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Después de comer, Jungkook propuso ir a dar una pequeña caminata por la playa, la cual por alguna extraña razón no estaba tan concurrida como de costumbre. 

Al llegar a esta, dejé que la húmeda brisa acariciara mi piel y el calor del sol se sentía demasiado bien, el agua tenía tonos azules que te dejaban sin aliento. El contraste del cielo con el agua era perfecto y teniendo en cuenta que estábamos prácticamente solos, era como la guinda del pastel.

Miré a mi acompañante, el cual veía detenidamente cada detalle del paisaje que teníamos justo frente a nosotros pero la única diferencia visible era ese atisbo de molestia que había en su rostro. Casi como si estuviera asqueado. 

- Lamento lo que sucedió ayer- lo miré, el mayor jugueteaba con sus largos dedos. - De verdad no sé que me pasó.

- Yo si lo sé - me miró miro e hizo un gesto indicándome que hablara, que continuara con lo que fuera a decir. - Te pusiste ebrio al grado de no saber ni quien eras- reímos.

- De verdad lo siento.

- No te preocupes.

- ¿Hice algo vergonzoso estando ebrio?

- Si - Jungkook abrió los ojos como platos. - Tuve que ir por ti, estabas bailando en calzoncillos en la recepción del hotel. 

- ¿D- de verdad?- asentí, sus mejillas comenzaban a teñirse de color rojizo.

- Y admitiste que sueles llorar cuando ves películas románticas mientras abrazabas a una señora que acababa de llegar al hotel. 

- No puede ser....- tomó con ambas manos su rostro, y fue ahí cuando comencé a reír histéricamente. - ¿Qué es tan gracioso? 

- Que hayas creído lo que te dije- me miró confundido.

- Entonces, ¿no hice todo eso?

- No, si hubieras hecho eso toda la gente te miraría raro.

- Creí que de verdad lo había hecho.

- Pues no, no lo hiciste- reí. - Lo único que hiciste fue caer sobre el piso y vomitar todo lo que has comido desde hace 2 años. 

- Eso explica el moretón - dijo colocando su mano sobre su frente. - ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Claro.

- ¿Por qué es tan difícil llevarnos bien en Seúl? - preguntó directo, sin escala.

Sus ojos se mostraban sinceros, no con ese toque arrogante que solía tener desde que lo conocí. La suave brisa despeinaba su perfecto cabello azabache, dejando algunos mechones desordenados sobre su frente. 

- Tal vez porque en Seúl todo es diferente - miré hacia el mar, perdiéndome en su inmensidad. - Tenemos la presión por hacer crecer ambas empresas que olvidamos tomar un tiempo para nosotros, obedecer lo que dicen nuestros padres... Como si fuéramos niños pequeños.

- ¿No te dan ganas de huir? Salir corriendo y no dejar que otros tomen decisiones por ti. 

- ¿Te arrepientes de las decisiones que han tomado tus padres? - ante mi pregunta, Jungkook se quedo callado unos segundos. 

Una de esas decisiones había sido nuestro repentino matrimonio. Desconocía lo que le obligaron a hacer en un pasado, antes de conocerme y que nos hundieran en esta cortina de humo. 

- No me arrepiento de todo - dijo. - Acepto que muchas cosas que tengo han sido con ayuda de mi padre, pero no lo sé... Simplemente quisiera comenzar a tomar las riendas de mi vida. 

Eso me hacía sentir como un obstáculo en su vida, él podía estar con cualquier mujer que se le cruzara en el camino y ahora estaba enganchado a mi por obligación y no por gusto propio. 

S A N T U O K A ; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora