Capitulo 9

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Acomodo su rostro sobre la cálida sensación que le otorgaba la chica poco a poco dejando se llevar por la calidez de esta. Cad cierto tiempo su acompañante depositaba caricias a su cuello cabelludo. Se sentía tan tranquilo, sin preocupaciones. Sin nada que pensar, solo viviendo el momento. Hacia tanto tiempo que añoraba aquello.

-Tsuna.. tienes que despertar- la chica susurro, tsuna se recargo mas negando con la cabeza emitiendo leves quejidos- No te comportes como un niño!- rio la dama- En serio necesitas despertar, tus amigos están preocupados y esos pequeños necesitan comer.

-Un poco mas.....- tsuna negó rodeando con sus brazos a la chica- Solo un poco mas.

-Ya has estado demasiado tiempo dormido, es hora de volver- murmuro con suavidad peinando con sus manos los rebeldes cabellos.

-Me gusta esta tranquilidad- negó el joven acurrucándose contra el abdomen contrario- No quiero volver, aqui nada duele . Aqui todo esta bien.- abrió uno de sus ojos dejando sus bellas lagrimas caer- Cuando estas a mi lado, puedo olvidar todo lo que a pasado.- la chica limpio su lagrimas- No quiero dejare, si vuelvo estaré solo de nuevo- Te necesito a mi lado linda.

- Aun no es tiempo- la Dama limpio sus lagrimas besando su frente con cariño- Tienes todavía a gente a quienes les importas, no puedes dejarlos solos.

-Estoy seguro de que poco faltar ara que se olviden de mi- dijo enterrando mas su rostro en el camisón causando la risa de la contraria- Siempre pasa...

-Hay Tsuna- murmurro con preocupacion jugando con la melena contraria, No sabes cuanto les importas - Ya se ! Te mostrare cuan duro puede ser este lugar con las temibles cosquillas !

La chica exclamó antes de abalanzarse sobre el chico haciendo cosquillas sin parar. Tsuna al principio se sintió incomodo con el cosquilleo y la sensibilidad de su cuerpo peor poco a poco se relajo dejándose llevar por el momento riendo cuando la chica sobaba sus costillas o sobaba su estomago. Simplemente era demasiado. No pudo evitar comenzar a reírse con la chica ahora sobre su regazo .

-N-No... E-espera!- Tsunayoshi no podría contrarrestar el ataque y poco a poco sucumbió antes las risas - JAJA P-para es mucho jajaja me voy a mear !

-Entonces tendras que huir Tsunayoshi porque el monstruo de las cosquillas te perseguirá hasta que quieras despertar !- Dictamino la joven riéndose del chico dejando que la brisa meciera sus largos cabellos mientras cumplía su cometido.

-P-Para ... de de-decir eso !- Tsuna tomó las manos contraria mientras se incorporaba- ¡No soy un niño! Soy un Hombre!

-A, sí ?- preguntó con malicia la joven mientras paraba el forcejeo- Pues hace unos minutos no me lo parecía!

-Pero que dices?- exclamó Tsuna tumbando a la chica contra la pradera- Acusó deseas que te muestre que tan soy un hombre ?

-Jaja , aunque quisieras ambos sabemos que eso no succédera- dijo la chica mientras se dejaba hacer mirando al joven castaño encima de ella- tu aun tienes sentimientos por Kyoya, y ni siquiera sabes quien o mas bien que soy- La chica se negó a mirarlo .

- Y eso que importa ?- dijo el joven recostándose sobre el torzo contrario- Si me quedo aqui tendre el tiempo para olvidarlo y conocerte.

La chica suspiró , no importaba cuanto lo intentara. Parece que el chico realmente quería quedarse ahí con ella. Miro al castaño, su llama a ratos se volvió negra y ratos se volvía tan blanca y pura como el corazón del chico. Si se acercaba al abdomen del chico vei a tres lucesitas parpadear, una morada una naranja y otra negro cómo la noche. Si no despertaba pronto , Todos morirían. La había prometido a Daemon y a Giotto que cuidaría de Tsuna e impediría que viniera con ellos antes de tiempo. Este chico no hacia su trabajo fácil, en definitiva seria un problema si venia antes de tiempo.
Tsunayoshi volvió a cerrar sus ojos y sumergirse en la tranquilidad que le daba el paisaje , la sueve brisa que mecia su cabello. El lejano cantar de los pájaros. La sombra del manzano. ¿Porque dejar esta orquesta de la naturaleza ? ¿Porque abandonar esta tranquilidad? La joven a su lado solia cantar a ratos cuando el cielo oscurecia. No sabia quien era la joven , pero su presencia era tranquilizadora.

Tsunayoshi di StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora