Malos padres

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Martes 25 de enero del XXXX

Comisaría || 6:30pm

La relación de los niños era algo ciertamente único, su humor, ideas y chistes eran muy similares, no tardaron demasiado en llevarse bien y compartir ideales de caos y destrucción, sin embargo, se mantuvieron quietos dibujando o jugando en las oficinas sin causar desastre, debían admitir que Torrente daba mucho miedo enojado pese a ser un hombre amable.

Por su lado, Torrente se guardó lo de Gordón hasta que encontró un buen momento para soltar el enojo que guardaba. Juntó a Conway y al comisario en la oficina del Superintendente para hablar, aprovechó que ya no había tanto movimiento en comisaría y encargó la atención de denuncias a los alumnos. Una vez tuvo a ambos hombres en la oficina pudo hablar.

†: ¿Piensan que esto es una guardería? – Recalcó el comisario con molestia. –

•|- ¿De qué coño hablas Torrente?

†: Primero, creo que el comisario Gordon tiene algo que decir.

=|- ¿Yo?

†: Los niños de arriba. Son sus hijos. ¿Verdad?

=|- . . .

•|- ¿Niños arriba? ¿Qué cojones?

†: Usted no puede hablar Super, también su hijo está aquí.

Conway se mostró confundido, sabía que cuando Torrente hablaba era por algo, decidió no interrumpir. El nerviosismo de Gordon se hizo notar, no esperaba llegar a esa conversación tan rápido, su plan era hablarlo con Conway cuando llegase la noche.

†: No soy ni su jefe ni su padre para regañarlos, ya son hombres, pero, es claro que ambos no tienen ni la más mínima idea de paternidad. ¿Piensan que traer a sus hijos a un sitio con armas y que suele estar vigilado por el enemigo todo el tiempo es una idea lógica? Sus hijos no les obedecen y los descuidan empeorando la situación. Ambos son agentes de la ley pero parece que son oficiales de pueblo. Esos niños no volverán aquí.

•|- Recuerda con quién putas estás hablando Torrente.

†: Hablo con un hombre que tiene un hijo problemático y no es capaz de darle una educación.

Las palabras de Torrente no eran más que regaños y sermones, una verdadera molestia para ambos hombres y más para Jack. ¿Cómo se atrevía a decir que no era un buen padre? Las palabras de Torrente duraron un rato más, les dió una buena reprendida a ambos hasta cansarse de hablar, fue allí que finalizó la escena.

: Podrán traer a sus hijos aquí, me encargaré de darles una educación hasta que consigan una escuela apropiada, les doy una semana para que lo hagan. Claro que por todo mi esfuerzo, exijo un aumento.

•|- Ugh... Bien, te daré un aumento.

=|- Gracias, Comisario Torrente...

†: Nos vamos entendiendo.

Conway llevó su mano a su rostro tallando sus ojos con fastidio, no necesitaba más regaños. No mencionó nada de los hijos de Gordon, comprendía lo que era tener un hijo problemático y para peor, él tenía dos.

La noche llegó, era momento de partir a casa, está vez se irían temprano para dejar a los niños. Los hermanos se despidieron de Gustabo, la confianza que tenían dejaron perplejos a Gordon y Conway, en tan poco tiempo se hicieron amigos. El que más se mostró cambiado fue Gustabo, su felicidad, su sonrisa y esa mirada tranquila mantuvo al pelinegro sorprendido, pocas veces vió al rubio así de feliz. ¿Esos niños eran la razón? Le gustaría entenderlo, le gustaría saber como hacerlo feliz también. ¿Era realmente un mal padre? Con Danielle y Matthew trató de ser atento y cariñoso, pero debía admitir que su trabajo y enojo solían alejarlos de él, lamentaba no haber pasado el tiempo apropiado con ellos, fue demasiado tarde.









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