Capítulo 17

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—Señor no creo que aguante por mucho más tiempo, si en dos semanas no despierta su cerebro comenzará a morir, y quedará en un estado vegetal, este preparado para lo peor

—no por favor, por favor no, dígame que no es cierto, por favor —el doctor solo negó —¡¡no dios!! ¡¡¿por qué?!! ¿por qué te empeñas así conmigo?

—Lo siento mucho —dijo el médico para después retirarse de la habitación dejando aquel joven esposo devastado por la repentina noticia

—amor por favor, despierta, por favor te lo suplico—dijo entre lágrimas—por favor no me abandones, te juro que seré mejor esposo, pero no me dejes, por favor habré esos hermosos pedazos de cielo, permíteme verlo una vez más, despierta te quiero a mi lado, lucha, por favor lucha por nuestro bebé—la puerta fue abierta dejando ver a su cuñada

—por favor no te tortures así— dijo con pesar

—no puedo perderla, no me imagino una vida sin ella, luche mucho por ella, para que termine así, no puede, ella no me puede hacer esto—su cuñada corrió a abrazarle—quiero retroceder el tiempo y estar un poco más de tiempo con ella, disfrutar más el tiempo con mi esposa

—todo estará bien, verás que lo estará, ella despertaré, tendrán a su bebé y serán felices como siempre—dijo abrazando el cuerpo de aquel hombre sin consuelo que día a día ve como la mujer que ama se va marchitándose

los abrazos de Kagami de una o otra forma me hacian sentir bien, tener a mi familia y amigos con migo me hacían no caer en el desosiego, tenerlos a ellos me hacen estar aún cuerdo, de lo contrarío yo ya habría perdido la cordura hce mucho tiempo, no se por cuanto tiempo estube perdido y sumido en mi dolor pues la tarde ya había caido hiluminando la habitasción con ese tornasol naranaj, me quede quieto pensando una y otra ves si relamnete fui malo en otra vida para pasar todo este calvario, oh que de mal hice para psar por esto

supe que mi familia habia llegado, lo supe por el mensaje de mi hermano cuando llegó, Kagami les hizo saber lo que el medico dijo, se que solo quiere ayudar, pero ahorita lo que menos quiero es que opinene, pues ni yo mismo se que hare, desde luego no me quiero despedir de mi azabache, pero y si ¿es lo emjor? ¿dejarla ir estará mejor?, amor mío dime que puedo hacer, no quiero que te vayas, solo me queda pedirle a Dios que regreses

—¿Qué debo hacer? —se preguntó el joven —sé que no soy muy pegado a ti, pero por favor ayúdame a que despierte Dios por favor no te la lleves, sé que no he sido un buen hijo, y menos un buen esposo, pero por favor no te la lleves te lo suplicio —dijo sentado sujetando la mano inerte de su esposa 

—hijo no crees que deberías descansar, no es bueno para ti, si ella estuviera despierta no le gustaría verte así 

—lo siento, pero no me quiero mover de aquí mamá, no puedo 

—por lo menos ve a comer algo— dijo preocupada 

—es que no puedo pasar bocado 

—tienes que ir, no puedes seguir así Adrien, si no vas a comer algo enfermeras igual y no podrás apoyarla una vez que despierte 

—está bien mamá—dijo resignado, pues tampoco tenía las fuerzas para recistrise—cuídala por mi
Sin decir algo más el joven salió de la habitación del hospital dejando al cuidado de su esposa con su madre 

salí de la habitación, para después ir a comer algo, durante en transcurso me encontré con mi hermano

—¿cómo estás?...

—pues honestamente ya no se que pensar, todo esto es un lío, no tengo cabeza ni para pensar

—Adrien debes ser fuerte, ella lo es pronto tendrás mejorías, no te preocupes

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora