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POV T/N

Tras mi larga espera, por fin había llegado el ansiado lunes, me desperté temprano y comencé a prepárame con tiempo para no llegar impuntual, cuando entre a la cocina me llevé una sorpresa, mi padre estaba parado ahí.

—¿Strange? — lo miré extrañada.

—¡Hola, niña!— me miró sobre el hombro mientras se servía café.

—¿por qué no me avisaste que habías llegado? Hubiera ido por ti — pregunté.

—No te preocupes— me entregó la taza — era muy tarde, no quería despertarte.

Le sonreí agradecida — Me alegra que estés en casa, papá — tomé un sorbo de mi café. — Me quedaría a charlar contigo pero debo irme, hoy es un día importante —

Me miró asombrado —¿Ah si? Buena suerte entonces —

— Gracias, ¿estarás en el hospital? — pregunté.

El asintió — Así es — Tengo varías cirugías programadas para hoy, probablemente llegue tarde —

—Está bien — dije mientras tomaba mis llaves — Que gusto verte —

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia la puerta pero su voz me detuvo.

—¡T/N! — me volteé para mirarlo pero me atrapó en un cálido abrazo — También me da gusto verte — se separó y me sonrió — Éxito hoy —

Le devolví la sonrisa —Igualmente, papá —

Mi madre había muerto cuando yo era muy pequeña, mi padre hacía lo que podía, pero eso no significaba que todo el tiempo tuviéramos la mejor relación, a pesar de que me amaba, nunca fue suficiente para que él descuidara un poco su carrera, era demasiado egocéntrico y yo era igual. Éramos la muestra perfecta de ser un Strange. Sin embargo no todo era malo, solo nos teníamos el uno al otro e intentábamos que funcionara.

Cuando llegue a la universidad fue cuando caí en cuenta que Wanda nunca me dijo dónde nos veríamos. Caminé hasta su oficina y cómo me temía, ella no estaba, miré la hora en mi reloj y me di cuenta que ya tenía la hora acordada encima. Corrí hasta el primer edificio donde estaban las aulas y comencé a buscarla una por una, no estaba segura de que mi plan funcionaría y comenzaba a maldecirme internamente por no pedirle, por segunda ocasión, su número.

—¡Strange! — mi búsqueda se vió interrumpida por la voz de Nat.

—Hey, Tasha — caminé hacia ella.

—¿Qué haces? — me miró extrañada.

—Estoy buscando a la profesora Maximoff, tenía que verla a las 8 y son 8:10 — expliqué.

Nat pasó su brazo sobre mis hombros y me jalo hacia ella — Hoy es tu día de suerte, taradita. Justo ahora tengo clase con ella, te llevaré —

—¿Y por qué vas tarde? — la miré molesta. ¿Cómo se atrevía a llegar tarde a la clase de Wanda? —

—Maximoff es un encanto, cariño, ya lo verás, nunca hay problemas con ella— Nat quitó su brazo de mi hombros — Es aquí—

Miré hacia la puerta y pude ver a Wanda dentro del aula, se veía preciosa, su castaño cabello cayendo sobre su saco blanco y sus dedos estaban adornados con distintos anillos. Sentí su mirada en mi cuando Natasha tocó la puerta, caminó hacia nosotras y abrió la puerta.

—Señorita Romanoff, que gusto que se una a mi clase... — miró su reloj — 13 minutos tarde —

Nat sonrió — Lo siento, profesora Maximoff, pero sabe el problema que es para encontrar un lugar disponible en el estacionamiento —

Teacher's Pet [Wanda Maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora