Capitulo 2

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"¿SE FUE?"


"Puedo en amor morir que seguiría
recorriendo la tierra con tus pasos,
en tus manos ahogada."

- Éxtasis, María Granata.

               POV BEATRIZ



        La siguiente mañana al verme muy decidida a irme, las muchachas me contaron —tan sólo unos minutos antes de que doña Marcela entrara a mi oficina para pedir, o más bien exigir hablar conmigo— que hace unos días habían escuchado una charla entre don Armando y don Mario en la que el primero le confesaba a su gran amigo que no había tenido nada con Alejandra Sing a pesar de las críticas y reproches del vicepresidente. Esto también fue confirmado por lo que me confesó la mismísima Marcela Valencia, ella no me iba a mentir, no iba a interceder nunca para unirnos.

Cuando doña Marcela me dijo que quería hablar conmigo, nunca pensé que lo que me iba a decir me iba a dejar tan confundida. Sentía que el piso bajo mis pies temblaba. Por un momento creí estar soñando, ¿Podía ser verdad lo que me había contado? Pues sin duda lo era.

Tenía un millón de sentimientos encontrados, no lo podía creer.

Por mi parte no podía fingir más, era una felicidad tan eufórica —aunque culpable— la que sentía, que no podía demostrarla, ¡Él me amaba! Era una lucha en mi cabeza, la desconfianza que tuve por don Armando, luchaba contra el amor que me invadía, pero esta vez tenía la batalla perdida, porque mi corazón era de él, y ahora con toda seguridad, el suyo era mío.

Algunas frases de doña Marcela quedaron resonando en mi cabeza, y no pude evitar que mis lágrimas siguieran cayendo.

"El amor no es egoísta, que amar es desear el bien, conmigo o sin mí"

¿Cómo podía evitar no sentir culpa ante su dolor? Mal o bien, correspondido o no, ella lo amaba. Y parte de todo lo que pasó también fue mi culpa, me había metido en medio de una relación (digo parte, ya que tampoco podía atribuirme los numerosos problemas que ya existían en su relación cuando los conocí) me dejé llevar por mis anhelos, por su aroma que me embriagaba, por sus palabras que no hacían más que decirme lo que siempre soñé escuchar, me dejé llevar por él. Pero ya no podía hacer nada para evitarlo, y después de manifestarle estos sentimientos, lo único que pude decirle fué un "Gracias", con la voz en un hilo por el nudo que tenía en la garganta. A lo que ella me respondió:

"No me de las gracias, demuéstremelo, haga algo por esta empresa y haga algo por él".

Y yo lo tomé como una promesa, aunque también era lo que más deseaba hacer.

Fue una charla muy dura, estaba feliz no podía negarlo pero a la vez deseaba llorar, el dolor de don Armando era mi propio dolor, y no sólo porque sufríamos por lo mismo sino porque me sentía hasta culpable por no haber estado en un momento tan oscuro para el, para los dos. Supongo que era un efecto del latir de un mismo corazón.

¿Se podrá curar tanto daño? Dicen que el amor todo lo puede, que nada es imposible cuando dos personas realmente se aman, pero ¿Que tan fuerte es nuestro amor? Pues debería averiguarlo. Pensando en todo lo que había hecho él por intentar recuperar mi amor desde que volví de Cartagena, y lo que ha pasado no puedo volver a dudar ni un segundo de lo que siente por mi. No permitiré que esos pensamientos intrusos vuelvan a hacerme dudar de sus sentimientos ni que nadie más interfiera entre nosotros de manera negativa nunca más. Me lo prometo y se lo prometo.

YSBLF: En sus cinco sentidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora