Capítulo 2

187 24 4
                                    

Había pasado dos semanas desde que Marinette había despertado y hasta hoy sigue teniéndole desprecio a Adrien, tanto así que ni si quiera lo puede ver en pintura, algo que era difícil pues Adrien siempre trataba de acercársele, pero esta siempre se ha negado.

Cuando era de día Marinette iba a visitar a sus bebés y por la tarde iba Adrien, pues él no quería perderse ni un minuto de la recuperación de sus gatitos, además de que era la única forma de sentir que estaba aún lado de su esposa, por lo que tenía miedo de que Marinette le quitara ese derecho, aunque él no lo sabía Marinette había intentado negarle la visita a sus hijos, pero con ayuda de Alexander disipó esas ideas.

Por otra parte, el doctor se había vuelto más cercano a Marinette y está creía que comenzaba a tener sentimientos por ella, era algo imposible según ella, ya que la diferencia de edad era muy grande, además por lo que recordaba Adrien le había dicho que él era médico de la familia, por lo que también veía ahí un problema, quizás habías más de uno, pero el resto los ignoraba ella

Marinette estaba emocionado pues mañana le darían el alta, aun que una de sus grandes preocupaciones era que no sabía dónde quedarse, porque era obvio que en casa de Adrien no lo haría, ella quería regresar a Èpernay pero no lo podía hacer al menos en dos semana, pues hasta dos semanas saldrían sus bebes, y claro que no los dejaría solos

Marinette tenía pensado en una posibilidad, aunque si recuerda bien tenían los fondos que había ganado en la pasarela con el señor Moreau, Marinette tenía en cuenta que quizás había perdido su trabajo pues había durado seis meses en coma, era imposible que aún conservará su empleo
Marinette se quedó pensando en que hacer que no se dio cuenta que Adrien había entrado, y ahora la estaba viendo fijamente, Marinette se sintió observada por lo que alzó la mirada encontrándose con las esmeraldas de Adrien

—¿qué haces aquí? —dijo tosca mente —creí a verte dicho que no te quería ver, además ni siquiera tocaste la puerta

Adrien sentía su corazón oprimido escuchar eso de la mujer que ama le dolía como si una hierro caliente atravesará su pecho, Adrien trató de controlar todas sus emociones, no quería mostrarse afectado ante el trato de Marinette, pero era imposible, todos notaban su cambio, incluyendo Marinette sin embargo esta estaba renuente a caer, pues según ella solo era un chantaje por parte de el para seguir teniendo el control sobre ella

—lo siento—dijo apenado—solo quería informarte sobre lo de mañana

—¿qué hay con lo de mañana?

—yo... entiendo que no me quieres ver —realmente no lo entendía, pero estaba tratando de seguir los consejos del doctor—presiento que estas así de distraída por no saber dónde quedarte

Marinette creyó qué Adrien le estaba insinuando que en efecto no se quedaría en su casa y no porque sea su decisión, sino porque él no la quiere, eso provocó un dolor en su pecho, claro que no lo aceptaría

—a que quieres llegar —pregunto fastidiada

—yo... no tiene por qué irte de la mansión

—Adrien si no te quiero ver crees que quiero vivir contigo

—no estoy diciendo eso—Marinette se quedó confundida— yo sé que no me quieres cerca, por lo que yo me iré, la mansión es tuya, ya sabes que tu cuenta esta abierta, me encargue de hacer los papeles

—Adrien no quiero nada de ti, lo único bueno que me has dado son nuestros hijos, de ahí en fuera nada, y tampoco quietos tu dinero

—se perfectamente que no quieres mi dinero, nunca lo quisiste, yo me refiero al tuyo, ya está a tu disposición—Marinette se confundió sin embargo no dijo nada— sí dejé abierta tu cuenta es porque quiero que estés cómoda, sé que necesitas tu espacio y te lo daré, mañana pasará Iván por ti, yo..., cuídate, te veo después —y sin más Adrien salió de la habitación

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora