Prólogo

24 3 1
                                    

-Zoe, levántate- Escuché a lo lejos que mi mamá me estaba llamando.

Entre abrí los ojos un poco pero me ganaba el sueño.
Hay veces en las que no dan ganas de levantarse temprano para ir a la escuela.

Y ésta era una de ellas.

-Vamos cariño, debes levantarte- Indicó mi mamá tocando la puerta de mi habitación.

-Ya voy- Dije todavía un poco adormilada. Me dirigí al baño y me lavé la cara para despertarme. Bajé las escaleras y ví a mamá preparando el desayuno. -Buenos días-dije con una sonrisa.

-Buenos días cielo- comentó mientras se encontraba preparando café. -El desayuno pronto estará listo ¿Por qué no te bañas primero? Recuerda que hoy es tu primer día de clases en la preparatoria.

Si bien es cierto hoy comenzaba la preparatoria, me hacía ilusión conocer a más personas, porque mientras todos mis compañeros asistirían a la preparatoria pública yo debía asistir a la privada, eso me gustaba mucho. Siempre me han considerado como una chica inteligente y gracias a eso pude obtener una beca en mi nueva prepa, lo cual fue muy bueno porque podría ayudar a mis papás en la economía y eso me hacía sentir muy bien.

-Claro- comenté mientras emprendía mi camino cuesta arriba de aquellas escaleras para darme una ducha.

Media hora después salí de ducharme y busqué entre mi armario algo adecuado para mi primer día.

Escogí unos jeans y una blusa color azul rey con pequeños detalles de bordado, me amarré el cabello en una coleta y me puse mis tenis. Bajé las escaleras rápidamente y me senté en la mesa de la cocina para empezar a desayunar.

-Buenos días- saludé a mi papá que se encontraba tomando café al otro extremo de la mesa

-Buenos días Zo- Me dijo con una sonrisa, me gustaba que me llamara así, era un pequeño apodo que me puso mi familia cuando era más pequeña y siempre me ha gustado.

Mi mamá me sirvió el desayuno y me apresuré a comer para no llegar tarde el primer día, mientras ella se encargaba de prepararme el almuerzo. Siempre le ha gustado encargarse de mi comida cuando voy a la escuela y la verdad no me quejo, es una gran cocinera y me encanta comer su comida cada vez que la prepara.

Pasados unos 20 minutos terminé mi desayuno, tomé mi mochila y acomodé mi almuerzo en la misma, también tomé mi botella de agua y me preparé para salir. Mi papá se encontraba fuera esperando para llevarme, siempre me han llevado a la escuela y se encargan de ir a recogerme, a muchos les parece algo absurdo que sus papás hagan eso pero a mí nunca me ha molestado en lo absoluto, los quiero y me gusta pasar tiempo con ellos ¿Qué hay de malo en eso.

Definitivamente nunca entendería a los chicos de mi edad.

Me apresuré a subir a la camioneta y cerrar la puerta así mismo acomodé mis cosas y me coloqué el cinturón de seguridad para emprender el viaje. Mi nueva escuela quedaba a unos 10 minutos en auto desde mi casa lo cual era bueno porque evitaba que llegara tarde.

-Ya me voy- le avisé a mi papá mientras salía de la camioneta

-Cuidate, cuando salgas paso por tí- dijo mientras miraba mis movimientos.

-Claro- avisé a punto de cruzar la calle para ingresar en mi nueva escuela.

Al llegar me percaté que era una escuela normal, muchas personas se alarman al mencionar una institución privada pero para mí no era nada del otro mundo. Me acerqué a un pequeño tablón que se encontraba al lado de la dirección y posé mi vista al mapa de la escuela que se encontraba allí, debía encontrar mi salón para no llegar tarde. Pude observar que mi salón se encontraba en la segunda planta de donde justamente yo me encontraba. Me dirigí a la escalera para comenzar a subirlas y así llegar a mi salón. Todavía faltaban 5 minutos antes de la primera clase, tomé uno de los asientos de enfrente que para mí suerte se encontraban vacío, sé que no a muchos estudiantes les gusta sentarse en frente porque sienten que serán la mira de los maestros pero a mí en lo particular siempre me ha encantado.

5 minutos después escuchamos el sonido de la campana que indicaba que las clases habían comenzado, mis compañeros empezaron a sentarse en sus asientos mientras esperábamos a nuestra profesora, que llegó justo en el momento en que tocaron la campana. Al ser una escuela privada los maestros se toman muy en serio el que los estudiantes aprendan y eso a mí no me molestaba en lo absoluto.

Nuestra primera clase era Filosofía, el saber y comprender el pensamiento humano. Era una gran clase y la profesora Victoria nos mencionaba la importancia de la misma, todo era una gran explicación hasta que nos realizó una pequeña interrogante.

-¿Qué es el amor?- Preguntó mi maestra de filosofía en un tono amable. - Y no, no me refiero a las típicas descripciones que podemos encontrar en un diccionario o en internet que nos dicen que "el amor es un sentimiento muy profundo dirigido tanto hacia algo como hacia alguien", porque eso ya lo sabemos todos.- Explicó de una manera amable.

Mi maestra de filosofía era una persona sabia y muy comprensiva, tal vez porque nos enseña dicha materia.

-Mi pregunta aquí es ¿Qué es el amor para ustedes?- todo el salón se quedó pensando en esa pequeña pregunta y yo no fuí la excepción.

Me gustaba meditar las cosas y analizar todas mis opciones para elegir la mejor. Solían decirme que era aburrido tener todo estrictamente planeado, que a veces hay que ser espontáneo y disfrutar de la vida pero yo no creía eso, no soy de las personas que se lanzan directo a la emoción sin pensar en las consecuencias. Creo que es bueno pensar en todo lo que nos rodea y así tener una mejor perspectiva de las cosas.

Así que ésta pregunta me dejó analizando demasiado.

-Y bien ¿Quién me puede decir que es el amor para ustedes?- preguntó a toda la clase allí presente. Nadie respondió porque al ser nuestra maestra de filosofía nos pidió pensar muy bien en nuestra respuesta.
-Muy bien, haremos una pequeña actividad por ser el primer día- no pude meditar en lo que nos estaba diciendo cuando prosiguió explicando -Les he realizado está pregunta y como era de esperarse necesito una respuesta de su parte, al día de hoy no los conozco más que por sus nombres pero al terminar el curso los conoceré mejor, hasta ese día espero que me respondan está pregunta.
Tomense el tiempo necesario para pensarlo y al final del curso me escribirán su respuesta en una hoja blanca junto con su nombre, y tranquilos no le enseñaré sus respuestas a nadie será nuestro pequeño secreto, así como también será su proyecto final de mi materia- Al parecer era una pregunta sencilla, cualquiera podría responderla o al menos eso pensé pero incluso yo me preguntaba cuál era mi interpretación del amor.

Había pasado cerca de un mes desde que la profesora nos comentó aquella interrogante. Yo aún seguía pensando en mi respuesta.

Estaba llegado a la conclusión de que el amor para mí eran mis papás, ¿Han escuchado del amor a primera vista? Mis papás eran un claro ejemplo de ello, esas dos personas que me amaron desde el primer momento en el que supieron de mi existencia sin siquiera conocerme.
Para mí ellos eran la más grande prueba de amor.

Todo eso cambió cuando lo conocí a él, Evan O'brien.

Él chico que le dió un giro de 180° a mí mundo. Y es que solo dios sabe el hermoso universo que habita en esos hermosos iris azules.

Amor en 2 palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora