Levanta de esa silla.

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2:00pm//29 de diciembre del XXXX//

Ya habían pasado algunos días después del incidente y las heridas de los pequeños comenzaban a sanar. Horacio ya podía caminar un poco más aunque no podía pisar muy bien e iba un poco lento pero ya podía levantarse y eso era un progreso. Gustabo por su parte ya podía mover su brazo aunque no podía levantar o empujar cosas pesadas. Las balas no habian dado en el hueso por lo tanto la recuperación era un poco más rápida para ambos pequeños, además con los cuidados de Conway, la buena alimentación y la higiene que les proporcionó aceleró la curación, incluso los pequeños ya habían subido un poco más de peso y sus costillas dejaban de notarse en su piel.

Los niños ya se habían acostumbrado a la rutina de Conway. Levantarse, ponerse ese extraño traje e irse de la casa a trabajar para regresar en las noches y a veces en las madrugadas, sí que era un hombre ocupado. Gustabo ya había aprendido a usar los electrodomésticos básicos como la estufa y el horno para calentar la comida que les dejaba el pelinegro, y Horacio...bueno, él solo se la pasaba pegado a la ventana jugando con sus pequeños juguetes que Conway le había comprado. Tenía entre sus juguetes un gran unicornio de peluche que Conway le compró por Navidad, Horacio estaba muy apegado a ese unicornio y no lo soltaba por nada del mundo. Gustabo no pidió nada pues ya había escogido su regalo antes, no quiso ser aprovechado y se quedó con su pistola.

Horacio le hablaba a Gustabo sobre lo pequeña que se veía la ciudad desde la gran ventana y le mencionó que le gustaba la idea de ser algún día un héroe que la protegiera y salvara a todos. Demasiada televisión.

Gustabo sabía que Horacio ya se había acostumbrado a la vida en la ciudad y en esa casa, ya no era tan difícil tirar del hilo y hacer que aceptara quedarse allí además de que había estado analizando a Conway y se había percatado de que tampoco el deseaba dejarlos ir y el apego que formó con Horacio. Para tener 12 años era muy listo. En fin, Gustabo estaba dispuesto a olvidar el pasado para dejar a Horacio en esa casa con esa vida, solo debía mover unos hilos y eso era suficiente. ¿Emilio, Segismundo? Ya no importaba, ellos sabrían arreglar sus asuntos solos, la prioridad es Horacio y nada mas, y si para proteger a su hermano debía romper los lazos de él con el pasado lo haría sin remordimiento.

A pesar de todo Horacio extrañaba tener a Segismundo a su lado y a los demás, seguía esperando a que Emilio viniera a por ellos como le dijo Gustabo que lo haría, esa ilusión no se la quitaría nadie.

Quedaba ya poco para año nuevo y Horacio había pedido que fueran a la plaza central dónde estaba el enorme árbol de navidad que decoraba la ciudad. Al parecer ahí se iba a hacer la cuenta atrás y se iban a explotar fuegos artificiales. Horacio queria verlos. Conway tuvo que aceptar la petición pues estuvo muy insistente, Gustabo también sería arrastrado por Horacio a ese evento y tampoco podía negarse.

Aunque bueno, Horacio tenía también otra petición y era tener otra ropa. No le gustaba mucho la ropa que les dio Conway pues era demasiado..."Sin color". El pobre superintendente no pudo negarse tampoco a esa petición por parte del castaño y prometió el día de mañana ir a comprarles ropa. La tarjeta de Jack debe estar por reventar. Aunque todo eso tenía un precio y era el de mantener la casa limpia siempre y recoger todas sus cosas cuando las ocuparan, era un buen trato.

Una familia demasiado extraña que estaba dando sus primeros brotes.

Aunque todos esos brotes estaban siendo manipulados por el pequeño rubio de ojos azules, ese niño era un peligro pero nadie se había percatado, o bueno, era un peligro en crecimiento y nadie podía pararlo.



Debo protegerlos||AU||GTAV SP||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora