Sanado con tu Amor

Familia

El alfa miraba a sus dos hijos que estaban ahí, el primero en despertar fue el niño que hasta en ese momento no sabía sus nombres.

Miró como KyungSoo lo cargaba suave para mirarlo.

—¿Quieres cargar a tu hijo?

Le preguntó el omega al alfa para verlo y nerviosamente asintió. Era el primer contacto que tendría con uno de sus cachorros.

—Así -le puso las manos como debía ser dándole al bebé- él se llama Tao, Do Tao.

Le dijo para ver como Kai se quedaba absorto en la carita de su hijo. Es verdad en el registro debía de poner los apellidos y claramente le puso el DO, no es como si tuviera que ser muy listo para saberlo.

Estaba sentido, claro que sí, ya que esos dos cachorros también eran parte de su sangre pero no había visto a su Dodo en todo ese momento así que no es como si pudiera reclamar.

—Y ella es Eunji.

La voz del omega le saca de su pensamiento pero es que ver la carita presiosa de su hija lo valía.

—Es hermosa... Ambos son tan bellos.

KyungSoo asintió sin más para suspirar y ver como el alfa estaba viendo a sus dos cachitos de cielo. Jongin estaba que se derretia por dentro de ver a sus amores. No se imaginaba que era papá de esos dos retoños los cuales estaban más que bellísimos.

—KyungSoo.

El omega se detuvo de lo que estaba haciendo y sólo se quedó así... No iba a contestar porque lo que menos quería era cruzar una palabra con JongIn. Pero tenía que hacerlo pues las preguntas surgirían, más no estaba listo para empezar a responderle.

—Y-yo... Mmm~ es que bueno yo.

El omega estaba demasído cambiado, ojeroso un poco más delgado, esas mejillas grandes que tenía estaban bajadas, sus labios... Esos presiosos belfos de corazón estaban secos, su cabello se veía maltratado, KyungSoo estaba mal. Entendió que no era el momento de decir algo, entendió que por esa vez tendría que callar y las preguntas tendrían que esperar.

—Has echo un buen trabajo.

—No necesito que me lo digas JongIn.

—Es cierto, no lo necesitas, pero deseaba decírtelo, has echo un trabajo maravilloso, eres una excelente madre y...

—Si me sigues diciendo entonces vete de aquí, largate porque si no lo has entendido, es lo que menos quiero escuchar salir de tu boca JongIn.

Sus palabras tal vez eran duras, pero era lo mejor que podía hacer, pues no quería demostrar lo débil que era ante el alfa, no deseaba verse vulnerable ante él.

Siguió haciendo su labor que tenía, que era doblar la ropita que había lavado de sus hijos. Suspirando hasta que terminó y lo acomodo todo, Eunji se despertó y por primera vez JongIn vio los ojos de su hermosa cachorra, era tan bella y estaba que se derretia por ella. Sus hijos eran tan presiosos.

KyungSoo siguió haciendo sus labores domésticas hasta que dio la noche pero el alfa la pasaba con los niños, no les interrumpía ni nada más que para darles de comer ya que ellos pedían por su madre.

Ya era noche y JongIn no tenía indicios de irse, y no quería correrlo el omega, mucho menos, pero debía de descansar para ir a trabajar al día siguiente.

—¿No te iras? -preguntó el omega directamente al alfa-

—¿Eh? ¿Ya quieres que me vaya? -miro su reloj- oh ya es tarde... ¿Debería de irme?