No estuvo bien lo que hiciste.

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11:30am//15 de enero del XXXX.

Ya había pasado la noche, Jack solo pudo dormir porque Greco prometió quedarse en la casa a cuidar de los niños, aunque siendo sinceros una vez Jack se durmió el otro también lo hizo. El primero en despertar fue Viktor, viendo a Horacio abrazando a Gustabo con un brazo y a él con otro, era un niño muy adorable. Con cuidado se desprendió de Horacio y bajó las escaleras, viendo a sus dos supuestos cuidadores durmiendo en la sala casi cayéndose del sofá, el barbudo roncaba como un oso, era sorprendente que el pelinegro no se haya despertado por esos ruidos. Viktor caminó a la cocina y tomó una fruta de la cesta, sacó el banquito de Horacio para subirse y empezó a tomar cosas de las alacenas. ¿Cómo un niño sabe cocinar? Bueno, Viktor tiene 11 años y en realidad no sabe, pero después de observar a Jack y Gustabo usar los electrodomésticos supo como manejarlos, era un chico bastante astuto y con un increíble tiempo libre, desde que llegó no hizo más que mirar, aprender y adaptarse, su nueva vida tampoco le molestaba, tenía una familia después de todo lo qué paso, todo...

Para aprender que hacer fue con Greco y pidió prestado su celular, prestado en terminos de mirarlo y telepáticamente decirle que lo tomaría. Se llevó el móvil a la cocina, lo acomodó en un sitio seguro y puso un vídeo de YouTube, Greco había pasado los anteriores días enseñándole a los niños a usar celulares, prometiendo que les compraría unos en algún momento, aunque Jack se negó, eran demasiado pequeños para que esas cosas electrónicas los confundieran, 27 años y pensamiento de viejo. Viktor encontró lo que quería, un vídeo de como preparar panqueques tradicionales y para mejor, en su idioma natal, se tronó los dedos y empezó a cocinar. Primero hizo la mezcla haciendo algo de desastre con la harina y la leche, después el sartén caliente y finalizando con cocinarlos, lo hizo bastante bien para ser su primera vez en la cocina, aunque algún que otro se quemó un poco, como sea, estuvo casi una hora preparando todo y para cuando terminó tenia 5 platos con 6 panqueques cada uno, se sentía satisfecho de sus creaciones. Llevó todo a la mesa junto con la miel, fruta y chocolate. Apagó el celular de Greco y la estufa, tomó un sartén y una cuchara de madera para ir a la sala y empezar a golpear varias veces el sartén con el cubierto, despertando de golpe a los dos mayores, haciendo que el pobre Rodríguez cayera del sofá al suelo.

*- ¡Mierda nos atacan!

•|- ¿Cómo? ¡A cubierta!

Que tipos más raros. Una vez los despertó fue con Horacio y Gustabo, a ellos no les hizo ese ruido infernal, los movió hasta que abrieron los ojos y se levantaron, el ruso se dispuso a ayudar a Gustabo con sus heridas, apoyando el cuerpo del rubio en sus hombros para bajarlo con cuidado por las escaleras, para tener 11 años era más grande que Gustabo con 12. Horacio bajó detrás de ellos casi corriendo, ayudando también a Viktor a llevar al otro, que ni se enteraba de lo que pasaba, estaba durmiendo aún mientras era arrastrado.

Greco y Jack trataban de despertar bien, observando la mesa con los platos y cubiertos puestos, Greco se llevó laa manos a la boca haciendo una escenita de ternura, Jack estaba sorprendido pero le alegró saber que el ruso se había esforzado para eso. Golpeó suavemente a Greco en el hombro para ir a sentarse, Gustabo se subió a la silla y Horacio también, Viktor fue el último, estaba ciertamente nervioso de lo que pudieran pensar de su comida. El primero en dar un bocado fue el castaño, respondiendo con alegría después de digerir el alimento.

- ¡Está delicioso Vik!

Los siguientes fueron Jack y Greco, dándole halagos al ruso y el visto bueno de su comida pese a los panqueques quemados. Viktor estaba feliz, después de tanto tiempo estaba muy feliz que discretamente formó una sonrisita en sus labios antes de empezar a comer, ese niño frío y mirada de asesino finalmente se estaba soltando con su nueva familia.

Horacio tuvo que ayudar a Gustabo a comer, no dejaba de cabecear pero aceptaba que el menor le diera de avioncito, ya estaba grande para esas cosas pero si se trataba de Horacio quién pudiera negarse. Una vez acabaron de comer, la tensión comenzó.

•|- Lo de ayer no estuvo bien Gustabo.

_- ¿Uhm?... ¿Qué?

•|- Qué no estuvo bien, no se reprende violencia con más violencia. Debiste decirle a un profesor que ese niño los molestaba, no golpearlo, Viktor también actuó imprudente.

_- . . . ¿Y tú qué sabes lo que pasó?

•|- Me lo dijo la profesora, Gustabo debes contener esos ataques de ira, un niño normal no golpea de esa manera a alguien.

_- ¡Estaba molestandonos! Yo no me iba a quedar con los brazos cruzados mientras insultaba a Horacio y al ruso, no hice nada malo.

•|- Pese a que tus intenciones fueron buenas, no estuvo bien. Te vas a disculpar con ese chico cuando vuelva a la escuela.

_- ¡Yo no me disculparé con nadie! ¡Yo hice lo correcto! ¡Defendí a Horacio!

*- Jack... No deberías seguir esta discu-

•|- Ya es suficiente Gustabo, lo que hiciste fue malo, acéptalo y aprende de tus errores.

_- Tú no estabas allí, tú no estabas para defendernos. ¡Pogo estaba allí para defender a todos! ¡Pogo es reprendido por hacer el bien!

Hubo un silencio después de esas palabras. ¿Quién carajos era Pogo? Horacio fue el único que se mostró asustado, él sabía quién era Pogo, y tanto que lo sabía. Gustabo dió un fuerte golpe en la mesa y salió corriendo a su habitación a encerrarse. Horacio se levantó y salió corriendo detrás de él, Viktor también fue con ellos, la situación dejó callados a los dos mayores, Greco rascó su mejilla y Jack llevó sus manos a su rostro, ser padre era muy difícil y más con un niño con un problema en la cabeza. Había que llevar a Gustabo a un psicólogo urgentemente y probablemente a un psiquiatra para recomendar algo sobre ese tal Pogo, no era normal que tuviese esas actitudes.

El resto del día fue un calvario, Greco se quedó en casa por temor que sucediera algo más, Gustabo seguía encerrado en su habitación, Horacio y Viktor se quedaron pegados a la puerta del rubio y Jack salió a tomar aire, todo lo bueno se tornó incómodo en un segundo.

La noche llegó, Gustabo había permitido a Horacio y Viktor entrar en su habitación, al menos Jack sabía que estaría más tranquilo con la ayuda de los niños. Greco habló con Jack de ese tema y ciertos comportamientos que Gustabo presentaba de vez en cuando, la presencia del tal Pogo y sus ataques de violencia en algún que otro momento. El barbudo recomendó un psicólogo que conocía de años, probablemente serviría para ayudar a Gustabo y ciertamente también a Viktor con su pánico social además de moderar la violencia desmesurada del ruso, Jack lo pensaría, ya tenía suficiente con que ahora Gustabo no quisiera verlo y con probablemente un Viktor enojado si se le trataba de llevar con un especialista. Que frustración.

Debo protegerlos||AU||GTAV SP||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora