| 0 2 |

514 57 2
                                    

— ¿A dónde vas, mi vida? Aún tenemos que recibir a la prensa — dijo con nada más que puro sarcasmo, mi nuevo esposo. 

Regresé a su lado posando para esas personas con cámara en mano, esas fotos estarán mañana a primera hora en todos los diarios y páginas de internet mencionando la ''Noticia del año: La Boda de Jeon JungKook y Choi HaRa". 

Jungkook se veía tan fresco, como si nada de esto le afectara en absoluto, era eso o su faceta de actor era impecable. Sus padres desbordaban la misma emoción que el chico, no tenían ningún problema con el reciente matrimonio arreglado de su hijo. 

Justo después del último flash pedí un momento para estar sola. Caminé por el largo pasillo, ese mismo que camine junto a mi padre horas atrás al inicio de la ceremonia, abrí la puerta sin importarme si era el cuarto de la novia. Una vez que no hubo nadie a mi alrededor me solté a llorar como niña pequeña. No podía ser más infeliz, me había casado con alguien que no amaba, con alguien que era ocho años mayor que yo y lo peor es que había sido por decisión de mi padre. Se supone que el día más feliz de una mujer debería ser cuando se casa pero mierda, yo nunca me imaginé esto.

— Deja de llorar — JungKook, sin duda. ¿En qué momento había entrado sin hacerse notar? — Si alguien se siente igual o peor que tú soy yo — lo miré con rabia. — Tenemos que irnos a la recepción, necesito tomar algo y no estoy de humor para tus niñerías —sus manos aflojaron su corbata, la cual yo deseaba apretar con fuerza alrededor de su cuello.

— Eres un asco — escupí sin más. Intenté salir de la habitación, pero de nueva cuenta este sujeto me detuvo.

— Cuida tus palabras — su mirada reflejaba rabia al igual que sus palabras. — Te recuerdo que yo tampoco me casé contigo por gusto, vete acostumbrando.

— Desgraciadamente tengo que hacerlo — me solté algo violento de su agarre.

No me doblegaría ante JungKook.

Nunca.

— Una cosita más, mi amor.. — me tomó del mentón. — No quiero que tomes de más, si lo haces no quiero tener que aprovecharme de tu estado.

— Seré tú esposa, pero escúchame bien.. — quería golpearlo, nunca había sentido tanta necesidad por hacerlo. — No seré tu mujer.

Salí de ahí, dejando a JungKook con sus mil demonios atrás. Maldito idiota.

— ¿HaRa? — agradeciendo internamente, mi madre llegó. — Tu hermano está buscándote. ¿Dónde estabas?

— Necesitaba ir por unas cosas al cuarto — mentí.

— ¿Segura que estás bien?

No.

— Si — afirmé.



(...)

La grandes manos de Jungkook se engancharon alrededor de mi cintura cual candado.

Las primeras notas de aquella suave melodía sonaron por todo el salón. Era una canción suave, con finas notas de piano proporcionadas por los ágiles dedos de un amigo del peli negro. 

Todos miraban encantados la escena frente a ellos, sin saber el contexto de esta historia.

— Sonríe — susurró el mayor en mi oído. Miré hacia arriba, se veía tan despreocupado que envidia era lo único que podía sentir.

Me permití mirar con un poco más de detenimiento su rostro. Sus facciones eran hermosas, sus cejas oscuras pobladas le daban ese aspecto duro pero elegante que le daba ese toque final a su rostro. En una de sus cejas noté un pequeño orificio sobre esta, me daba la sensación de que en sus años adolescentes tuvo una perforación y la retiró o que aún la tiene pero por tan importante evento optó por no llevarlo puesto. 

S A N T U O K A ; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora