Tenía el tiempo justo para arreglarme y llegar al sitio donde íbamos a quedar. Me puse un vestido corto negro, el cuello era de corazón y los tirantes se quedaban por los hombros. Me sentía yo misma en ese vestido, me puse unos zapatos y un bolso cruzado y me puse rumbo a... ¿Cómo se llamaba? "Plaza Dauphine". ¿Por qué habrá elegido este sitio?
Cuando llegué lo entendí perfectamente. Es una plaza pequeña y escondida por los callejones de París entre edificios llenos de encanto. Como iba llegando entendía este lugar como un pequeño pueblo, algunos vecinos se saludaban mientras que sus perros jugaban por el jardín, otros compartían conversaciones, era un ambiente familiar y sencillo en comparación con otras calles famosas llenas de tiendas internacionales donde la gente es una marea que no se mira a los ojos.
Y ahí, sentado en el bordillo de la fuente, en medio de la plaza, dándole un fuerte rayo de luz que le hacía brillar sus bucles estaba él sonriéndome. Me senté a su lado. Y él se acercó más a mí.
- Me encanta este sitio, gracias por proponerlo - de repente esa confianza que habíamos ganado por teléfono no parecía servir cuando estás con alguien físicamente, sirve de algo pero no mucho porque yo ya sentía que las manos no me paraban quietas.
- No sé por qué sabía que te iba a gustar. - dijo mirando a los edificios que rodeaban la plaza.
-¿Lo sabías? - me pillo por sorpresa.
- Sí, es raro de explicar, cómo una energía.
-¿Tú también crees en eso? – me quedé mirándolo.
- ¡Claro! Siento que a veces conocemos a alguien y podemos sentir algo por dentro, inexplicable, que nos hace sentir que vamos a conectar muy bien con ella, yo le llamo energía.
-Exacto, pienso igual. Y no pasa con todo el mundo, de hecho...
-No suele pasar casi nunca pero cuando pasa...- levantó sus ojos del suelo y me miró sonriendo- Se sabe.
Bajé los ojos al suelo como acto reflejo, como si estuviera inconscientemente huyendo de aquello. Me estaba asustando, se me estaban yendo las cosas de las manos, me mordí el labio inferior buscando algunas palabras para contestar cuando se dio cuenta:
-¿Damos un paseo?
Andábamos pegados, tuve que cambiar mi bolso de hombro para que no fuese pegándose con su brazo. Yo miraba a todo lados, edificios, balcones con plantas, flores, pequeños bares con terrazas íntimas, le seguía a donde fuese que íbamos.
-Me alegro que hayas querido venir, la verdad es que quería verte otra vez - mirando al suelo le vi como lanzaba una media sonrisa.
-Yo también me alegro - le di un pequeño empujón al hombro. ¿Había hecho eso? ¿Era mi forma de "somos amigos? Puede ser. Qué ridícula eres.
- Cuando estoy triste me gusta pasear por estas calles estrechas. - dijo cabizbajo.
-¿Estás triste?
- No no -dijo antes de que acabara la frase, pero la verdad es que lo veía como con una mirada apagada - pero gracias por preguntar - continuó echándose los rizos con las manos hacia atrás. Estás guapísima por cierto - concluyó sacando una sonrisa.
Me puse roja, no me esperaba aquello para nada, estaba en modo alerta. Sentía cómo tenía el cuerpo estirado y simplemente solté un "gracias". Y después...silencio.
Andamos pegados, como cómodos después de todo habíamos estado días hablando ¡hasta por teléfono! Y ahora ese silencio me estaba comiendo por dentro, no sabía a dónde mirar, me estaba matando "di algo, di algo por dios" pensaba.

ESTÁS LEYENDO
LOST IN PARIS | Timothée Chalamet
Fanfiction¿Cómo enfrentarte a esas voces que te repiten todo lo que haces mal? Luna convive con ellas, sintiéndose perdida y atascada intentando controlar cada parte de su vida. Un viaje de ida a París la llevará a conocer a Timothée Chamalet quien resulta...