En otra vida

Algo más que una resaca

Light no recuperó la consciencia hasta la mañana siguiente. Entreabrió los ojos, pero la claridad cegadora lo obligó a volver a cerrarlos al instante.

"Ah... Hmn... Mierda, mi cabeza...", se quejó, mientras se llevaba la mano a la frente. El dolor era insoportable, casi como si alguien estuviese golpeándolo en el cráneo con un martillo. Tenía sed, muchísima sed, y un malestar generalizado por todo cuerpo. Por si fuera poco, su estómago estaba completamente patas arriba, y la necesidad de vomitar se hacía cada vez más inminente.

"Mierd-"

Tuvo el tiempo justo para levantarse de la cama. Allí mismo, sobre la alfombra de su cuarto, echó fuera toda la bebida y la comida del día anterior.

"Joder... Joder...", gruñó, después de secarse los labios con la palma de la mano.

En condiciones normales, habría limpiado aquel asqueroso estropicio cuanto antes. Sin embargo, aquella situación era de todo menos normal. Se sentía tan enfermo que no pudo hacer otra cosa que dejarse caer sobre la cama de nuevo. Con una mueca de dolor, posó las manos sobre su abdomen. 

"No voy a volver a probar el alcohol en lo que me resta de vida...", se prometió, entre dientes.

Cuando por fin amainaron los mareos, extendió el brazo y agarró el móvil. El reloj marcaba las 10 de la mañana. ¿Cómo y cuándo había llegado a su cuarto? ¿Qué había pasado la noche anterior? Poco a poco, comenzó a enlazar los pocos recuerdos que, de forma desordenada, iban viniendo a su mente.

Estaba organizando la fiesta de bienvenida. Regañé a aquellos alumnos de primero, y después... el discurso. Misa llegó, bailamos, bebimos y luego... Light tragó saliva.

Luego, L.

Por un momento, deseó que aquel recuerdo no fuese más que una desagradable pesadilla, una broma de mal gusto. Al instante, la negación y el rechazo más profundo lo invadieron por dentro. Porque no podía ser.

No.

Nunca.

Light Yagami jamás besaría a un chico.

Había sido un error. Tenía que ser un error.

El alcohol le había jugado una mala pasada, una terrible* pasada, y había perdido el control de sí mismo ante la peor persona posible.

Pero no había nada de lo que preocuparse; seguramente, no era el único que había bebido. Quizás ni siquiera L recordaba lo sucedido. ¿Verdad? 

¿Verdad?

"Ah..."

Light trató de seguir recordando, pero el dolor de cabeza le impidió seguir pensando con claridad. Cerró los ojos y trató de dejar la mente en blanco.

No despertó hasta horas más tarde.

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Beep, beep.

Beep, beep.

"Shhhhh... Todavía es pronto..."

Beep, beep.

Beep, beep.