Llámame Noroc (dee y tú)

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El viernes llegó y dee se encontraba frente a el público viéndola tocar el mejor solo de guitarra que el había escuchado. Dee sentía como Sofía buscaba a alguien con la mirada cuando sus ojos conectaron con los de él sintió sus mejillas calientes y sonrió de lado al verlo entre el público.

El sábado fue lo mismo, aunque había más gente y se le dificultó a dee lograr ser visto entre todo el público, al terminar de tocar esa noche el vocalista se besaba con una chica sin pena alguna en el mismo sofá en el que a Sofía le daban su respectiva paga una de las coristas. Estaba bebiendo un poco ya que era sábado y podía los domingos despertarse a las 8 am.

—¡guitarrista! —se escuchó el llamado de alguien y era el de seguridad en la puerta del backstage —te busca alguien.

Sofía agarró su dinero y recogió sus cosas antes de salir y encontrarse con dee. Con paso algo acelerado y torpe logró llegar a donde se encontraba su amigo.

—el tipo de seguridad es una mierda no me dejo pasar aunque le dije que le pagaba por pasar y verte —dijo Dee mientras caminaba con la chica por la fría calle.

—lo sé, Dee —empezó a reír la chica caminando a su lado.

Esa noche por primera vez Sofía se dio cuenta de que en serio le gustaba dee, crecía que todo era una simple atracción por sentarse como 2 semanas seguidas con él en ella recreos pero no pensó en que le llegaría a gustar una persona de verdad.

—¿tus padres saben que sales tan tarde? —preguntó Sofía mirando la hora y apenas eran las 10

—tengo hasta las 11 para llegar a casa —dijo mirando a la chica el cual notó que no estaba en todos sus sentidos pero si en la mayoría al menos.

Sofía empezó a reír y mientras caminaban por la oscura y fría noche, ambos caminaban por un parque mientras Sofía caminaba al rededor de una fuente de agua contándole una historia a Dee con todas las ganas del mundo.

—Había una vez, una hermosa princesa que habitaba un hermoso castillo —la voz de Sofía sonaba refinada meintras estaba parada en la esquina de la Fuente y dee la miraba desde abajo sin desviar su vista de sus ojos para evitar ver debajo de su falda levantada por el viento y hacer que se sienta incómoda —en ese castillo la princesa tocaba muchos instrumentos cuando se sentía sola, un día descubrió que su mamá, la reina, también podía tocar muchos instrumentos y le pidió que le enseñara a tocar todos los instrumentos del castillo y eso hizo —la voz de Sofía luego se tornó algo extraña —entonces años después la reina empezó a enfermar no sabía lo que tenía y un día su madre no pudo seguir enseñándole así que llegó un extraño caballero y le empezaba enseñar a usar más instrumentos de los que la reina sabía pero algo empezaba a ocurrir y su madre lo notó, el caballero siempre tocaba donde no debía y no se trataba de instrumentos —Sofía no pudo más y empezó a llorar dee se acercó más a ella para poder agarrarla de la cintura y bajarla una vez abajo ella lo abrazó y empezó a llorar en su cuello —su madre al verlo fue a buscar a la guardia real en su auto pero como estaba muy débil chocó contra otro auto y la princesa quedó a cargo del rey y ahora no toca instrumentos que le gustan solo por hacerlo feliz.

Dee notó inmediatamente que hablaba sobre ella así que la abrazó más fuerte.

—¿de casualidad el rey lastima los nudillos de la princesa cuando no hace algo bien? —preguntó Dee y ella asintió con la cabeza —vamos a casa, necesitas dormir, se que estuviste tomando y quiero que llegues a casa segura, gracias por contarme lo qué pasó.

De camino a casa dee la tuvo que llevar casi que cargada ya que estaba cansada. Al ayudarla a subir a su habitación la miró sentarse en su peinadora para quitarse el maquillaje, cuando la vio desvistiéndose desvió su vista y se concentró en la pared para ocultar su sonrojo. La escuchó tirarse en su cama y fue cuando se dio vuelta, apago la luz de la habitación.

Al verla acostada la arropo suavemente antes de darse vuelta para irse pero sintió como alguien agarraba su mano.

—¿te puedes quedar un rato más? —preguntó Sofía desde la cama.

Dee se quitó los para sentarse a su lado y sentir como ella lo abrazaba. Nunca había sentido ese afecto con alguien, ni con su madre ya que cuando le hacía cosquillas quedaban extraños moretones.

Tratando de no apresurarse a ella empezó acariciar su cabello, le estaba gustando eso del contacto femenino. Se tensó cuando la sintió removerse para acomodarse mejor.

Dee no se dio cuenta cuando se quedó dormido, despertó cuando sintió el sol en su cara, exaltado se despertó porque sus padres lo castigarían por llegar tan tarde, apenas amanecía y le daba tiempo de llegar y ponerse la pijama. Sintió su camisa con una mini manchita y notó que era de la saliva de la chica, con el mayor silencio posible se puso sus zapatos y salió de la habitación, que medio que sus padres descubrieran que se quedó toda la noche en casa de una chica.

Al llegar a su casa logró entrar sin que nadie se diera cuenta, se quitó el maquillaje lavándose la cara en silencio en el baño, al ver su camisa y miró la pequeña manchita de saliva, le daban asco esas cosas pero ya no tanto.