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Yeimy cerró los ojos mientras seguía intentando controlar su respiración, no podía permitir que por nada del mundo Charly se diese cuenta de cómo la ponía. Lamentablemente eran intentos en vano, pues él lo sabía perfectamente y desde hace rato. Se acercó lentamente a ella por detrás y quedó a muy pocos milímetros de rozarla.

- Charly que hacés acá, abrite pues. - dijo Yeimy con los ojos aún cerrados.

- No estoy seguro de que eso sea lo que querés realmente- dijo Charly aún con los brazos cruzados.

La observaba con una sonrisa pícara y los ojos achinados, sabía perfectamente que Yeimy estaba haciendo grandes esfuerzos por controlar lo que su cuerpo quería y siempre ha querido, aunque sea de manera inconsciente. A él.
En ese momento Charly decidió jugar un poco más, a ver hasta dónde era capaz de aguantar Yeimy. Se acercó más a ella hasta pegarse por detrás, pasó una mano por su vientre bajo mientras que con la otra sujetaba su cara.

- Acá los dos sabemos muy bien que vos y yo la pasamos delicioso juntitos si o que princesa.- dijo Charly de manera pausada. Su voz era casi un susurro, ronca y muy sexy. Sus labios medio rozaban la oreja de Yeimy y sus ojos estaban clavados en los de ella a través del espejo, de forma muy intensa.

- Ay ya Charly déjeme en paz, ¿si? - Yeimy intentó soltarse pero él automáticamente la sujetó con más fuerza y la pegó más a él.

Comenzó a retirar el pelo de Yeimy con un dedo hacia atrás mientras iba rozando su cuello desnudo. Esto le provocó a Yeimy un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Charly ahora desplazaba ese mismo dedo suavemente desde el cuello hasta la clavícula, mientras miraba su piel como vampiro que quiere chupar sangre. Volvió a posar sus labios rozando la oreja de ella y la apretó un poco más contra él.

- Si querés que me vaya me voy... todo bien... pero decímelo de verdad, porque tu cuerpo me dice lo contrario, ¿sabés? Tu mirada... tu respiración... todo está diciendo "Charly quedate, Charly haceme cositas".- acto seguido le mordió suavemente el lóbulo de la oreja, cosa que le hizo flaquear las piernas a Yeimy de manera peligrosa.

- Charly... - dijo Yeimy girándose y clavando sus ojos en los de él - ¿Qué hacemos acá otra vez, en esta situación? Eh ave maría, ¿nos vamos a seguir comportando como dos adolescentes o qué?

- Si nos comportamos como dos adolescentes es por vos pues. Vos sos la que siempre le está metiendo problemas a esto princesa. La cosa está fácil, vos me calentás, yo te caliento, ya.- se acercó más a ella, mirando sus labios de manera intensa y pasando una mano por la parte baja de su cintura - Yo solo quiero que me digás que tengo razón, que te caliento, que me seguís teniendo ganas.

- Sí Charly. - dijo ella rápidamente.

- Sí que, princesa. - dijo él mientras se seguían mirando intensamente a los ojos y a los labios.

- Que me siento atraída por vos. - dijo ella casi en carrerilla, como si así no le diese tanta vergüenza ser honesta con sus sentimientos.

Charly soltó una pequeña risa de satisfacción y victoria, acto seguido la soltó y dio unos pasos hacia atrás. Dio una palmada y se frotó las manos.

- Bueno, pues eso era todo lo que quería saber princesa. Todo bien, ya me voy.

- ¿Es en serio Charly? - dijo Yeimy con el ceño fruncido.

Charly se volvió a acercar a ella, tanto que sus labios quedaron a punto de rozarse.

- Eso es para que aprendás que a mí no se me agarra y se me bota cuando se te da la gana. Primero que querés estar conmigo, después que no. Y al final, tuviste el descaro de ni siquiera decidirte por uno de los dos, después de todo lo que hice por vos. Me abrí, te hablé de mis sentimientos, te lo di todo, ¿y para qué? Para que a vos te importase una mierda, no hiciste ni chimba, ni un mínimo esfuerzo para estar juntos Yeimy. Me dejaste ahí, vuelto nada. Y no te importó ni cinco. ¿Y sabés que? El hecho de que aún me tengas ganas confirma que te equivocaste, que vos también querías estar conmigo pero fuiste cobarde, y jugaste conmigo por cobarde también. Conmigo no se juega princesa. Chao pues.

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