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Noroc llegó a casa justo antes que su padre, ya estaba bañada pero tuvo que volver a hacerlo para oler a su jabón y shampoo. Estaba en el gran comedor, sentada en pijama a mientras cenaba, hace tiempo no estaba en pijamas por la casa, pero tenía excusa ese día.

Su padre al verla solo levantó una ceja, se le hizo extraño verla sentada en pijama y pareció ignorar totalmente el gran golpe en su rostro causado por el. Antes de él decir una palabra ella sacó la carta de la escuela que explicaba el desmayo y de porqué no debería asistir a la escuela hasta sentirse mejor.

—el día de mañana no asistirás a la escuela, pero si ensayaras conmigo todo el día.

Ese fue el única día en el que Noroc deseaba ir a la escuela con todo su corazón.

A el día siguiente Dee se sentía solo, no estaba Noroc con el, Lif se acercó a él para conversar un rato pero sus pláticas no fueron más allá de lo trivial ya que Dee estaba preocupado por su novia, no le había escrito en todo el día.

Noroc por su parte estaba exhausta, sus muñecas estaban inflamadas y las puntas de sus dedos ya sangraban.

Su padre la dejó descansar durante el mediodía ya que debían almorzar y él debía irse a viaje de trabajo. Después de tomar un ducha relajante cubrió la puntas de sus dedos con varias tiritas y las señoras de servicio pusieron frío en sus muñecas para bajar la inflación. Ellas sentían tanta lastima por ella, pero no podían hacer nada.

Noroc descansaba en su cama, estuvo durmiendo por bastante tiempo cuando sintió unas pisadas en su habitación, al abrir los ojos se encontró con dee el cual cerraba la puerta con seguro.

—¿te sientes bien?

—si, estoy descansando un rato, hoy no fui a la escuela pero mi padre decidió que era buena idea darme un intensivo.

Dee se sentó en su cama y vio la punta de sus dedos cubiertos con banditas.

—¿te hace feliz la música? —preguntó acostado junto a ella.

—me encanta la música, pero no quien me la enseña.

Ambos veían videos en la laptop de Dee, desde temprano tenía planeado visitarla después de la escuela.

Ambos navegaban en internet, veían videos y hablaban de cualquier tontería cuando a la computadora de Dee le sugirió un articulo. Era sobre Noroc.

Sofía Ivanov, prodigio de 17 años.

El título era gigante y dee obviamente quería leer eso pero Noroc cerró la laptop.

—no quiero que lo leas, son solo tonterías.

—bueno, son tus tonterías, quiero leerlo, además, es un artículo tuyo, no todo novio puede leer esas cosas.

Noroc sonrió mientras rodaba los ojos y dejó que lo leyera, al parecer la entrevista ni si quiera fue hecha para ella responder, todo lo respondió su padre.

—se supone, que tú eres la del talento, debiste responder tú o al menos aparecer.

—mi padre no quiere que sea una figura pública, no aún.

—entonces que no te exponga de tal manera a la sociedad, eres brillante y obviamente llamas la atención.

—es que él dice que quiere que lleve una vida de bajo perfil por ahora, que cuando me gradúe de la mejor academia de música del país podré hablar a mi propio criterio.

—es injusto, puede ser tu padre pero no es tu dueño.

—pues apenas tenemos 17 Dee, supongo que cuando cumpla 18 podré hablar por mi cuenta, tocar por mi cuenta y pensar por mi cuenta.

Dee solo la miro, tenía cicatrices, moretones pero aún seguía siendo linda.

—¿no has pensado en quizás escapar? Cuando tenga la mayoría de edad pienso independizarme de una vez.

—¿por que querrías eso? —preguntó Noroc extrañada mientras se acomodaba sobre su cama para mirarlo de frente —tienes una familia que te ama, ojalá yo tuviera una familia así.

—solo quiero mi espacio, nada fuera de lo común.

Ambos siguieron mirando videos, era viernes asi que tenían en resto del fin de semana para ellos, además Noroc debía tocar esa noche.

Noroc se encontraba en la pequeña tarima, sus dedos le dolían asquerosamente al igual que sus muñecas, pero su nueva peluca evitaba que se viera tanto su rostro.

Al terminar de tocar Andy y ella estaba en los camerinos.

—¡ten cuidado, me duele y mucho! —se quejó Noroc mientras él limpiaba la yema de sus dedos con agua oxigenada y algodones, la piel se había terminado de levantar y ni con todos los cayos del mundo eso se hubiera evitado.

—Deberias irte de esa casa, tu padre te odia —dijo Andy mientras cubría con cuidado uno de sus cuatro dedos con banditas.

—no tengo a donde ir, además, no es como si tenga trabajo, además él va a pagar mis estudios musicales y si escapo nada me segura que tendré un buen futuro —dijo antes de quejarse mientras tenía un cigarrillo entre sus labios, según Andy eso la ayudaría con el dolor.

—podrías venir conmigo, sabes que mis padres murieron y tengo la casa para mi solo, podríamos seguir con la Banda viajar por el mundo y volvernos súper famosos.

Noroc apretó sus labios para evitar llorar del dolor y para pensar la propuesta de su amigo.

—es complicado, una gran parte del país me conoce como la hija de uno de los mejores músicos del mundo y saben mi nombre, no puedo solo desaparecer y reaparecer si nada.

—pero si puedes volver a nacer, Noroc.

Dee tocó la puerta del camerino y escuchó un pase de su parte, al ver toda la sangre, algodones y banditas que había se preocupó. Subió la mirada y se encontró a Andy terminando de cubrir su meñique.

—¿estas bien? —preguntó Dee mientras se sentaba junto a ellos —parece una masacre aquí.

—si, papá va a estar de viaje como por un mes así que tengo tiempo para que se curen mis dedos.

Andy salió del camerino, para darles un poco de privacidad. Dee se acercó a ella y beso sus labios suavemente.

—¿quieres venir a mi casa? Es temprano y papá va a hacer de cenar.

—es un poco grosero de mi parte ir a tu casa como si nada, ir a comer su comida y solo irme. ¿Por que no vas tú a cenar a mi casa?

Dee tragó grueso. 

—¿y si le dicen a tu padre?

—Las mucamas no dirán nada y además así cuando papá no esté puedes venir a casa sin usar la ventana —Dijo Noroc convenciendo a Dee el cual sonrio mientras ella se acercaba más a él —y podríamos pasar tiempo a solas.

Ambos caminaron juntos a casa, Noroc subió por su ventana para bañarse y cambiarse lo más rápido que pudo mientras que dee hablaba con su padre para informarle que cenaría con Noroc en su casa, su padre le advirtió de tener cuidado y otras cosas que Dee ignoró.

—un amigo vendrá a cenar, papá lo conoce y su padre es un gran músico así que no pasa nada —dijo Noroc en la puerta de la cocina.

—¿su padre lo sabe? —preguntó muy asustada una ama de llaves.

—que viene a cenar no, que es mi amigo si y lo conoce.

—¿y si sabe que está aquí? —preguntó una joven ayudante de cocina mientras cortaba algunas cosas para la chef.

—no pasará nada, creo —Eso asustó un poco a las personas de servicio —igual sería mejor que no se enterara, además no va a volver en como un mes.

En eso Dee tocó el timbre y Noroc sonrió antes de ir a sentarse.

Llámame Noroc (dee y tú)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora