Capítulo 16

2.3K 291 344
                                    

La expresión de Odalia esa mañana, era totalmente sublime para Amity. Estaba aguantándose la risa en su interior mientras comía su desayuno.

Este día se puso otra camisa negra con mangas largas y un escote atrevido, una mini falda negra, medias de red y botas de cuero altas. Mientras, en su rostro, tenía un delineado de gato y sombra oscura junto con un labial rosa brillante de fresa.

No era de extrañarse la expresión de su madre esa mañana cuándo la vio bajar de las escaleras sin una pisca de inseguridad.

Este día quería dejarle en claro una cosa:

Su vida, su cuerpo, su decisión.

—Te ves hermosa, cariño. —Dijo Alador con una sonrisa incomoda debido a la tensión entre su esposa y su hija.

—Gracias papi. —Sonrió la chica cuándo su madre la interrumpió:

—¿Qué se ve hermosa? —Gruño por la indiferente mirada de su hija hacía ella—. Se ve como una puta.

—¿Y?

'Y'.

'Y'.

'Y'.

—¿¡Y!? —Repitió, totalmente colerizada.

—Me gusta como me veo. ¿Te tiene que importar cómo me visto, madre?

Ante su tono indiferente, Alador se preocupo en grande por como la expresión de Odalia empeoro.

—Ve a cambiarte en este momento jovencita.

Ese tono lo conocía.

Estaba a punto de explotar, y Amity lo sabía. Siempre le aterró ese tono de voz.

Pero esta vez no iba a ceder.

—No. —Dijo con firmeza.

—¿Cómo, te atreves? —Odalia se levantó lentamente de su puesto; Amity hizo lo mismo, con sus piernas temblando pero aún así trato de mantenerse firme.

—Es mí cuerpo, es mí vida, y yo me visto como quiero —Dijo con detenimiento, viendo con tanto miedo como la alfa desató el cinturón de su pantalón—. No seré más tu muñequita perfecta. Y a ti te tiene que valer mierda lo que haga.

—Voltéate.

—No.

—Dije, voltéate.

—¡Y yo dije que no!

Cuándo vio que alzó su cinturón, por reflejo tomo un poco de la masa de abominable que cargaba con ella ese día con un hechizo e hizo una barrera entre ella y su madre. Está detuvo su golpe cuando vio esto.

—¿Con qué estás con esas, eh? —Dijo, y luego tomó la pequeña joya en su cuello para invocar a un oráculo, el cuál destruyó por completo la barrera de la chica. Está retrocedió, pero no flaqueo del todo. Por eso, cuando la alfa mandó su próximo golpe hacía ella tomó de nuevo la baba de abominable y bloqueó cómo pudo todos los golpes.

—¡Deja de hacerte la ruda, estúpida omega! —Grito la de pelo verde. En medio de su desesperación por no poder controlar a la muchacha alzó un jarrón con magia y se lo arrojo a la cara, pero Amity pudo esquivarlo a duras penas—. ¡Eres una omega! ¡Mi hija! ¡Y tu único deber cómo tal es obedecer cada una de mis órdenes!

Esas palabras.

Esa insoportable frase otra vez que odio tanto.

Eso desató su ira.

—¡No soy un objeto! —Sin pensarlo, tomó la baba de abominable que su padre trajo de su viaje; cada barril lo vacío hasta la última gota para crear detrás de ella un ser de baba que les duplicaba la altura y tamaño. Sus ojos, antes dorados como el oro tomaron un rosa brillante, como el color de su gran abominable que hizo retroceder no solo a Odalia, sino también a su padre y el resto de la servidumbre con su pesada sombra—. Qué te quedé esto en claro, Odalia: No soy más tu muñeca, no soy más un simple objeto, y a partir de ahora, quiero que te quede claro que nunca más volveré a estar bajo tu sombra. Nunca.

[•~Amor al cuadrado~•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora