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Los chicos corrían entre las calles de Bangkok, ¿Para qué?, La sorpresa de Nunew se encontraba ahí.

-Zee...es tan...tan ¡Lindo!-. Chilló de alegría, acercándose a un banquillo.
-Sé que no es mucho, pero el tiempo en que no fuí a visitarte trabajé un poco para poder comprar esto, espero te haya gustado-. Dijo ocultando su cara por la vergüenza.

-P'Zee me alegrarte el día dese que te Vi en el hospital, gracias por tu esfuerzo-. Respondió Nunew besando la mejilla del mayor-. Vamos, comamos juntos.

La sorpresa no era más que una cita entre Nunew y Zee, un parque, comían un poco de curry verde, brochetas y otras delicias mientras charlaban.

La tarde pasó en un abrir y cerrar de ojos, Nat aún no se presentaba y eso le preocupaba al menor.

El celular de Zee vibraba continuamente, varios mensajes llegaban sin parar.

La noche se presentó y las estrellas iluminaban junto a la luna aquel lugar.
-Es hora Nunew, vamos-.

El mejor pensó qué tal vez era hora de regresar al hospital, pero, no fue así, la dirección que de tomó era la contraria.
-¿A dónde vamos Hia?-.

-A un lugar muy cercano, cuando lleguemos verás-. Cerca de un lago se encontraba Nat con una máquina.

-¡Nat!, ¿Qué haces aquí?-. Preguntó entusiasmado el castaño.

El pelirrojo apretó un botón con mucha emoción.

Los fuegos artificiales eran hermosos, iluminaba el lago y el brillo de los ojos de Nunew no tenía comparación.

El castaño aplaudía con mucha emoción, era tan hermoso el cielo, las luces iluminaban las modernas calles de Bangkok, un espectáculo increíble.

-Zee, ¿Tú preparaste esto para mí?-. Preguntó, tomando la mano del mayor.

-Si...-. Respondió apenado el pelinegro.
-Es el mejor regalo que me han dando en toda mi vida-. Agradeció Nunew besando nuevamente la mejilla de su P'.

Zee respiró profundamente, volteó su rostro hacia la dirección del menor y dijo firmemente.

-Nunew te...-. Los fuegos artificiales retumbaron.

Las mejillas del menor estaban completamente coloradas y sus ojos se volvían cristalinos.

-P'Zee...yo también te amo-. Respondió besando los labios rosados d mayor, tomando iniciativa.

Una explosión de emociones se manifestaban en ambos, una sensación placentera y extraña, desconocida, ninguno de los dos quería separarse, sólo deseaban permanecer así toda su vida.

Pero era hora de regresar al hospital, Zee aún no podía creer que aquel sol correspondió a sus sentimientos.

-Mañana vendré a visitarte...-. Dijo el azabache aún ruborizado.

-Esperare con ansias-. Respondió el menor besando nuevamente los labios del mayor.- Nos vemos Hia-.

-Nos vemos, mi sol-.

Sunflowerᥫ᭡. -ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora