Capítulo 9

130 16 0
                                    

Adrien seguía viendo en un punto fijo, su mente parecía en el limbo, en una tortura interminable por no haber sido capaz de hacer permanecer a Marinette a su lado, el pecho le dolía cada que recordaba ese día

Felix y Bridgette se apresuraron a llegar a la mansión Agreste, viendo a un Adrien que jamás hubieran imaginado, Adrien tenía los ojos rojos por el llanto, se veía como aquel chiquillo de siente años que vio por primera vez al amor de su vida, esa misma mirada que tenían cuando la pequeña azabache lo empujó haciéndolo caer de trasero al suelo, Bridgette no lo pensó mucho y fue hacia el para abrazarlo, cuando Adrien sintió aquel cálido abrazo maternal del que tanto carecía, estalló nuevamente en llanto, gritos de dolor y desgarradores se hicieron presentes, Bridgette lloro con el, pues no entendía que pasaba, solo sabía que Marinette la había decepcionado con tal acto, como era posible que aquella pequeña niña que crió como su hija le haya decepcionado así, ¿por qué abandonar a Adrien? ¿Por qué?, cuando pudo aver pedido el divorcio, y peor aun, abandonar a su pequeño hijo con un par de meses de nacido, eso fue lo que la impacto más, pues como pudo ser capaz, cuando ella pasó por algo similar

Adrien recordaba bien ese día, siempre despertaba con esa misma sensación de vacío e incredulidad, pues aún no podía aceptar que la misma mujer que amo lo abandono, y que ahora mismo odiaba, Adrien seguía acostado en su costoso colchón King size, veía un punto fijo hacia la ventana, cuando sintió como un ligero peso hundió un poco aquel colchón, sintió calidez inimaginable, una que solo llegaba a el cuando aquella personita estaba serca, entonces volteo, encontrándose con el dueño de su corazón, su pequeño bebé, quien poseia la misma sonrisa de su amada, esa misma que le destroso la vida

—papi —habló el pequeño

—¿que sucede cariño?

—mi maestla dijo que hoy debíash il, dijo que teníash que hablar algo ilpotante con ushted

Por un momento Adrien desfiguro su rostro a uno sorprendido—¿sucedió algo?—pregunto entonces

—no she, sholo me dijo ehso

—esta bien, bueno es hora de prepararse para la escuela, así que tenemos que levantarnos

—shi—el niño se levantó de la cama no sin antes darle un beso de buenos días a su querido padre

Adrien contemplo un poco mas hacia el vacío de su ventana, viendo como se había hecho cargo de su pequeño hijo, que estaba a solo una semana de cumplir seis años, para su corta edad era muy listo, el niño tenía poco que entró a la primaria, pero con tan sólo cinco añitos, sabía sumar, restar, se sabía la mayoría de los colores, se sabía la mitad del abecedario, sabían contar del uno al cien, claro equivocadose en uno que otro número, sabía escribir su nombre completo, al igual que el de su padre, si dirección, y tenían una capacidad de mantener una conversación en inglés, Adrien atribuía que desde que Marinette se fue y el se tuvo que hacer cargo de Hugo, lo llevaba a su oficina para poder cuidarlo, además de hacerle compañía

Adrien se sentía tan orgulloso de su pequeño hijo, pues además de ser inteligente ers muy responsable y educado, era una cajita de sorpresa, algo que siempre le hacía delirar al rubio, por eso ahora que le mandaba a llamar la profesora se le hacía extraño, pues Hugo nunca tuvo un mal comportamiento, además de que Hugo no sabía por qué el de su citatorio con su profesora, y estaba seguro de eso, pues Hugo no mentía y cuando lo hacía el fácil de notar

Adrien finalmente decidió levantarse de su cama, pues sabía que el extrañar a Marinette por cinco años, casi seis no era bueno para el, Adrien tomó una ducha para después salir y vestirse con un traje hecho a su medida, color negro grisáceo, con su corbata negra perfectamente anudada, haciendo contraste con su camisa blanca

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora