<<Capítulo Cuatro || Spring Break Bitch>>

30 0 0
                                    

Aún, sigo sin creerlo. Estoy hiperventilando de la emoción.

— Sólo una semana —Dicta sus reglas.

Pero estoy tan emocionada que sólo puedo colgarme de su torso, ya que es muy alto para llegar a su cuello, y chillar como loca.

— ¡Gracias, gracias! —Agradezco saltando y apretando mas el abrazo.

Suspira largamente, nada feliz.

— Demuestra que eres responsable, Jadiel. Te estoy dando la oportunidad, no la rechaces o...

— Sí, sí —Interrumpo—. No te arrepentirás. Puedo cuidarme sola ¡Gracias papi!

— Si me llegan a llamar de la cárcel de México...

— Sólo una vez, te lo juro. Sólo haremos una pequeña tradición y nada más. Te amo muuuuuucho.

— ¿Qué? —Exclama, pero lo deja pasar—. Le he dicho a tu madre que irás con una tía de Marie. Y he llamado a la Policía de Cancún, para que cuiden de ser necesario. No arruinen esto, pequeña, estoy depositando mi confianza en ti.

(...)

Martes. Vacaciones de semana santa. Cancún, México.

No. Puede. Ser.

— ¡Nos vamos a México! —Grito al unísono con Mare y me tiro sobre ella en la cama, rebotando mientras mis poros emanan felicidad.

Definitivamente, si tuviera ganas de ir al baño ahora, también haría un pipí feliz.

Mare me tira a un lado de ella y se levanta para seguir acomodando sus maletas. Yo cierro los ojos y pongo las palmas de mis manos atrás de mi cabeza imaginándome dentro de un par de horas en las hermosas playas de México con un bikini, empinando una botella de algo fresco con alcohol, Marihuana, cocaína, chicos semidesnudos, diversión, virginidad intacta por lo tanto nada de bebés.

Perfecto.

No empaqué mucho porque sabía que compraría mucho cuando llegue, mis maletas ya estaban echas y solo pasé a buscar a mis amigas... pero éstas dejaron todo el tema de las maletas para última hora, como siempre, no me sorprendería si llegamos a México y tuviéramos que ir corriendo a comprar bragas y sostenes nuevos porque se los olvidaron. Así son ellas.

Hace tres semanas atrás creí que Lucy era una persona realmente santa y antisocial, pero admito que con el tiempo he notado esa chispa; esa parte mala suya; ese toque Jadi que todas tenemos alguna vez que nos unió bastante a las cuatro. Y es por eso que fue a la primera que le di sus pasajes a México, principalmente porque Nahir y Marie se resfriaron luego de que las obligue a correr bajo la lluvia y cuando las fui a visitar casi me resfrío yo, pero la intención es la que cuenta.

— Solo apresúrense, México nos espera —Chillo emocionada.





— ¿Lucy no viene? —Pregunta Mare.

— ¡Mierda! me olvidé de ella, vuelvo en quince. Terminen de empacar —Digo muy rápido y salgo por la puerta con las llaves del auto de papá.

(...)

Luego de buscar a la nueva integrante y despedirnos de nuestros padres en el aeropuerto, abordamos el jet privado con destino a Cancún.

Mare comenzó a hiperventilar desde que llegamos al aeropuerto, y mamá 2 -o sea Gin- tuvo que darle unos calmantes para su fobia con los aviones. Mare odia viajar en avión y más si son viajes largos.

Por naturaleza, nosotras no pudimos quedarnos quietas, cometimos locuras, reímos sin parar y brindamos por todo con botellas de Champagne. Claro, pero Marie estaba totalmente enredada en el cinturón del asiento y nos regañaba cada vez que nos movíamos.

Niñas Mal (I) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora