura leve. ¿Tienes alguna crema para quemaduras o aloe vera natural?" Louis dijo, soltando la mano de Harry. Éste asintió.

"En el estante del baño hay una crema blanca." Louis asintió y comenzó a salir de la cocina, pero no sin antes darle una clara advertencia.

"No muevas la mano de allí, deja que el agua corra por la zona afectada." Dicho esto, dio media vuelta y corrió escaleras arriba.

Harry rodó los ojos y volvió a ver su mano, todavía con tres pequeñas manchas rojas. Podría haber sido peor, como dijo Louis, y se sentía agradecido por el castaño. Él podría haber metido la pata, haciendo cualquier tontería.

Minutos después, Louis volvió con crema y pañuelos. Cerró la canilla y tomó delicadamente la mano de Harry, como si de una muñeca de porcelana se tratase. Secó suavemente la mano del rizado y aplicó la crema de inmediato.

"¿Cómo es que te has hecho esto?" preguntó, mientras seguía acariciando la mano de Harry.

"Quería hacer huevos fritos y el bácon, supongo que me ha salido mal" se encogió de hombros y miró indiferente a Louis, quien sólo rió.

"¿Tu madre como está?" Harry iba a responder, pero una silueta apareció por la puerta.

"¡Perfecta! Me siento renovada." la madre de Harry sonrió y se acercó a los chicos, dejando un beso sonoro en la mejilla de su hijo, y tomando de imprevisto a Louis, dándole un fuerte abrazo. "Así que tú eres ese castaño lindo del que mi hijo tanto habla, ¿verdad?"

Harry se sonrojó fuertemente y bajó la cabeza. "¡Mamá!"

Louis rompió a reír, mientras sus mejillas se tornaban de un rojo carmín. "Un-n gusto, señora. Me llamo Louis"