Capitulo 6

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5:29, Barrio de Asturias.

Se mirò una vez más al espejo, la noche anterior disfruto de la fiesta y por un momento pudo olvidar su pasado. Disfruto de la noche en ese "antro de quinta", como decía su amiga pelirroja. Por una vez olvidó su nombre, olvidó su origen, se sintió como alguien totalmente renovado. El alcohol, la música y las luces lo aturdieron al principio, sin embargo en algún punto de la noche aquello transformó su incertitud en un trance del olvido. Hechizo su cuerpo y su mente haciendo que disfrutara de ese extravagante ambiente. Pronto el miedo y náuseas se transformaron en sudor y quejidos cubiertos de pasión. Ya no se encontraba en Namichuu, ya no era Dame-Tsuna ni el novio del prefecto, era solamente Tsunayoshi, un alma libre.
Claro quitando el hecho de no poder beber alcohol por su estado. A pesar de todo, esa noche hubo de todo para el castaño, uno que otro beso robado, una caricia algo subida de tono por aquí, una que otra promesa rota pero nada más. De eso se aseguraron sus acompañantes , que a regañadientes lo habian traido consigo. Por un momento a pesar de la sobreprotección sintió que era libre, recordó lo que era tomar iniciativa propia, tener el control de sus aspiraciones. Ya no estaba obligado a comportarse como idiota , ya no tenia que actuar como el amigo perfecto. Ya no tenia que ocultarse bajo esa mascara de ignorancia, no tenia que soportar las burlas, los reemplazos constantes o la falsedad en los rostros de mentirosos sin escrupulos.  

Recordó el momento en el que se tuvieron que ir, el agotamiento y el alcohol les ganó a sus amigos. Siquiera pensó en ponerse la pijama una vez llegaron a su casa, corrió escaleras arriba y se arrojó en la cama con una sonrisa plasmada en su rostro. Cayó sin más en los brazos de morfeo ensimismado en su cansancio preso de las emociones de hace una horas. Tanto fue el cansancio que no escuchó el estruendo que sus pasionales compañeros de vivienda hicieron. Peor una vez en el reino de los sueños, fue preso de sus recuerdos. Sus tormentos comenzaron, los recuerdos se arremolinaron y los buenos momentos de antes se transformaron en horrores ensimismados con su pasado. Sus alegrías se transformaron en pesadillas y tan pronto como despertó vómito resultado del ansia y temor causado por su inconsciencia. Pese a que las marcas en su cuerpo habían casi desaparecido , al despertar le parecieron tan recientes, tan claras. Presa de su estupor empezó a llorar mientras rascaba sus antebrazos, quería borrar esas huellas.Quería olvidar su pasado, quería olvidarlos... quería....que era lo que él quería? 

-Carajo-murmuró el castaño al sentir como poco a poco sus llamas de la última voluntad salían en contra de su voluntad - Pero .... como?

Exclamó conmocionado al notar el color de estas, ya no eran de  anaranjadas casi cristalinas ,no, eran oscuras, un color casi tan nítido como la oscuridad misma. Le hacían recordar a las mazmorras de la prisión de vendicare, solo le faltaba el olor a putrefacción junto a los lamentos de los carceleros. Ese lugar nunca lo podría olvidar por mas que quisiera, después de todo quién podría olvidar ese ambiente tan sofocante y abrumador como aquel? 
 con temor retrocedió chocando con la puerta de la regadera ,cayendo estrepitosamente sobre las losas de mármol. Pequeñas mancha cayeron de su ante brazo, víctima de una esquina mal colocada del azulejo inferior. Las manchas rojas se transformaron rápidamente en un pequeño charco escarlata . El ruido pudo haber alertado a la pareja de amigos que tenia, digo hasta a el, la víctima se habia aturdido por el estruendo de su caida. Con temor retrocedió a gatas la incertidumbre de ser descubierto por sus acompañantes le ganó, abrió la regadera sin importarle que las gotas le cayeron de lleno en el rostro. Un gruñido se le escapó, cerró los ojos y se dejó caer sobre la pared blanca de la ducha. Se ovillo envuelto en llamas , por primera vez después de tres años sentía su piel arder ante el contacto de las llamas de última voluntad. Juraba que sentía ,  pesar de que no veia ningun cambio aparente, estas le quemaban la piel. Escucho la puerta del baño abrirse estrepitosamente, casi sin voz gritó:

-No mires! Vete ! Estoy bien!- maldijo en voz baja cuando sintió una punzada en su abdomen-No ustedes no...

En la habitacion de al lado unos minutos antes:

Denis se despertó con la mejor de las imágenes que podría tener, realmente agradece volver a casa. En su pecho  descansaba su amada, suspiro mientras removía uno de los mechones pelirrojos de los ojos de esta. Amaba admirar el rostro relajado y tranquilo de aquella chica mientras esta descansaba en su torso. Observo a la joven fruncir un poco su entrecejo cuando posó su mano en la mejilla contraria, soltó una pequeña carcajada al notar de igual manera las manos de la chica se apretaban sobre su torso, una acción que le causo ternura. Dejo salir un ligero gruñido al notar las vibraciones de su teléfono, era hora de levantarse. Con cuidado de no despertar a su pareja se levantó a coger una bata de baño y su pantalón del dia anterior. Habia un verdadero despapaye en su habitacion, la ropa tirada por todo el suelo uno que otro cajón desordenado. Muy seguramente estando borrachos habían olvidado que los condones estaban literalmente sobre la mesita de noche de la dama dormida.

 Soltó un pequeña risa antes de vestirse y bajar al piso de abajo, ni loco limpiaba con su mujer adentro. La última vez que lo hizo por poco y un cuchillo le atravesaba el cráneo solo porque cuando abrió el armario para guardar las cosas este rechino y la despertó.Negó con diversión  ante el recuerdo, vaya chica se habia conseguido. No se quejaba , su carácter era una de las cosas que siempre lo enamoraba. Tomo tres tazas de la alacena y puso en marcha la cafetera, era su turno de hacer la merienda. Estaba tarareando una canción mientras tomaba los utensilios que usaba, cuando de pronto el sonido de algo caerse lo despertó de su ensoñación. Rapidamente subio las escaleras al piso de arriba y se dirigió al cuarto de su amigo castaño, poco le importó que trajera un cucharón en la mano, Cuando llegó el cuarto estaba en peor estado que el suyo, miró asustado a todos lados esperando encontrar a alguien que no fuera su amigo. Escucho el sonido de la regadera notando la puerta abierta del baño, se acerco y escucho apenas la voz de su amigo venir de la regadera.

-No mires! Vete ! Estoy bien!- maldijo en voz baja cuando sintió una punzada en su abdomen-No ustedes no...

El peli blanco miró hacia abajo encontrándose a su amigo castaño envuelto por unas llamas tan negras como aquellas de los que mantenían a raya el bajo mundo. Con temor se acercó a su amigo tocándole el hombro. El castaño se estremeció ante el toque mientras que las llamas del contrario rápidamente atacaron la mano del peliblanco. Retiró su mano con un gruñido antes de tratar ambigua el fuego con algo de agua, pero notó que el fuego aun seguia quemando su piel. Trato de no gritar al sentir una parte de su piel caer,  escucho como algo o más bien alguien caer al suelo, vio a tsunayoshi desmayado. Rápidamente se giró, importando poco el que su mano comience a sangrar o que las llamas siguieran. Tomo el extintor de al lado del retrete y lo roció sobre tsunayoshi, pero a pesar de ello  el cuerpo de su amigo no dejaba de quemarse. En un arrebato de desesperación comenzó a llamar a su pareja para que viniera. La joven entró con la camisa del mayor a medio abotonar , rápidamente entendió lo que se necesitaba de ella y con sus llamas de hielo congeló las llamas de ambos jóvenes. Denis se dejó caer en el suelo mientras revisaba el estado del joven oji miel.

-Qué crees que hay pasado?- preguntó la pelirroja mientras se acercaba a los otros dos

-No lo sé- fruncio el ceño el mayor al ver las quemaduras en su mano, sino fuera por su pareja hubiera perdido la mano- Habrá que llamar a la doctora Bullstock.

La joven negó mientras se recargaba en su pareja, detestaba tener que depender de los adultos, y mas llamar a la doctora que su novio mencionaba. Su pareja la miró con la misma expresión que ella. Esta se dejó caer  con cuidado sobre su pareja mientras suspiraba con cansancio, esa doctora era una zorra. La detestaba, pero su pareja tenia un punto, era la única doctora que podrían contactar rápidamente.

-Vale, les llamaremos - Aceptó  con un puchero acariciando los cabellos de tsunayoshi con ternura,  Pero solo podrán atenderos en la casa bajo mi supervision.

El mayor solo asintió antes de sonreír y acariciar los cabellos de su pareja mientras esta se recargaba más en su pecho y miraba de soslayo al joven castaño. Que habia le ocurría  a Tsuna?

Tsunayoshi di StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora