Parte primera: Capítulo 4

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"Oye, sé que... Sé que la pregunta va a parecerte un tanto extraña pero... ¿Tú y yo nos conocíamos de antes? De cuando, ya sabes, ¿de cuando yo estaba vivo?"


¿Qué es lo que son, las cicatrices? ¿Son pruebas de que fuimos marcados? ¿El testimonio de cómo nos cortaron la piel, de cómo la hoja del cuchillo se hundió hasta la médula de los huesos? ¿O son, quizá, la huella y el recuerdo de que sobrevivimos al dolor más profundo y seguimos adelante, respirando?


Todos los que están aquí han sido dañados, de un modo u otro. Las cicatrices sólo son otra clase de recuerdos, grabados a fuego en la carne en lugar de en la memoria.


Reminiscencia 


Parte Primera — Capítulo 4


Fue una semana exacta después de su llegada cuando Chanyeol apareció en su cuarto por la mañana, todo él sonrisas, voz muy alta y ojos demasiado brillantes como para poder lidiar con ellos cuando Baekhyun ni siquiera estaba despierto del todo.


—¡Baekhyun! —exclamó el otro chico, que ni siquiera había tenido la consideración de llamar a la puerta o dejarle al menos algo de tiempo para salir de la cama, arreglarse el pelo y la ropa o, aunque fuera, despertarse—. ¡Adivina quién no tiene patrullas hoy!


El interpelado parpadeó, incorporándose hasta quedar sentado y apartando levemente el edredón.


—Me alegro por ti, Yeol —murmuró, apretando los labios ante la carcajada que soltó su interlocutor al ver lo ronca que había sonado su voz, todavía tomada por el sueño. Estaba seguro de que su aspecto físico recién despierto era cualquier cosa menos distinguido, fino y elegante, y la sonrisita con la que lo estaba mirando Chanyeol sólo sirvió para confirmar sus temores. Con una mano, intentó colocarse el flequillo en su lugar—. Pero, si acabas de llegar después de toda la noche fuera, ¿no deberías estar durmiendo o algo así?


Durante aquellos primeros días de estancia, tanto Suho como Chanyeol y Luhan le habían explicado varias cosas sobre el funcionamiento de su nuevo mundo. Debido a la presencia y el exceso de monstruos — por no hablar de la presencia de los Caídos — las patrullas eran algo obligatorio para todo Reminiscente, rondas que se llevaban a cabo cada cierto tiempo, en solitario o en pareja, y que tenían como objetivo tratar de conservar el precario equilibrio del mundo en el que vivían. Era probable encontrarse con criaturas bastante poco amigables, era probable tener que matar. Por eso, Baekhyun aún no tenía permiso (ni deseo alguno, si decía la verdad) para participar en ellas, y podía emplear todo su tiempo libre en maldecir su mala suerte por estar allí encerrado y dormir.


Tenía que aprovechar, antes de que Suho considerara oportuno que ya había llegado la hora de comenzar a entrenarlo como Reminiscente.


O, al menos, podía intentar hacerlo si Chanyeol le dejaba.


—Kyungsoo estaba rendido y se ha ido a descansar, pero yo estoy bien. Perfectamente —declaró—. Por eso he venido a buscarte.


Baekhyun redobló sus esfuerzos en lo que concernía a colocarse el pelo bien, sin éxito ninguno. Le habría gustado saber cómo demonios se las apañaba Chanyeol para ser todo energía después de haberse pasado la noche patrullando cuando él ni siquiera podía pensar con claridad después de ocho horas de sueño reparador.

Reminiscencia [EXO; ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora