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estaba aterrada en ese momento, sentía el corazón en la garganta y mi respiración parecia haberse quedado atorada en mis pulmones por unos fugaces segundos.
pero enseguida me tranquilice y comencé a recobrar todos mis sentidos cuando reconocí aquellos dilatados ojos celestes, los cuales destellaban atraves de las tenues luces del baño y debajo de aquella máscara blanquecina que era resaltada por un corpse paint que estremecía.
y mientras ahora podía sentir su embriagante perfume varonil mezclado con tabaco y alcohol inundar mi olfato, quedé viendolo inmóvil acorallada por el contra la pared, aún estrujando nerviosa su jumpsuit entre mis manos.
—¿j-joey? —le pregunté incrédula, aunque era obvio que era el—. ¿q-qué haces? ¡no puedes estar aquí!
—eso es lo que menos me importa ahora —contestó este, sin perder su mirada en mis ojos cafés—. lo único que me importa saber es a que diablos estás jugando conmigo.
—¿d-de que hablas? —cuestione haciéndome la desentendida y joey se levantó un poco de su máscara, revelando así su perfectas facciones pálidas que realzaban la pintura negra de alrededor de sus ojos.
—no te hagas, love —respondió—. me evitaste todo el maldito día desde que me rechazaste en el hotel y para colmo... de repente, te la pasas coqueteando con eric.
—¡no estoy coqueteandole! —resoplé enseguida, frunciendo mi ceño y el músico soltó un pesado suspiro.
—claro, seguro que no —replicó en un evidente tono irónico—. tan solo dime por qué de la noche a la mañana me rechazas y me evitas —continuaba, causando que me sintiera un poco mal por hacerle aquello—. ¿fué por la estúpida broma? ¿o qué diablos?
—no joey, por supuesto que no es por eso... —negué apretando ligeramente mis labios mientras bajaba mi mirada desde sus hipnóticos ojos hacia su torso, dónde estaba impreso una silueta de una cabra.
—¿entonces que es? —indagó curiosamente, tomando mi mentón delicadamente entre sus frios y niveos dedos para que volviera a retomar mi visión sobre el.
¿debía decirle realmente porque lo había hecho?
no, creo que mejor no deberia.
¿decirle que lo había rechazado porque tenía miedo de comenzar a sentir más cosas por él e ilusionarme más? ¿luego de que se besara con la primera mujer que se le crusó apenas lo ignoré un día? si, en tan solo un día.
si se lo confesaba, eso solo sería más humillante.
—n-no es nada realmente.
—por supuesto que es algo, love —reveló, no tragándose para nada esa mentira barata que le dije—. y es algo jodido como para que actúes así conmigo.
—no es nada joey, ya te lo dije —repetí liberando un suspiro de mi boca, mientras colocaba una mano sobre la suya para quitar lastimosamente su agarre sobre mi caliente piel—. ¿por qué no mejor ya te vas?
