Reminiscencia [EXO; ChanBaek]

Parte primera: Capítulo 2

Reminiscencia

Parte Primera — Capítulo 2 

Una parte de Baekhyun todavía creía encontrarse en mitad de un sueño surrealista aún mientras seguía a Chanyeol a través de calles desiertas, descoloridas, de camino a lo que el otro chico le había dicho que era la "base de operaciones de los Reminiscentes". Si no fuera porque la voz de su acompañante sonaba muy alta y muy real cerca de su oído, muy probablemente hubiera intentado pellizcarse el brazo otra vez, o quizás hubiera vuelto a salir corriendo de allí.

Lo cual, considerando su intento anterior, probablemente no habría tenido un resultado muy satisfactorio.

—Ya verás, te gustará el sitio —iba diciendo Chanyeol mientras caminaba—. Hay que decir que está un poco vacío a veces, teniendo en cuenta que somos muy pocos, pero puedes tener tu propio espacio si quieres pensar, sin que nadie te moleste. No está mal, ya me dirás —al ver que Baekhyun había reducido un tanto el paso, sumido en sus pensamientos, se detuvo y lo observó con una sonrisa divertida en los labios—. ¡Venga, vamos! Yo de ti, andaría más deprisa. No querrás que nos separemos y vuelvan a alcanzarte los monstruos, ¿verdad?

Ante aquella pregunta, Baekhyun dio un respingo y miró a su alrededor con los ojos muy abiertos.

—¿Hay más? ¿Aquí? —casi graznó. Chanyeol se rió, y parecía tan despreocupado al respecto que Baekhyun no supo si sentirse más tranquilo o temer más por su vida.

—No, no aquí, ni ahora. Creo. Pero sí que existen en Reminiscencia, por cientos y normalmente salen de noche. Los que has visto antes estaban siendo controlados por alguien, pero la gran mayoría de ellos actúa por su cuenta. No son precisamente simpáticos.

Baekhyun se sintió temblar, así que apretó el paso para pegarse a su acompañante. Chanyeol pareció notarlo, porque lo miró durante un instante y esbozó una sonrisa que era casi de disculpa, pero no dijo nada al respecto. Anduvieron en silencio durante unos minutos más hasta que Baekhyun hubo ordenado sus pensamientos lo suficiente como para formular una nueva pregunta.

—¿Qué es este mundo? Todo esto... Toda esta locura. ¿Por qué hay monstruos? ¿Por qué hay un loco con superpoderes que me quiere matar? ¿Por qué estoy aquí en lugar de estar... no sé... muerto sin más?

Chanyeol infló las mejillas, meditando por un momento. No redujo ni siquiera un poco el paso cuando empezó a hablar.

—¿Ves esa cosa gigante que hay en el cielo? —preguntó finalmente, señalando hacia el firmamento con un movimiento de cabeza. Baekhyun asintió, porque la recordaba: era el círculo enorme de polvo de estrellas que había visto en el parque, aquella espiral que giraba sobre sí misma a un ritmo casi inapreciable, y que parecía hecha de pura luz—. Es la Rueda de las Almas. La Rueda, para los amigos. Es... en teoría es a donde va a parar tu espíritu cuando mueres, y donde permanece hasta que se ubica en un nuevo cuerpo, cuando vuelves a nacer.

Si bien Baekhyun se había esperado muchas cosas, aquella no era una de ellas.

—¿Me estás hablando de reencarnación? ¿Eso existe? —susurró, incrédulo. Chanyeol se encogió de hombros, como si aquello le pareciera lo más normal del mundo.

—Precisamente. Eso es lo que habitualmente pasa: mueres, subes a la Rueda y, cuando hay un nuevo cuerpo para ti, tu alma baja otra vez al mundo de los vivos y el ciclo empieza de nuevo. Es un proceso constante. Pero —el otro chico sonrió, girándose para mirarlo—, eso no siempre pasa, ¿no? Tú has muerto y no has vuelto a la Rueda, sino que estás aquí.

Baekhyun no pudo evitar poner los ojos en blanco.

—Yupi.

Chanyeol se hizo el ofendido, deteniéndose justo delante de él el tiempo suficiente como para mirarlo con ojos falsamente acusadores, arqueando una ceja. Probablemente, a Baekhyun le habría parecido incluso encantador si no fuera porque seguía en medio de una especie de ataque de pánico interno.