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Los invitados terminaban de llegar, la casa estaba completamente llena de socios y empresarios importantes que mantenían una buena relación con mi padre. 

Me senté sobre el sillón color tabaco que se encontraba en en estudio de mi padre, el nudo de mi estómago comenzaba a crecer a medida que el tiempo transcurría, mis manos sudaban y temblaban sin parar. 

La puerta se abrió dejándome ver a mi padre y junto con el, al señor Jeon y a su hijo. 

Vaya lío en el que estaba metida. 

- Es hora, los invitados ya están aquí- dijo mi padre con una sonrisa en su rostro, contuve todo el aire dentro de mí.

- De acuerdo, entonces no los hagamos esperar- comentó el señor Jeon, vestido de manera tan pulcra y elegante.  Miré a Jungkook, el cual tenía la mirada perdida en un punto indefinido de la habitación.

Salimos del estudio en dirección hacia las escaleras, estas tenían un pequeño espacio que parecía ser un balcón que estaba justo a la mitad de la sala delante de todos los invitados, hoy seria el día en el que Jungkook pediría mi mano y hacíamos oficial el anuncio de nuestra "boda". 

Antes de llegar al centro de atención, el padre de Jungkook nos detuvo.

- Toma....- estiró su mano entregándole a su hijo una caja color turquesa.

- ¿Qué es esto?- preguntó fastidiado.

- Es el anillo que le entregaras a la hermosa HaRa. 

El chico a mi lado abrió la caja dejando al descubierto un hermoso anillo plateado con un diamante justo en medio de este y otros diamantes pequeños a su alrededor, era verdaderamente hermoso.

- Señor Jeon, esto es demasiado- dije mirándolo.

- Claro que no - me tomó de los hombros- nada es demasiado para la futura esposa de mi hijo.

- Papá, no....- dijo el peli negro ya más que cansado.  

- Es hora- apareció mi padre.

- Ya saben, sonrían y tómense de las manos, den la imagen de que están completamente enamorados- sonrío.

Jungkook estiró su mano hacia mi, la miré por unos segundos. ¿De verdad quiero hacer esto? Era un hecho que no quería hacerlo, pero no podía oponerme ante las decisiones de mi padre y supongo que tampoco él. Suspire y finalmente tome su mano.

- ¿Estás lista?- preguntó mirándome, asentí.

Caminamos juntos hacia el pequeño balcón de las escaleras, cuando estuvimos frente a todos sonreímos e hicimos nuestra mejor faceta de enamorados. Miré a todas las personas que se encontraban en la sala, algunos conocidos y algunos otros no tan conocidos.

- Les agradecemos su presencia esta noche tan importante para nuestras familias- hablo el gran señor Jeon. - Mi hijo Jungkook, pedirá oficialmente la mano de esta hermosa joven- me señaló.

El patriarca palmeó la espalda de Jungkook haciéndolo despertar de su trance. El chico se giró hacia mí y saco de su saco la ya tan llamativa caja color turquesa. 

El momento del que tanto quise huir estaba pasando justo ahora, Jungkook depositó el brillante anillo en mi dedo anular, sus manos temblaban al igual que las mías y casi al momento, los invitados comenzaron a aplaudir y a hacer comentarios como: "Que hermosos se ven juntos", "Son una buena pareja", "Lucen tan enamorados", y otros cuantos que no alcancé a escuchar. 

S A N T U O K A ; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora