La chica introvertida y el chico que vivía sobre las nubes.(LIBRO I) ✅

Capítulo 30 (FINAL)

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Espalda contra espalda. Con un nerviosismo cortando mi respiración mientras que él se mostraba bromista por mi inesperada actitud. 

–Estas actuando extraño muñeca.–dijo de repente. Amaba ese mote. Me mantuve en silencio. Por primera vez no dijo más nada. Solo se escuchaba el sonido de los árboles por la brisa fresca que inunda la noche estrellada. 

Solo debía decirlo. Solo debía confesar lo que sentía. Era Jeon Jungkook un amigo. El chico más dulce y bondadoso que he conocido. Debería ser fácil. Intentó darse la vuelta.

–Quiero...–intentó moverse. Lo retuve para que conservara la posición. 

–Así es más sencillo para mi.–dije. El sonido de su acuerdo me hizo tranquilizar. Así sin ver su rostro o reacciones sería sencillo confesarme. Tome aire por última vez. 

Es hora de decirle cómo me siento. 

–Perdón por traerte hasta aquí. Perdón por no poder verte la cara. Perdón por todo el camino que te arrastró hasta mi.–pause–Quería hablar contigo.–dije. Intentó darse la vuelta.–De esta manera solo escucha, por favor.–suplique.

–Está bien.–aceptó.

–Jungkook...–carraspee mi garganta.–Estaba tan feliz cuando me sonreíste por primera vez. Nunca antes me había sentido así. Fue como si de repente todo hubiese tomado color. Tu cambiaste mi mundo y lo he dicho repetidas veces. Cada segundo de cada día es distinto gracias a tí.–trague duro.–Sé que te gusto. Pero de una manera diferente a tí. Yo hice lo opuesto a lo que tu hiciste.–me sentí avergonzada.–Así que esta vez quiero darte las gracias por tus sonrisas. Gracias por hablar conmigo. Por tu amabilidad. Gracias por decirme cómo te sentías y ocultabas. Yo te mentí todo este tiempo.–comencé a temblar.

–Lisa..–susurró.

–Me gustas.–confesé.–Desde el primer momento en que nos hablamos. Nunca fui sincera con mi amistad. Lo siento. Lamento haber abusado de tu confianza de haberme vuelto codiciosa de ti. Lamento estar haciendo esto ahora pero no podía soportar más. Lamento que me gustes. Pero es lo que siento. Me gustas. No se como poner estos sentimientos en palabras. No sé como decirlo correctamente. Es mi primera vez haciendo esto. Simplemente... me gustas.–confesé a voz viva. 

El silencio inunda nuestro alrededor. Intentó darse vuelta hacía mi. Lo detuve.

–No.–pedí. Pero con fuerza me giró hacía él. 

Caí sobre su pecho. Me aferró fuerte contra él. Sus manos atraparon mi cintura. Mis manos estaban inertes a mis costados con los puños cerrados. Mi corazón no podía calmarse. Mi rostro ardía como nunca antes. No conseguía comprender que estaba sucediendo, qué significaba este abrazo. Apretó más su agarre a mi alrededor y por primera vez alce mis manos y envolví su cuerpo. Se tensó y me apartó para mirarme a los ojos. Instintivamente levanté mis manos y cubrí mi rostro.

–No me mires. Por favor.–pedí sorbiendo mis lágrimas. 

–Dejame verte por favor.–pidió.–Siento como si nunca hubiese tenido la oportunidad de verte a la cara como en este momento.–explicó. Tragué duro y lentamente baje mis manos.–Mirame muñeca.–suplicó.

Lo mire a los ojos y me aferre a su camisa con mis manos como puños. Nos miramos a los ojos y sin perder el contacto ahora estaba segura de que mis mejillas estallarían. Se acercó más a mi mientras los latidos de mi corazón continuaban aumentando. 

–No soy quien crees que soy.–soltó.–Hice todo porque me gustas. No quiero que pienses que soy amable o justo cuando nunca te trate igual a los demás.–También me gustas Lisa. No es un cariño distinto al tuyo. Me importas de verdad.–confesó. Sus manos se deslizaron por mi cuello. Suavemente sus pulgares acariciaron mi piel.–No creerías desde hace cuanto tiempo te llevó esperando.–admitió. Mi cerebro no lograba hilar respuestas.–Mis sentimientos no son ajenos a los tuyos. Me siento de la misma manera y me alegra saber que soy correspondido.–se sonrojó.–Finalmente te alcance.–se sinceró.