Capitulo 2

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Catania , 12: 35 pm un dia antes

Una joven de cabello rojo como las rosas mate y ojos dorados como el oro, se encontraba llamando por teléfono de forma determinada. El coche en el que la susodicha iba se detuvo, un hombre de traje s toco el vidrio del lado de la muchacha. La pelirroja no se molestó en mirar al señor solo bajo un poco el vidrio patra saber lo que el señor tenía que decir.

-Señorita, hemos llegado a The dream of heavens-aviso el señor nervioso.

-Bien-contesto la chica colocandose sus lentes de sol, ocultando sus hermosos ojos de oro y mirando por ultima vez el telefono.

La joven suspiro antes de guardar su telefono en su bolsa de mano, abrio la puerta dejando a la poca gente que pasaba asomobrada con su bella apariencia que lucia mas con su vestimenta, sus lentes negros de que se degradaba, su top negro de cuello de tortuga de corte de diamante en el centro de su pecho dejando a la vista algo que envidiar para mujeres matores las damas casadas, con su chaquetta blanca de cuero blanco con gemelos en forma de alas adornados de piedras preciosas que brillaban a la luz de la luna, su cinturon de piel negra y sus pantalones de corte flare blancos y sus tacones negros que resaltaban sus curvas y su manicura recien hechosin contar su atractivo principal ese cabello rojizo la hacian atraer miradas para nada deseadas. Mas de un muchacho o señor no podia evitar mirar a la joven sin relamerse los labios, la joven chasqueo la lengua para luego apresurarse a la entrada del bar, preferia mil veces una comisaria a un lugar de mala muerte como aquel. Era de noche, y si se tardaba mas no podria llegar a tiempo al vuelo que habia reservado para su pareja y ella .

-Disculpe jovencita, pero por el momento no pueden entrar gente que no sea invitada- dijo el guarda del lugar miro de arriba abajo a la joven sonriendo con malicia haciendo que el acompañante de la joven apretara los puños con rabia- Pero tal vez podríamos negociar....

La chica solo saco de su bolsa la membresia del bar o mas bien su  identificador como la dueña del antro, el hombre sudo frió y se hizo a un lado para que la joven pasara. La mujer solo miro a su acompañante , el hombre que le había abierto la puerta del caro y sonrió dándole paso al deseo de golpear a dicho guardia. Su acompañante sonrió para luego indicar a otro chico que tomara el lugar del guardia mientras tenia una "charla" disciplinaria con el depravado anterior. La chica entro al lugar, la música sonaba en el antro a todo volumen, la zona de baile se encontraba saturada por personas bailando, algunas restregándose en el cuerpo de otras. Algunos besándose sin hacer esperar los manoseos. En las esquinas se veían los contrabandistas con pistolas o mota en venta, las puertas de los baños trabadas con muchachos y muchachas dentro con sus cigarrillos o juegos de ruleta rusa. Sin decir que la barra estaba petada de hombres de billete con al menos dos mujeres sosteniéndoles los tragos, aunque no estaba de mas decir que algunos depravados pasaban sus manos por la cintura baja de las damas de compañía. Se veían damas con ropas extravagantes y exhibicionistas pasearse con unos tragos en mano y billetes atorados en sus ropas, mientras otras bailaban sobre tubos o sobre las mesas dejando caer partes de sus extravagantes ropajes por el lugar recibiendo alaridos excitados de los hombres o mujeres que les entregaban dinero. Chasqueo la lengua al ver como un patán no apartaba la mirada de una camarera mientras chiflaba, sin contar que a su paso podía escuchar palabras obscenas en cada lugar por el que pasaba. En su camino se topo con vejete borracho que besaba  apasionadamente a una de las servidoras lujuriosas del lugar se le atravesó por el camino mientras se dirigían a la zona de servicios privados del lugar. 

-Es un gusto verla señorita- susurro alguien mientras pasaba a su lado, la pelirroja solo asintió en respuesta y siguió su camino

Miro nuevamente a su alrededor asqueada en busca de la persona que buscaba, todo el lugar estaba saturado exceptuando por uno, había una mesa hasta el fondo a la cual nadie se acercaba, siquiera los borrachos iban ahí a molestar. Solo esa mesa hasta el fondo del lugar se veía privada de la diversión del lugar, ahí se encontraba la persona a la que buscaba. Un joven albino de cabello largo amarado en una coleta que colgaba del lado contrario de su asiento y se llevaba consigo el resto de la cabeza de su portador, su fleco cortina dejaba a la vista sus largas pestañas indicando que sus ojos estaban completamente cerrados, su tez tan blanca que parecía cambiar de color cada vez que las luces de fiesta se reflectaban sobre su piel expuesta o su rostro , sus brazos extendidos a los lados dejando descansar sus manos detrás del asiento, sus piernas totalmente abiertas y relajadas un poco recargadas sobre los dos asientos contiguos, le daban un aspecto muerto al chico . El joven tenia su camisa blanca con una parte sin fajar abierta de los cuatro primeros botones dejando parte de su fornido torso al descubierto por lo que ciertas camareras no podían evitar mirar al chico y cuchichear si debían de llamar a un hospital o un padre para bendecir al albino y tratar los pecados de estas chicas que querían , sus piernas abiertas con su pantalón de cuero reluciente y ajustado en ciertas zonas interesantes, su cinturón abierto y mal acomodado, sus bolsillos volteados sin basura ni nada, en otras palabras parecía que al chico le habían atracado hace unos segundo atrás o se había metido en alguna pelea de borrachos. La chica se dirijo en la directo donde el chico saludando a los barman y camareras que pasaban por su camino. El solo ver a este inquilino hacia que se olvidara e lo anterior, después de todo ese chico era solo suyo.

-Idiota, despierta-llamo la chica mientras se dejaba caer al lado del chico y recargaba sobre su torso, tratando de pensar la mejor manera de sacar el tema- Te levanto el castigo , vale?- la chica levanto la mirada hacia el albino mientras se apoyaba mas sobre el cuerpo contrario y posaba sus manos sobre el pecho del mayor- No te enojes, vale? -trago saliva, incluso para ella le era difícil hablar sobre "ese" asunto- Tengo algo que contarte...

El joven no contesto solo abrió sus ojos grises, como las nubes mirando al techo mientras reposaba su mano sobre la cadera de la chica, la pelirroja suspiro reposando su barbilla sobre el pecho del chico haciendo círculos con su mano sobre el abdomen desnudo del joven. El albino miraba al techo pensando en la discucion que había tenido con la chica, de una forma u otra ella tenia razón, había sido descuidado en esa mision .El solo debía cortarle la lengua a su victima para incriminar a algún asesino cualquiera y quemar la mansion de su vicima para eliminar cualquier testigo o evidencia pertinente. Pero cuando iba a hacerlo vio a un niño pequeño con cabellos castaños y ojos verdes que le recordaron a su mejor amigo y el angelito de cupido que le ayudo a enamorar a su pelirroja, por lo que no había podido quemar el lugar sin sacar al niño de ahi primero. No obstante había fallado en su misión, matar a toda la famiglia "de la Stella".
ahora Fuuta, el heredero de la familia. Condeno a un niño a un camino de incertidumbre y soledad por su simple incompetencia. Ese incidente había pasado hace mas de un año , pero no lograba olvidadlo y tampoco su acompañante por ello ella le había castigado negando-le cualquier otra misión, o eso hasta hace unos momentos. Que haría que la joven que el conocía como la joven mas cabezota de todo el mundo cambiara su opinión ahora? Levanto su cabeza haciendo seas a una camarera de leotardo rojo abierto del pecho hasta el ombligo en V y la espalda poco descubierta con mayones estilo cota de malla rojos y botas hasta arriba de la rodilla con un enorme tacón. El Albino esperaba a que su chica hablara mientras tomaba un trago de la bebida que venia de ofrecerle la camarera mientras le guillaba el ojo al chico ,pero ignorada olímpicamente por este. El albino esperaba que su acompañante hablara interrogándose lo que pudiera dejar en tal estado fragil a su mujer . Sintio el cuerpo de la menor dar pequeños temblores, algo poco nato de ella, el albino comenzo a trazar círculos con su mano encima de la espalda de la oji dorado buscando que la chica se calmara.

-Es, Tsunayoshi-contesto la chica dejando de recargar su barbilla contra el pecho del chico para dejar su rostro caer sobre el abdomen contrario, le era difícil hablar sobre el menor, al menos después de lo que había ocurrido años atrás. Apretó la tela bajo sus manos ante el triste recuerdo y continuo hablando sintiendo las caricias en su espalda , se relajo un poco evitado que se le cortara la voz-el.....


Tsunayoshi di StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora