La chica introvertida y el chico que vivía sobre las nubes.(LIBRO I) ✅

Capítulo 4

Dos meses transcurrieron desde el inicio de clases. Varias cosas ocurrieron en estas semanas que pasaron. Primero, como se esperaba Jungkook y Jimin fueron reclutados por el equipo de fútbol, resultaron ser jodidamente buenos. Presenciamos una práctica escondidas entre las gradas una tarde que arrastre a Rosie para poder ver a Jeon en su uniforme –le quedaba perfecto– esos dos se llevaron los vitoreos de las muchas chicas. "Los reyes cambiaron" dijo Rosie ese dia, y no pude coincidir más, porque el foco estaba puesto en ese par dejando en segundo plano a Sehun y Ten. Hablando de eso pasemos al segundo acontecimiento. 

Ninguno de los planes macabros de mi amiga tuvo que ser puesto en marcha, Tzuyu dejó a Ten o al menos es lo que se rumoreaba, era un hecho. La pareja no existia más. Por supuesto tal y como Rosie lo predijo Jungkook era el gran premio y Tzuyu era la principal competidora, aunque no la única, porque todo el jodido instituto intentaba ir por él ¿Quien no? –bueno yo por cobarde– él se mostraba amable con todos los que lo rodeaban. Lo admiraba a la distancia. Siempre estaba con una bonita sonrisa, era bueno en todos los deportes y para mal de mi pobre corazón era un excelente alumno. Deseaba que pateara perritos por las calles para encontrar un maldito defecto en él así dejar de fantasear con él cada noche. Pero mentiría, porque una tarde lo vi levantar un gatito abandonado de camino a la parada del autobús –viajamos juntos cada dia pero me oculto para evitarlo cada vez– al dia siguiente le conté a Rosie "Quizás solo patea perritos" dijo ella. Me aferre a esa idea pero solo duró una semana debido a que una señora estaba esperando un taxi con su pequeño cachorro en brazos, y él comenzó a juguetear tan adorablemente que mi corazón dolía por tal imagen. Esa noche soñé que teníamos un casa de campo repleta de perritos y gatitos juntos.

Retomando los acontecimientos... eso me lleva a Seulgi. Quien estaba a punto de confesarse a Jimin –en este momento– y habló de tiempo pasado, porque Jimin está justo frente a nosotras mirando a Rosie petrificado. Lo que era cuestión de tiempo está sucediendo –debo reconocer que dos meses de vivir en las sombras había sido un gran logro– finalmente.

–Rosé...–dijo en un susurro. Mi amiga tomo de mi mano y prácticamente salimos huyendo en sentido contrario a nuestro salón.–Rosé.– se escuchó nuevamente y ella aceleró el paso.

Nos encontrábamos en la azotea agitadas intentando regular la respiración por nuestra repentina maratón tan temprano en la mañana. Literalmente escapamos de Jimin que nos corria atras. Mi amiga se sentó sobre sus rodillas y comenzó a reclamarse entre maldiciones y pequeños golpes en su cabeza.

–¡Hey!.–la detuve tomando sus manos.– Todo estará bien, iba a suceder en algún momento. Era inevitable, lo hiciste bien de todos modos.– intente aliviar.

–No Li. Soy una idiota, huí.–se reclamó.– No pude decir nada, las palabras no salían solo se me ocurrio esto.– maldijo mirando nuestra situación.

Nos quedamos en silenció. Comprendí esa sensación, siempre me pasaba cuando Jungkook se encontraba con mis ojos acechantes. Acosadores, lo admito. 

–Es hora de ir a clases.– dije mirando mi reloj. La hora del almuerzo había concluido y tenía hambre ahora. Suspiró y asintió. 

–Vamos.–dijo.– Solo debo decir "déjame en paz".– se repitió para sí, asentí de acuerdo.

[...]

Logramos escabullirnos de la vista de Jimin. Estábamos en nuestra clase escuchando al profesor Henry – solo yo, Rosie estaba mirando la ventana pensativa– lo que él decía era sobre planificar un proyecto que resultara beneficioso para una determinada población.

–Entonces les propongo hacer duplas para llevar a cabo una estrategia que sea de interés.–dijo.–Puede ser para personas, como para plantas, como para animales.– suspire, amo los animales.–Pero tiene que ser algo interesante, novedoso.–explicó.