Capítulo 26

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Hola, tanto tiempo. Lamento la demora, pero han sido días complicados en el trabajo, además con la computadora compartida me cuesta encontrar el tiempo para escribir, entre otras cosas que me han dificultado y trabado las ganas de escribir.

Espero les guste, abrazo

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El día era tan agradable que Beth y Gabriel habían ido de picnic cerca del río, estaban jugando un partido de ajedrez, pero él en verdad estaba tan relajado allí, disfrutando del aire aún cálido, de la rica comida y de la compañía de Beth que no se estaba concentrando realmente.

-Gabriel Devereaux, juega en serio, no me dejes ganar – protestó Beth y él sonrió pues nunca había imaginado que existiría un contrincante contra quien no le importaría perder.

-Estoy haciendo mi mejor intento- mintió descaradamente.

-Mientes. Tengo una propuesta—dijo y atrajo su atención.

-¿Cuál?

-Si me ganas, te diré porque acepté casarme contigo. Dijiste que no lo sabías.

-¿Lo dices en serio?

-Completamente.

Gabriel se sacudió la pereza y se dispuso a jugar en serio, era probable que Beth hubiera sentido que insultaba su inteligencia y por eso hiciera aquella propuesta, pero él quería oír lo que iba a decirle. Sabía que él le había dado razones desde lo compatible que eran hasta los sentimientos que estaban presentes entre ellos, pero no perdía la esperanza de escucharla decir que en verdad lo quería. Había ido despacio para darle tiempo, para conquistarla, para asegurarle que ser su esposa iba a hacerla feliz, pero mientras más tiempo pasaba más anhelaba que sintiera lo mismo que él.

-¿Y si tú ganas?

-¿Otro deseo? Y de esa forma tendría dos, al menos oficialmente mi deseo anterior no fue formulado- dijo ella porque sabía que su deseo sí había sido concedido. En aquel entonces había querido que Emma tuviera una oportunidad de ser feliz, y Gabriel había obrado para que así fuera aunque ella no lo supiese.Igual no interesaba, porque iba a perder. Probablemente él pondría todo de sí para ganar , pero si eso no era suficiente, ella pensaba ayudarlo .

Aunque al rato había olvidado aquel propósito, ya que la seriedad de Gabriel para jugar, la forma de acorralarla en el tablero había hecho que casi sin querer se defendiera usando sus mejores estrategias. Y era tarde para perder sin que fuera evidente, tendría que confiar en que Gabriel le ganara.

Miró el tablero pensando en los próximos movimientos.

-¿Eso es una ardilla?- preguntó él señalando detrás de ella.

-¿Dónde?-preguntó mirando hacia atrás y notó que intentaba distraerla, era el momento perfecto.

-Creo que ya se fue, tu turno- le dijo.

-Muy sospechoso, señor Devereaux- dijo Beth y aprovechó para hacer un movimiento descuidado. Luego lo imitó.

-¿Eso es un puercoespín? ¿Será que Excalibur se escapó? – preguntó y su prometido sonrió sin quitar la vista del tablero. Luego de pensarlo, movió la pieza que lo coronó ganador.

-Jaque mate- dijo lentamente y la miró-¿Por qué aceptaste casarte conmigo?

-Por muchas razones...

-Beth...

-Porque mi corazón sabía lo que tardé en darme cuenta. Porque te amo Gabriel Devereaux- le dijo y él solo la miró -¿No dirás nada? ¿No harás nada?

Donde tú caminas - Saga Dorsetshire 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora